Dilemas después del 21N

Desde el 22N, tenemos de nuevo objetivos democráticos comunes y una gran oportunidad, si respetamos las razones válidas que sostuvieron las diferentes posturas alrededor del 21N.

¿LA RUTA ES O NO ELECTORAL?

Ese no es un dilema real, pues ambas opciones pueden ser convenientes o no. Lo trascendente es que la decisión se adopte oportunamente, con la mayor y más amplia UNIDAD posible del campo democrático.

Como no estamos en democracia, la lucha tiene que darse en todos los terrenos, incluso el electoral, pese a Bolívar/2017 y Barinas/2021.

Para lograr esa UNIDAD, la decisión debe ser consultada con el 80,6% de los electores que no apoyaron a los candidatos del régimen: los que votaron en contra (22,5%), más los que se abstuvieron (58,1%).

Las condiciones de los procesos electorales sí se deben discutir, luego de tomar la decisión primaria sobre la pregunta de este subtema.

¿REVOCATORIO SÍ O NO?

Por encima de la discusión filosófica en torno a la legitimidad de debatir o no con los "secuestradores", lo más importante es que los "secuestrados" demostremos tener la capacidad de conquistar nuestra libertad.

Esa demostración de nuevo puede surgir de una amplia y unitaria consulta con la mayoría de los electores.

De nada valdría solicitar un Revocatorio (a partir del 10.01.22), si no confirmamos antes que podemos acercarnos a 7.000.000 de voluntades, para superar ampliamente los 5.988.430 votos que supuestamente obtuvo en 2018 quien detenta de hecho el poder.

¿RENOVACIÓN O EXPERIENCIA?

No falta quien reclame la renovación de la dirigencia política. Pero la votación obtenida el 21N por varios veteranos dirigentes apunta en dirección contraria.

Es decir, por encima de la juventud o veteranía de los dirigentes, lo que realmente importa es que esa dirigencia tenga el respaldo de la mayoría de sus colectividades.

Por eso, cada partido debe acometer con urgencia la legitimación de sus cargos de dirección, en todos los niveles de su estructura.

Eso haría incontestable su actuación.

¿CON QUÉ ALIANZAS?

En los anteriores planteamientos, de simple sentido común, hay elementos para trazar una ruta común, de unidad por la base, en la cual podría coincidir una amplia mayoría de los electores venezolanos, sin que los partidos tengan que firmar pactos forzados con aliados difíciles.

¡Que la gente decida!