Ucrania y la Nueva Arquitectura Global

El desenlace de la guerra en Ucrania es incierto y con ello el destino de la humanidad. Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti, habla de una historia que se repite“Y si extendemos la mirada a la totalidad de nuestra historia y a lo ancho y largo del mundo, todos somos o hemos sido como estos personajes: todos tenemos algo de herido, algo de salteador, algo de los que pasan de largo y algo del buen samaritano.” (Papa Francisco, 2020, párrafo 69); de esta forma Su Santidad denuncia de forma activa que, si se quiere, han sido la exclusión, el descarte, el resentimiento, el dolor, la omisión, el desentendimiento, los grandes vectores de una historia que en este punto se presenta como cíclica, pero que está llamada a escapar de este círculo vicioso y a construir una sociedad digna de tal nombre.
Los acontecimientos recientes en Ucrania son un punto de inflexión para la humanidad, y del viraje que allí se geste, emergerá una nueva arquitectura geopolítica global, reposicionando temas vitales en el sistema internacional, como la seguridad euroasiática, la reconfiguración de las zonas de influencia, el reajuste de los mercados financieros, la revisión de los patrones de producción y consumo energéticos, e incluso un eventual “rearme mundial”, colándose un espíritu belicista ajeno a los cánones de un mundo democrático, plural, y multilateral.
Las potencias internacionales occidentales apuestan por la rapidez y la articulación; las últimas negociaciones entre Kiev y Moscú acogidas en Estambul avizoran los primeros avances de un arduo, complejo y estancado proceso de negociación entre las partes. La concreción de un alto al fuego permanente es primordial si se quiere terminar por la vía política y diplomática esta guerra carente de sentido. Kiev advierte que todas las decisiones serán sometidas a referéndum. La negociación de un tratado de seguridades recíprocas es un elemento primario sobre la mesa de negociaciones.
La UE reafirma su misión fundacional, crear la paz en un continente devastado por la guerra, al promover el ingreso de Kiev al bloque comunitario. Las señales recientes son pesimistas, y se traducen en una eventual “paz inestable” que no sofocaría este foco de inestabilidad. Por primera vez en décadas la hipótesis de agresión atómica se ha volcado en el tablero geopolítico internacional. Hoy se estima que Rusia tiene 1.588 ojivas nucleares desplegadas y 2.889 en reserva, números similares a los de Estados Unidos. Incluso durante la mayor parte de la guerra fría, la Unión Soviética y Estados Unidos trataron las armas nucleares como el último elemento de disuasión
Pese a que EEUU, Europa y otros aliados de la OTAN han congelado en torno al 60% de las reservas internacionales del Banco Central ruso, entre otras medidas, parte sustancial de la actividad comercial continúa, y el caos bursátil de Moscú parece haberse ralentizado; la reciente decisión del presidente Vladímir Putin, de “obligar” a los países "hostiles", léase Europa, a pagar en rublos el suministro de gas, del que Europa depende en más de un 40%, podría conducir a un giro radical de escenarios; si los países occidentales compradores se niegan disponer de cuentas en rublos en bancos rusos, Rusia amenaza con suspender los contratos vigentes y cerrar los grifos en oleoductos y gaseoductos; de ser así Europa podría insertarse en una inquietante disputa por los suministros energéticos, disputándose una “guerra del gas” a nivel mundial. Sin embargo, Rusia teme en entrar en recesión este año no sólo por la presión financiera generada por las sanciones, que incluye el riesgo de default, sino por los obstáculos que pueda enfrentar en sus procesos productivos domésticos.
En países como Alemania y Francia ya se activan planes de emergencia para gestionar el suministro de gas en caso de que Rusia cierre el grifo. Berlín ha comenzado las negociaciones con Doha para estrechar el suministro y cooperación energética; Argelia goza de un lugar privilegiado en esta ecuación al evaluarla como un proveedor estable de gas natural; de hecho, no es azaroso que el Secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken haya culminado su gira allí, donde el engorroso tema del Sahara Occidental y las relaciones con Marruecos fueron también abordadas.
Lo cierto es que detener las importaciones de energía de Rusia provocaría una profunda recesión; los expertos concuerdan en que encontrar sustitutos rápidos para el gas en los procesos industriales es una tarea abrumadora. OPEP+ no han cedido a la presión occidental liderada por Washington para aumentar la producción más allá del aumento de suministro de 432,000 barriles por día que habían planeado previamente. El pánico al recrudecimiento de una espiral inflacionaria en las economías más industrializadas, incluyendo EEUU, ha llevado al presidente Biden a liberar hasta 180 millones de barriles de las reservas estratégicas de Estados Unidos de aquí a fin de año para combatir los altos precios de la energía. Venezuela, país que en 2005 suministró el 4% del crudo mundial, podrá ejercer un papel clave en este marco. En lo inmediato, un renacer de la energía nuclear podría ser irreversible en países como el Reino Unido o Francia en su gesta por la “independencia energética total”;
La Transición verde se haya en una encrucijada; si el mundo se embarca en un curso para convertirse en carbono neutral para 2050, la Agencia Internacional de Energía predice que la energía eólica y solar podrían representar el 70 % de la generación de energía para 2050, frente al 9 % en 2020; lamentablemente los últimos datos no se afilian a este paradigma. Curiosamente encontramos en territorio ucraniano el ‘oro blanco’: enormes reservas de litio, un material clave para la transición ecológica. De esta forma nos encontramos en una suerte de Kairós, un vacío en el tiempo de prolongación inexacta en el que el mundo se transforma radicalmente.
Dylanjpereira01@gmail.com