Hablar de valores y particularmente de valores familiares, ha sido considerado por muchos como un tema delicado, y desde múltiples perspectivas, sensible. En un primer momento surgen en la mente de quien tiene encomendada tamaña tarea dudas, sobradamente fundamentadas, sobre los tópicos a tratar, la forma de abordarlos y más importante todavía, el auditorio, ese grupo de individuos ávidos de información con la expectativa e incluso la esperanza puesta en su interlocutor. Visto desde este ángulo, la responsabilidad asumida es enorme, más aún si el tema esta estrictamente ligado con los valores familiares en medio del caos que implica vivir hoy en Venezuela.
Ahora bien, una vez asumido el compromiso y superado el impacto inicial, la estrategia parece clara. Para hablar de valores familiares en medio del caos que rodea a las familias y comunidades que sortean a diario este país, es necesario repasar conceptos fundamentales que den luz sobre el deber ser, limpiando un poco el enmarañado escenario mental que por momentos parece nublar la claridad de pensamiento.
En este contexto, palabras tan conocidas y repetidas como valores, familia, comunidad y sociedad, entre muchas otras, resaltan como si tuvieran sus letras hechas con luces de bengala. Si apelamos a la modernidad, pueden incorporarse otros vocablos, mas recientes y no menos importantes como resiliencia, empatía e incluso activismo social. Como si hiciera falta agregar un poco más de complejidad a la ya existente, todo esto debe funcionar bajo la tan nombrada nueva normalidad.
Es necesario entonces empezar por el principio. Los valores por definición representan los principios, virtudes o cualidades positivas que caracterizan a una persona y forman parte de su sistema de creencias, por lo que modulan la conducta, los intereses, sentimientos, pensamientos y la manera cómo los individuos desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean, de allí su importancia (Morales, 2018).
La familia, tradicionalmente ha sido vista como el núcleo fundamental de la sociedad, definición miles de veces repetida y aprendida desde los primeros pasos del jardín de infantes. Sin embargo, simboliza un elemento mucho más complejo, representando un grupo de personas que hacen vida en común y que está unidos por un vínculo que puede ser de afinidad (pareja), consanguinidad (padres/hijos), adopción o de algún otro tipo (Martínez, 2020).
La sociedad por su parte, es un grupo de individuos, pueblos o naciones con intereses variados que conviven o se relacionan dentro de una zona geográfica común, bajo leyes comunes que regulan el comportamiento, la participación, la adaptación y la autoridad. Supone la convivencia y la actividad conjunta de los individuos de manera organizada y ordenada, e implica un cierto grado de comunicación, cooperación y la observancia de preocupaciones mutuas, donde cada individuo cumple determinadas funciones (Imaginario, 2018; Chirinos S/F).
El término comunidad puede definirse como un grupo de personas que viven en un área geográficamente específica, cuyos miembros comparten valores, vínculos afectivos y morales, actividades, intereses y necesidades comunes, en un tiempo y espacio determinado, haciendo realidad y vida cotidiana. Representa un entorno dinámico, que se mantiene en constante movimiento, transformación y evolución, sufren crisis, se reorganizan y buscan alternativas comunes o de manera autónoma para solucionar problemas, lo que desarrolla sentido de pertenencia, identidad social y conciencia de sí como grupo. En una comunidad, los individuos asumen el desarrollo de adentro hacia afuera comprendiendo que este desarrollo llega cuando los objetivos comunes trascienden a los particulares (Reynosa, 2015).
Ahora bien, repasar estos conceptos como parte del tema de valores familiares resulta un ejercicio teórico quizás tedioso, pero absolutamente necesario, pues es justamente en la familia donde pueden fortalecerse los valores que permitan cambios vitales en la comunidad y en consecuencia en la sociedad venezolana. Es, como ya se expresa arriba, desde adentro, en la familia consanguínea o no y en la comunidad vista como familia extendida, donde el individuo hace vida diaria, donde las grandes transformaciones tienen su origen y donde los pequeños milagros ocurren casi sin darnos cuenta.
Sin embargo, en la época tan compleja que vive el país, esta concepción de familia y comunidad, aunque ideal, pareciera difícil de alcanzar. La crisis que nos ha tocado padecer, lamentablemente sitúa al país en un escenario desolador, caótico, por no decir trágico. El caos venezolano lamentablemente envuelve. Cada día se convierte en una lucha constante para cubrir las necesidades más elementales. El ciudadano común se encuentra tan arropado por la realidad, tan angustiado y apresurado, que muchas veces olvida reconocerse a sí mismo como parte vital del grupo de gente decente, buena, noble y trabajadora que forma parte de su comunidad.
No obstante, la realidad demuestra que, aun ante este oscuro escenario, los venezolanos se levantan y siguen adelante construyendo de mil formas posibles el mejor futuro para sus familias, sin olvidar a aquellos a quienes la crisis ha golpeado con más fuerza. Es justamente en estos tiempos duros, cuando la comunidad venezolana ha demostrado ese sentimiento de solidaridad, de empatía y de colaboración, dando paso a la unión, la identificación con el otro, el respeto, y la compasión por aquellos menos afortunados, salvando incluso las diferencias políticas.
Esto se vive a diario, en cada calle, en cada sector, en cada comunidad. Estos son valores familiares que están tatuados en el alma de los venezolanos de bien y esos justamente, son los valores que deben ser reconocidos, rescatados y fortalecidos primero en el mismo individuo, y a través de este, en la familia y en la comunidad.
De allí la importancia de reconocer en nosotros mismos, y reconocer en el otro. los valores, comportamientos y formas de vida comunes. Entender que formamos parte de una comunidad que es reflejo de cada uno de los ciudadanos que la conforman y que esos valores que hemos inculcado por años dentro del núcleo familiar al ser extrapolados a la comunidad como familia extendida, permiten mejorar la convivencia y generar cambios desde adentro. Cambios que no son impuestos por terceros, sino que surgen de la propia comunidad que ha sido capaz de reconocerse, respetarse, escucharse, identificar problemas comunes y buscar soluciones que beneficien a todos como grupo y no a individualidades. Representa entender que el bien común, es al mismo tiempo el bien propio.
¿Es posible entonces fortalecer valores familiares, y en consecuencia comunitarios, en medio del caos que implica vivir hoy en Venezuela? ¡La respuesta es definitivamente SI! Valores como la solidaridad, la empatía, la cooperación, la compasión, el respeto, la responsabilidad, la honestidad, entre otros muchos, se convierten hoy día en el ancla que permite sobrellevar un escenario tan duro y tan incierto cono el venezolano, tocado además por esta nueva normalidad, medida necesaria ante una pandemia que tomó al mundo entero por sorpresa y que implica que cuidar de uno mismo es también cuidar al otro.
Está claro que a los venezolanos no nos ha tocado una tarea fácil. Sin embargo, si es posible asumir la situación, responder a ella y sobreponernos. Es decir, aprender, a ser resilientes, aprovechando cada experiencia como herramienta para reinventarnos y crecer. Rescatar y fortalecer ese esquema de valores que ya tenemos, en la familia y en la comunidad como familia extendida, es parte de ese proceso. Allí justamente comienza la transformación que tanto deseamos, en cada individuo, en cada familia, en cada comunidad, en la sociedad y finalmente en el país. Es entendiendo la responsabilidad individual y colectiva que tenemos en la construcción de un país distinto, donde quepamos todos, lo que puede hacerlo posible.
REFERENCIAS
Causse, M. (2009). El concepto de comunidad desde el punto de vista socio - histórico-cultural y lingüístico. Ciencia en su PC,núm. 3, pp. 12-21 Disponible: https://www.redalyc.org/pdf/1813/181321553002.pdf. Consulta: 12 enero 2021.
Imaginario, A. (2018). Significado de Sociedad. Disponible: https://www.significados.com/sociedad/.
Linares, R. (2020). Resiliencia: Los 12 hábitos de las personas resilientes. Disponible: https://www.elpradopsicologos.es/blog/resiliencia-resilientes/. Consulta: 14 enero 2021.
Martínez, A. (2020). Definición de Familia. Disponible: https://conceptodefinicion.de/familia/, Consulta: 12 enero 202.
Morales, A. (2018). Significado de Valores. Disponible: https://www.significados.com/valores/#:~:text=Los%20valores%20son%20los%20principios,importancia%20para%20un%20grupo%20social. Consulta: 12 enero 2021.
Reynosa, E. (2015). Comunidad y sociedad. Síntesis teórica sobre la reflexión de sus significados. Disponible: https://www.grin.com/document/308296. Consulta: 13 enero 2021.