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Opinión

Alejandro J. Sucre

La economía de Venezuela como hemos escrito ha sido golpeada muy duro en el pasado por el uso de la liquidez monetaria con el objeto clientelar y para financiar grupos privilegiados en el poder, al derogar gasto fiscal sin licitar y sin rendir cuentas del dinero para construir infraestructura. Esa realidad del uso del dinero inorgánico para financiar gasto clientelar de los partidos políticos viene desde los años sesenta y en la última década fue tan acentuado que ha requerido varias conversiones monetarias. Hablamos de crecimiento de la liquidez monetaria de más de 1 millón por ciento en 5 años. Y siempre muy por encima del PIB desde 1970. La hiperinflación y las caídas del PIB en los últimos años como consecuencia del uso de la liquidez monetaria inorgánica hicieron frenar y tomar consciencia de los daños que causa. Y en los últimos dos años se ha comenzado a tomar acciones correctivas.

Sin embargo, hay tres cuellos de botella que subsisten para recuperar la economía. Uno, es el altísimo encaje legal que impuso el BCV a la banca venezolana le impide hacer prestamos en bolívares y en dólares. Esto quiere decir que para detener la hiperinflación el gobierno decidió impedir que los bancos presten dinero a las empresas privadas y al consumidor por el temor de que esos créditos se vayan a comprar dólares y vuelva a haber fuga de divisas e hiperinflación. Este alto encaje legal junto a la liberación de precios y de cambio también busca obligar traer ahorros privados para autofinanciarse como beneficio del levantamiento de controles. Parece difícil que el sector privado traiga ahorros a Venezuela para financiar sus actividades debido a que ya ha perdido mucho de sus ahorros en los últimos 7 años, y a que el gobierno no ha tomado los pasos profundos de sanear las finanzas públicas presentando información financiera de cada ente del estado, del BCV y tampoco ha comenzado a hacer licitaciones de sus gastos. El encaje legal solo le permite al gobierno acceso a la liquidez monetaria del país y es excluyente del ciudadano.

No hacer licitaciones del gasto fiscal de acuerdo con la Ley es el segundo cuello de botella por resolver por parte del gobierno de Maduro. Un gasto fiscal sin rendición de cuenta y sin licitaciones es clientelar y siempre asegura devaluación e inflación y división social.

El tercer cuello de botella es que la economía venezolana está enfrascada en sanciones económicas de los EE.UU. y el gobierno, aunque reconoce que se han dejado de percibir $630.000 millones por las sanciones, se ha distraído infructuosamente buscando apoyarse en China, Rusia, Turquía, Vietnam y algunos países árabes para traer inversiones que no vienen. Medio picó el ojo a EE.UU. y Chevron vino.

Todos los venezolanos estamos sufriendo en esta disyuntiva pérdidas que el presidente de AN calcula en $630.000 millones y que seguirán mientras no se reduzca la batalla entre EE.UU. y el gobierno venezolano. EE.UU. no tiene por qué sancionar a la economía, debiera concentrase en sancionar individuos. Pero el gobierno nacional no debe dejar pasar más tiempo ni disimular que Irán, China o Rusia invertirán esas cantidades perdidas.

El gobierno debe enfocarse en aliviar las sanciones a la economía venezolana de EE.UU.. También el gobierno debe enfocarse en desarrollar un plan de licitaciones y debe rescatar la Ley de Licitaciones Públicas del año 2001 para ser aplicada inmediatamente. Las cifras estadísticas quedarán a través de la historia para que se pueda evaluar el aporte o los daños que los gobiernos han causado a la nación.

El gobierno del presidente Maduro debe tomar pasos contundentes para cambiar la situación actual de la economía. Los venezolanos no pueden ahorrar para la vejez. Son millones de venezolanos que tienen que sufrir las consecuencias de un gasto fiscal sin licitar que no es transparente, de un sector privado y un consumo que no tienen acceso al crédito debido al encaje legal. También el gobierno del presidente Maduro debe enviar una comitiva para aliviar las sanciones económicas de EE.UU. ya que hemos perdido $630.000 millones y no queremos perder más. En forma creativa el gobierno del presidente Maduro tiene una gran oportunidad de rescatar a las empresas del estado con inclusión social en los mercados de valores si se activan, rescatar el aparato productivo privado y negociar levantar las sanciones para crecer sin inflación. La historia premia a los que aman a su pueblo con hechos. La industria de vehículos es una muestra de lo que pudo ser Venezuela y no fue por malas políticas económicas. Venezuela pudo haber sido una de las principales en el ramo automotor en Latinoamérica. Fue centro de desarrollo de Toyota, GM, Ford, Chrysler y muchas otras con plantas manufactureras produciendo cientos de miles de vehículos y un sector de autopartes que generaban 40 % de los insumos y de calidad mundial, empleando cientos de miles de venezolanos. Venezuela se proyectaba como el país desde donde exportar vehículos a Latinoamérica. Hoy la industria automotriz esta desmantelada, las fábricas se mudaron a Brasil y Argentina y solo se importan unos miles de vehículos al año y todo eso por las pérdidas que ocasionaron el no reconocer las cartas de crédito en 1990 y CADIVI 2013. Nunca es tarde para corregir errores ni para celebrarlo.

Twitter: @alejandrojsucre

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Carlos Raúl Hernández

Aborda en la Vía del Trittone, frente a Piazza Barberini y le pide al taxista, quien resulta también venezolano, lo lleve a una trattoría cerca del Coliseo. Para congraciarse con el conductor, al pasar frente, le habla de las maravillas de esas ruinas y sus significaciones. Luego de un silencio chicha, el taxista responde- “¿Sabes pana? Yo lo que quiero es que tumben esa m… y hagan un estacionamiento para que mejore el tráfico”.

Pablo Iglesias y su novia se fijaron la modesta misión de abolir la monarquía, el capitalismo y los sexos en España. Pero hicieron una encuesta y están iracundos porque las mujeres prefieren la penetración a masturbarse y la secretaria de Estado, Rodríguez Pam, cuestiona indignada tal aberración. Con apenas 35 escaños sobre 349, Podemos amenaza las instituciones, hace aprobar una irónica ley en defensa de la mujer que ha liberado 700 abusadores sexuales y para justificarse acusan a los “jueces fachas”, cuando mayoría de la judicatura son mujeres. En ese panorama descerebrado de gobierno, rezo porque Felipe VI siga ahí duro. No es fácil la revolución porque para liquidar monarquías, en Europa saltó más sangre que en las obras completas de Sam Peckinpah. Comenzó cuando Robespierre quita la cabeza del pobre Luis XVI y treinta o cuarenta mil más. El asesinato de los zares Nicolás y Alejandra y toda su familia, vino con la primera guerra mundial, la revolución bolchevique y luego 8 millones de bajas de la guerra civil en Rusia.

La república de Weimar surgió de la derrota alemana en la misma primera guerra, y, en Italia, esta vez la segunda guerra produjo 400 mil cadáveres de italianos para que hubiera república en 1946 en Italia. Los españoles fracasaron en 1936, al costo de entre 600 mil y un millón de vidas, pero Podemos piensa que no fue una mala inversión. Hablan de “crisis de la monarquía” con argumentos de bachillerato. Hace diez años terminan tres reinados. Beatriz de Holanda abdica a favor de su hijo Guillermo, precisamente en el aniversario de la Casa Real. En julio de ese año, Alberto II de Bélgica en su hijo Felipe, por estropicios de imagen al salir esqueletos del clóset, su amante de larguísima data con una hija ya mayor, y varios problemitas fiscales. En 2014 Juan Carlos de Borbón, justamente vapuleado, traspasa el trono al príncipe Felipe. Durante los 2000 surgió un rolloso republicanismo entre académicos malentretenidos y políticos radicales, que identificaban república con “virtud” y demás viejas pendejadas que aterrizaban en la pavosidad extrema.

Salvador Ginés, Victoria Camp, Giacomo Marramao y varios otros, nos hacían deducir que Siria o Irán son virtuosos, frente a las oscurantistas monarquías de Holanda o Inglaterra sin explicar por qué. Este jacobinismo de ociosos, trasnochados “repúblicos” (rima disonante con “ridículos”) proponía versiones locales de Cicerón o Catilina. Se viven malos momentos en las casas reales cuando se evidencia que son seres humanos, como las andanzas legendarias de Carolina de Mónaco, Lady “D”, Juan Carlos. William y Kate Middleton se divorcian este mayo. La asoleada Meghan piensa que “el show debe continuar” mientras se vendan entradas y libros. Isabel II desapareció educadamente sin aclarar sospechas de que era un cyborg. Cuestionan la monarquía “por no ser democrática”, pero ignoran Cuba y Corea del Norte, nuevas realezas, no regidas por la constitución sino por la revolución. Gran Bretaña, Holanda, Noruega, Suecia, Dinamarca, Bélgica, Liechtenstein, Mónaco, Luxemburgo son bienestar de la humanidad, sociedades con altas calidades de vida, democracia y libertad personal.

Las diez monarquías constitucionales tienen abrumador respaldo popular, en promedio 70%, salvo Noruega donde llega a 93% y los líderes democráticos de izquierda, centro y derecha, respaldan sus instituciones y no quieren reparar lo que funciona bien. España sale de la lista por un gobierno atolondrado, aunque la idea de Iglesias, amputar la monarquía como un apéndice séptico, luce sin destino. Seguramente sueña que, en vez de rey, España tuviera un ayatolá. Quienes nos traen mundos nuevos, menosprecian el proceso histórico de formación de la democracia y cultivan la idea de que un hombre o un partido con las doctrinas correctas y la disposición, deben cambiar abruptamente la vida de todos. Sería tan necio reimplantar la monarquía en Alemania como eliminarla en los Países Bajos. El edificio político construido en miles de años y que cristalizó la vida libre y democrática, no se sustituirá al gusto de utopías, y sin falta producen las conocidas desgracias colectivas de las que aún el mundo no termina de recuperarse.

Los recontra tatarabuelos reales plantaron las semillas y eso es un símbolo de veneración colectiva. Los monarcas son figuras simbólicas que representan la historia y no son democráticamente escogidos, ni gobiernan, lo que hacen poderes electos. Se les respeta como a las catedrales o las ruinas que recuerdan un pasado común, pero están sometidos a la ley, como cualquier otro ciudadano en un país decente, aun cuando mi amigo el conductor quería tumbar el Coliseo. Y mantienen la cohesión social. Fuera de las confrontaciones políticas, la corona es un campo de respeto compartido, de unidad en la pluralidad. El título real en Bélgica no es “rey de Bélgica” sino “rey de los belgas” y es el tejido conjuntivo entre valones y flamencos. Los que quieren volver al radicalismo revolucionario de 1936, podrían inflar en España una turbulencia y no le sacan los perros de encima a la memoria de Juan Carlos. No es contra la monarquía sino contra la unidad de España.

Cicerón escribió que la Constitución romana era la civilización porque “se basaba en el genio de muchos hombres y no de uno solo, y no en una generación sino durante muchos siglos y muchas generaciones”. Pero algunos quieren que también tumben esa porquería. ¿Tiene algo que ver la corona en el deterioro del ambiente político español o es producto de que el gobierno quiere obligar a todos los ciudadanos a ser mujeres? ¿Es que Alemania, Grecia e Italia no ofrecen complicaciones por ser repúblicas? La crisis política española tiene una explicación clara. Sánchez es un político con gran habilidad, pero en manos fundamentalistas, dilapida por sus malas compañías los éxitos de González, Aznar y Rajoy en 30 años, que hicieron del país una estrella del desarrollo, “el tigre europeo”. Luego expansión populista del gasto público, falta de reformas internas, dañan la prosperidad y vino el colapso de librito: un estado que gasta más de lo que ingresa, la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria, entre 2008 y 2014, y pasó lo de siempre: las políticas socialistas duran mientras se acaban los reales.

Emergieron los “indignados” y la amenaza la unidad nacional, la democracia, la monarquía, con los nacionalistas catalanes, Esquerra Republicana, y el Partido Nacionalista Vasco. Valor y lucidez tuvo Juan Carlos en los momentos cruciales: el golpe de Tejero, la entrada del país en la Comunidad Europea, y durante los casi cuarenta años de apoyo a decisiones que permitieron el progreso. Pero también tenía hormonas hiperquinéticas y exagerada propensión por amantes y elefantes. Biógrafa de su esposa cuenta ¡1500 novias!, de todas las generaciones, desde Sarita Montiel hasta la bella y brillante Corinna zu Sayn-Wittgenstein, pasando por Lady “D”. Cazó paquidermos, fue cegato ante los negocios de la infanta y las agallas de su yerno, faltas castigadas con la abdicación y el descrédito.

Pero el camarada Iglesias, quiere hacer ver que la monarquía tiene algo que ver porque sí, con los problemas de España, un móvil estratégico: sacarle un naipe al castillo de la democracia para que se caiga. En las elecciones podrían impedir que se llegue de nuevo a las “dos Españas” que no pueden convivir, porque a ellos no les da la gana. Aprovechan la dependencia de Sánchez, e imponen la demencia. Por fortuna González, Aznar y Rajoy están en plenitud de capacidades y ante una nueva prueba. González lanzó hace años la idea de un “gobierno de concentración nacional” con el PSOE y el PP. Hoy Vox parece que será una presencia polémica e importante, sobre todo si se desplaza al centro.

@carlosraulher

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Ismael Pérez Vigil

Este año y el próximo, son años electorales en Venezuela; en 2023 en la oposición democrática tenemos un proceso de elección primaria, para elegir el candidato que competirá por este sector en las elecciones presidenciales de 2024; por ello es oportuno examinar, aunque sea someramente, lo que ha sido el camino del voto en Venezuela.

No ha sido fácil ese camino en los 213 años de vida republicana. Hagamos un breve relato o resumen de los hitos más importantes de ese camino, desde la Primera República, hasta nuestros días. Los procesos electorales en Venezuela, desde esa época y hasta 1958, −con algunas excepciones− desde luego no fueron democráticos, si acaso algunos en apariencia; y no faltaron las escenas de violencia y fraudes. Pero vamos a concentrarnos en algunas características generales, sin entrar en muchos detalles.

Entre 1811 y 1935.

Hasta la muerte de Juan Vicente Gomez, fueron 125 años con muchos cambios, idas y venidas; en general: votaba un pequeño sector de la población, no votaban las mujeres, solamente lo hacían los hombres, en algunos casos y momentos, los mayores de 21 años, en otros los mayores de 25 años. y que fueran propietarios, de bienes muebles o inmuebles o ejercieran un oficio útil, que no fuera de servidumbre y en algunos casos tampoco los jornaleros; la cifra del monto para ser considerado propietario fue bajando de 2000 pesos (1811) a 100 pesos (1830); en algunos años votaban los militares, de cierto rango, (lo del “populismo militarista”, tampoco es un invento reciente, nos viene desde El Libertador, tras la Constitución de Angostura en 1819); en algunos años se permitía que votaran los analfabetos, en otros, la mayoría, no. En algunos casos los presidentes eran electos por el Senado, en otros casos votaban los Concejos Municipales (por ejemplo, en1901, durante el gobierno de Cipriano Castro)

Un bache de “apertura”.

En el periodo de 1936 – 1945, durante los gobiernos de López Contreras y Medina Angarita, se produjeron grandes cambios en el sistema electoral: Se creó el Consejo Supremo Electoral, órgano que reglamentó la organización y supervisión de los comicios mediante las Juntas Electorales; comienzan a aparecer los partidos políticos modernos y la reforma constitucional de 1945 fue “la gran reforma”: estableció el voto directo a los varones mayores de 21 años, alfabetos, para la elección de diputados al congreso y se permitió el voto a las mujeres, pero limitado a los concejos municipales.

En el Trienio Adeco.

Entre 1946 y 1948, se consolidaron algunas de las reformas que habían sido objeto de luchas políticas desde los años finales de la dictadura de Juan Vicente Gómez. El 15 de marzo de 1946, la Junta Revolucionaria de Gobierno, que había derrocado a Medina Angarita, convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente; está promulgó el derecho al voto de los mayores de 18 años, hombres y mujeres y en 1947 se realizaron en Venezuela las segundas elecciones populares, con voto directo y secreto −en 1860 se habían realizado las primeras, con voto de los casados o mayores de 20 años, donde resultó electo un civil: Manuel Felipe Tovar, quien duró menos de dos años en el poder−; pero fue en esta oportunidad, en 1947, que se realizaron elecciones con voto universal, directo y secreto en las que resultó electo Rómulo Gallegos. En 1948 se eligió de manera directa los Concejos Municipales, que a su vez elegían a los Alcaldes, hasta 1989, que estos comenzaron a elegirse de manera directa.

Dictadura Militar de 1948 a 1958.

Durante esta dictadura, cuyo último tramo, desde 1952, la encabezó Marcos Pérez Jiménez, se produjo un retroceso; el 19 de abril de 1951, el estatuto electoral, elevó a 21 años la edad para votar. Bajo esas normas la dictadura realizó un par de procesos electorales. En 1952, tras una fraudulenta elección de una ANC, en la que los resultados les fueron adversos a la dictadura, ésta estableció una censura de prensa, destitución de autoridades electorales, persecución de líderes políticos, exilio de opositores, etc. (estos elementos, que conocemos bien, tampoco se inventaron en años recientes). En 1957, el 15 de diciembre, la dictadura, en vez de convocar las elecciones presidenciales que constitucionalmente correspondían, organizó un plebiscito, que “naturalmente” ganó el gobierno, con el 86% de los votos; sin embargo, fue derrocado un mes y una semana más tarde.

De 1958, hasta 1998, en democracia.

Tras el derrocamiento de Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, se abre una nueva etapa, aún vigente, del proceso electoral venezolano: Se establece el sufragio universal, directo y secreto, que como vimos se ensayó en 1860 y se había aprobado en 1946, por la Junta Revolucionaria de Gobierno, y ensayado nuevamente en 1947 para elegir a Rómulo Gallegos. A partir de 1958, en un mismo evento electoral se pasó a elegir: el presidente de la República, el Congreso Nacional, las Asambleas Legislativas y los Concejos Municipales.

Durante esos 40 años hubo algunos ligeros cambios, siempre para profundizar el poder del voto y la vía electoral. Por ejemplo, en 1989 se pasa a elegir de manera directa a los gobernadores, alcaldes y concejales, estos últimos por el sistema de representación proporcional mixta; en 1992, se escogen por votación popular las desaparecidas juntas parroquiales; en 1993 se elige a los diputados al Congreso Nacional por sistema mixto, planchas y nominal, pues antes se votaba solamente por el sistema de planchas.

A partir de 1998, el retroceso.

Una vez establecido en el poder, el actual régimen, surgido gracias a la democracia, rápidamente se mostró contra la voluntad popular, que decía defender. Rápido se les pasó la euforia democrática, por la cual retaban a la “escuálida” oposición a procesos electorales.

Se dieron cuenta que su caudal electoral mermaba y que la indiferencia de la abstención se apoderaba del ánimo de la gente, pues este fenómeno desde 1998 ronda el 30% del padrón electoral. Se dieron cuenta además de dos cosas: una, que para mantener poder es necesaria la fuerza, debido en buena parte a la actividad opositora que, aunque poco exitosa en el objetivo final, ha logrado poner resistencia al régimen y sobrevivir. Y la segunda, la necesidad de destruir en la conciencia el espíritu democrático del venezolano, que lo lleva a votar, a elegir sus gobernantes, gobernaciones y alcaldías, el poder legislativo, etc.

Continuaremos en la próxima entrega con el desarrollo de estas prácticas anti voto por el régimen instaurado desde 1998 hasta nuestros días.

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Griselda Reyes

¡Venezuela es el mejor país del mundo! Tenemos petróleo, hierro, oro y un sinfín de reservas naturales con las que Dios bendijo a esta tierra ubicada al norte del sur, con paradisíacos sitios turísticos y gente maravillosa. A menudo, manifiesto esto en mis redes sociales, y los promotores del odio y las rencillas separatistas me caen encima. Muy a pesar de ello, lo mantengo: Tenemos el mejor país del mundo.

Y ustedes se preguntarán: ¿Por qué tanta terquedad? Ciertamente, estamos en una difícil coyuntura económica, consecuencia de la debacle política; y atravesamos de nuestras más graves crisis sociales; el país ni ha tocado fondo, ni se ha acabado, ni se acabará. De manera inexplicable, hemos ido saliendo progresivamente de la atroz crisis de hambre en la que años atrás nos sumergieron las erráticas medidas económicas del denominado «Socialismo del Siglo XXI».

Pero volviendo a ver el vaso medio lleno, suscribo lo que he mantenido por mucho tiempo. En este país hay un grueso importante de venezolanos dispuestos a darlo todo para sacar a este país adelante. Lo que nos falta es cohesionarnos en función de remar todos juntos.

En días recientes hemos visto como se ha popularizado el deporte de kayak en el embalse La Mariposa. Un joven me comentaba el otro día que es muy cansón cuando lo haces solo y el acompañante no ayuda a remar. Esta metáfora la extrapolé de inmediato a nuestro país. Se nos hace muy cuesta arriba a quienes, tercos como yo, a diario luchamos contra todo pronóstico por mantener negocios en marcha.

Es seguro que, si todos sumamos esfuerzos en un futuro común, es muy difícil que nos lleve la marea. Por ello es necesario, que los referentes más importantes de la vida pública nacional sean valorados por cualquiera que logre puntear en la carrera electoral, para contar con su experiencia y sabiduría en función de las políticas públicas que deben asumirse una vez que se logre el cambio político que tantos anhelamos. 2024 es una gran oportunidad para ello.

Si Nicolás Maduro es derrotable, no es el norte de estas líneas. Si lo es la urgencia de organizar la «coalición de los mejores» para llegar al país que aspiramos ser: empresarios, gremios, sindicatos, academias, y todos los componentes y personas de la sociedad civil, deben ser convocados a sumar lo mejor de sí para la reconstrucción de Venezuela.

Escribo todo esto inspirada en el ejemplo que ha dado la selección de Venezuela en el Clásico Mundial de Beisbol (equipo que a la hora de corregir este artículo se mantiene invicto en la jornada deportiva mundialista). Nuestros jugadores han dejado claro que no solo son los mejores, sino que tienen la nobleza y humildad para compenetrarse como una gran hermandad en el fin común de alzar nuestro tricolor y hacernos sentir ¡grande!

Venezuela siempre ha sido, y estoy segura que volverá a serlo, un país sin mezquindades, sin enanismos. Donde todos nos vemos como iguales a la hora de sumar. No crean que la inspiración me ha vuelto come flor, en lo absoluto.

¡Debemos exaltar lo bueno que somos, para visualizar desde ya lo que podemos llegar a ser! Fuimos un país potencia, de los más desarrollados de Latinoamérica, y eso fue por la sumatoria de los esfuerzos de personalidades de primera línea.

Los actores políticos de la oposición de nuestro hoy, deben dar el paso y empezar a organizar y unificar criterios en un discurso unificador, que llene el bullpen opositor de puros cuartos bates, en analogía con los que componen hoy nuestra selección nacional.

Conformar un gabinete compuesto de notables, niega la composición democrática y plural. En su lugar, debe lograrse la integración de todos los venezolanos, desde las bases, en organización y articulación de comunidades organizadas bajo intereses comunes. En mis recorridos por los sectores populares de Baruta y otras zonas del estado Miranda y por toda Venezuela; me he topado con muchísima gente echada pa’lante que quiere aportar, que tiene conocimientos y compromisos para el país que debemos ser.

La clase política hoy está obligada a incorporar desde los más radicales chavistas hasta los descontentos, con sus errores. Un «mea culpa» que le permita a la gente volver a confiar, más allá del solo señalamiento y excusas. La tarea debe ser completa: Hay que enmendar lo malo para volver a sumar. Por Venezuela, podemos y debemos lograrlo.

griseldareyes@gmail.com

Twitter: @griseldareyes

www.griseldareyes.com

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Ángel Monagas

Venezuela sigue entre dos voces. Algunas incluso llegan a hacer tanto ruido, que muchas veces es ensordecedor y otras, continúan como los músicos del Titanic: El barco hundiéndose y no dejan de tocar sus instrumentos, de seguir sus partituras.

El discurso de que Venezuela ha mejorado aparece en la agenda del gobierno, del chavismo y en el sector gubernamental de la oposición; es decir, los gobernadores y los alcaldes.

Atrás sigue la bulla permanente de los maestros, de los educadores, de los pensionados y de los jubilados y de los trabajadores públicos en general, quienes no han podido lograr el objetivo ni a medias. Mientras otros, continúan recorriendo el país, o lo que quede de él, haciendo campaña para ganar las primarias y luego competir ante el candidato oficial.

Ahora se suman voces del sector militar, quienes realmente tampoco han sido favorecidos, comenzando por los círculos familiares alrededor.

Creo que incluso me equivoqué al principio. No, es una a dos voces. Es una, sin respuestas. Son dos monólogos.

La pelea

La batalla por las condiciones de una hipotética elección, aún no está 100% seguro que se vaya a dar.

El sector político opositor pide mejores condiciones. Por Dios, en un país con más del 60% de la población infantil desnutrida, con una población adulta sin masa muscular y también padeciendo grandes necesidades, con poblaciones completas sin electricidad una o dos veces al día, sin agua, sin que le recojan la basura, aunque ya ni para hacer eso da la vida, inseguridad, medicinas a precios altísimos e instituciones hospitalarias y educacionales en el piso, se le ocurre a los que buscan el poder ¿pedir condiciones?

No las hay para unas elecciones transparentes ni para vivir humanamente.

Ese reclamo permanece porque no se manifiesta de manera constante, en lograr la libertad de más de 270 presos políticos.

¿Qué debe ser primero? ¿Cuál debe ser la preocupación primaria de los aspirantes?

Los militares venezolanos seguirán actuando pretorianamente o ¿tenemos esperanza de cambio?

¿El CNE garantiza imparcialidad?

¿La justicia «ROJA» estará dispuesta a velar por el respeto de los derechos humanos?

¿Será secreto el voto?

¿Qué podría suceder si el día de las elecciones, un dirigente del PSUV se presenta en un barrio donde el dinero no alcanza para comprar un “tobo o pipa” de agua, ofreciéndola a cambio de votos? ¿Qué sucedería?

¿Tendrán éxito?

Allí entraría el principio de la economía del voto y mucha gente dirá, «si ellos igual van a ganar, vamos a sacarle algo de provecho».

Las campañas

Todas están erradas. El chavismo seguirá con la asesoría cubana aplicando el dispositivo de «cómo ganar una elección sin votos y con el 80% de rechazo». Yo no creo en la salida militar ni es eso lo que planteo. No hemos estructurado una estrategia para el sector gobernante y causante de la crisis: El sector militar. Ellos actúan en acatamiento de sus principios “Ni se niegan ni se ofrecen”.

Peor cuando un grupúsculo sector disfruta de ser gobierno y no aparecer. El poder de Nicolás es un espejismo.

Los líderes políticos siguen perdidos en una campaña sin concepto y no interpretando el sentido de la oportunidad. El venezolano piensa en votar, aunque prefiere que la lucha por sus problemas sea aquí y ahora. Hay una Venezuela posible, para políticos que trabajen por lo imposible.

Pdvsa privada Pdvsa pública

Cada uno de los aspirantes en la oposición se pronuncia. El vacío conceptual repito es mucho. La densidad es inexistente en muchos. Cuando escucho algunos en contra de permitir el ingreso del sector privado, recuerdo al difunto diciendo «Ahora Pdvsa es del pueblo».

Cuando lo ha sido. Ni cuando Chávez ni cuando Pérez. La nacionalización fue el gran negocio de un sector económico del país.

En la Venezuela chavista cuál fue la mejoría de la nación. ¿Qué pueblo se hizo propietario de Pdvsa?

El único periodo, desde 1958 hasta el presente que hubo realmente la posibilidad de cambiar, fue en el segundo mandato de Caldera con la apertura petrolera.

Claro que hubo corrupción, irregularidades, errores, no obstante, la visión era la adecuada hacía un recurso que tiene fecha de caducidad y no estamos pensando en las generaciones futuras. La gallinita de los huevos de oro, necesita «poner» y que nadie se quede con los huevos. A futuro no se necesitarán ni gallinas para comer proteínas del huevo.

Pensar hacía el futuro también es hacer patria.

La Pdvsa roja rojita, la actual y la de Ramírez sirvió únicamente a los intereses más dañinos del pueblo cubano, chino, ruso e iraní.

El hambre también usa uniforme militar

La tragedia venezolana finalmente empezó a aparecer en el sector militar. La crisis económica llegó a los militares vestidos de verde, azul y blanco.

Los «ranchos militares» lloran. Antes comer en un cuartel era una gloria. Vean actualmente los menús, las raciones.

Asombra ver la cantidad de soldados, de tropa en general, deambular en los alrededores de las instalaciones militares metiéndose un «pepito, una arepa, un sanguche, un pan o lo que sea, para completar».

El hambre se uniforma en la muestra de nuestros soldados, oficiales. Unos privilegiados tienen como resolver ellos y su familia, la mayoría no.

Los médicos militares a sotto voce comentan el alto grado de desnutrición presente en nuestras Fuerzas Armadas.

Sería dantesco ver en una parada militar mostrando la tropa del ejército de Estados Unidos, México, Colombia, Guyana y Venezuela.

Ustedes no saben como me rio cuando el payaso Padrino López, señala que están preparados para repeler el «pie insolente del extranjero». Al mismo tiempo me da tristeza. Admiro al militar venezolano, el común, no el cómplice ni el ciego, porque para pertenecer a las FAN hay que tener «vocación» y “devoción”. No hay que ser especialista en el tema militar, para suponer la cantidad de solicitudes de baja que existen.

Algunos estúpidos siguen cayendo en el juego al decir «eso es mentira, es el G2 cubano que inventa para entretener». No señores hay un genuino malestar castrense.

La oposición tiene la palabra.

La mejor propuesta: Cesar Pérez Vivas

Las encuestas son una fotografía del momento. No una razón para decidir. De todos los candidatos en Venezuela, el que hasta el presente tiene las ideas más claras y necesarias para la Venezuela del futuro es el gocho Cesar Pérez Vivas. Quienes me conocen saben que no lo apoyo. Simplemente reviso discursos, propuestas y por honestidad intelectual lo declaro. Si ganará o no, ese es otro asunto.

Quizá por su formación, experiencia y relaciones, Pérez Vivas ha presentado la mejor visión de una Venezuela posible, que necesitamos todos.

El resto de los hasta hoy presentados, colocaría en segundo lugar a María Corina. Capriles por ahora es más de lo mismo y muy desacertado a mi juicio. Benjamin Rausseo la gran decepción, es una mezcla de populismo con histrionismo, esos títulos no sé cómo los obtuvo, dudo que estudiando o reflexionando, sus propuestas (las poquitas) parecen haber salido de una rockola de 1930, viejas, obsoletas y desechadas por ser dañinas. El reciclaje se impone Benjamín. Prosperi no prospera y Bernabé creo que ni candidato de su facción lograra ser.

Twitter, Instagram y TikTok como @angelmonagas. de lunes a viernes por YouTube canal CaigaQuienCaiga TV

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Maxim Ross

Me atrevo a incurrir en este delicado y peligroso terreno de la coyuntura actual, aun a pesar de que esta propuesta no tenga eco en el mundo político, pero quizás si en de la sociedad civil. Creo que valdría la pena evaluar fría y reflexivamente la conveniencia de renovar todos los poderes públicos en un momento dado, mientras más pronto mejor. Aporto varias razones en favor de esta idea:

1ª. A partir de 1999 todas las elecciones nacionales, excluyendo la presidencial de 1999, y las regionales han estado sujetas a diferentes cuestionamiento que permiten concluir en que los poderes elegidos, todos, han sido rechazados por cada uno de los actores políticos, lo cual nos coloca en posición de afirmar la necesidad de ir a un proceso político electoral en el cual se renueven todos los poderes públicos y donde la población pueda expresar libremente su opinión y los legitime consensualmente. Una elección en la que todos estén representados y puedan así ser elegidos,

2ª. Más allá de la elección presidencial la que, desde luego, tiene importancia capital por el peso del “híper- presidencialismo venezolano, es relevante evaluar la situación actual del resto de poderes públicos, cuando, de ambos lados se cuestionan severamente las dos Asambleas Legislativas y sus respectivo Poder Judicial. Si una situación como esa se mantiene, el País se coloca en el borde de un entorno Institucional consiguientemente conflictivo que paraliza e inmoviliza, no solo a los actores políticos envueltos, sino, lo que es peor, a Venezuela en su totalidad,

3ª. Siendo que la elección de la Asamblea del 2015 fue confirmada y aceptada por el organismo electoral y por las autoridades gubernamentales y de ella se constituyeron poderes colaterales, tal como fue caso del “Gobierno Interino”, la reacción gubernamental fue oponerle las tesis originadas en el Poder Judicial y luego producir la elección Presidencial y de la Asamblea, no reconocidas, creando una innegable crisis institucional con dos Cámaras Legislativas, dos Poderes Judiciales y dos Poderes Ejecutivos. Una situación que, desde luego, tiene paralizadas a ambas partes y al País en su totalidad,

4ª. Y ultima. Por razones estrictamente practicas sugiero que esas “mega elecciones” se realicen en el 2025 para no interrumpir la secuencia de la elecciones presidenciales, incluyendo particularmente las primarias que debe realizar la oposición democrática, pero si fuera posible y conveniente, por razones técnicas, realizarlas en en 2024 no me opondría.

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Acceso a la Justicia

«A veces hay que doblarse para no partirse». En la Universidad Central de Venezuela (UCV) han asumido la frase que popularizó el diputado opositor Henry Ramos Allup, al inicio del conflicto entre el chavismo y la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, pues tras negarse durante 15 años a aceptar las condiciones que el oficialismo le impusiera para renovar a sus autoridades, han cedido y las terminarán aplicando en los comicios que celebrarán el próximo 26 de mayo.

Así se desprende del contenido del Reglamento Transitorio para la elección de rector, vicerrectores, secretario, decanos y representantes profesorales de la UCV, aprobado por el Consejo Universitario de la casa de estudios superiores el pasado 20 de julio de 2022.

En la exposición de motivos del instrumento se reconoce que el mismo fue dictado con el propósito de dar complimiento a «lo dispuesto en la sentencia n.º 0324, emanada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 27 de agosto de 2019, mediante la cual se suspende cautelarmente la aplicación de los artículos 31, 32 y 65 de la Ley de Universidades en cuanto a la forma de elección de las autoridades universitarias, hasta tanto se dicte sentencia definitiva en el proceso en curso y, se establece cautelarmente un régimen transitorio para la elección de las autoridades de la Universidad Central de Venezuela que deberá aplicarse a tal efecto».

Así, en el reglamento electoral ucevista se amplía el padrón electoral y se crean los cinco registros electorales (profesores, estudiantes, egresados, empleados administrativos y personal obrero) que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) mandó a establecer, en aplicación de lo dispuesto en la Ley Orgánica de Educación que en 2009 aprobó la AN controlada por el oficialismo. Una medida que la UCV, junto a las otras casas de estudios nacionales autónomas, se había negado a acatar por ser inconstitucional.

Una disyuntiva complicada

La Ley Orgánica de Educación ordena que las elecciones universitarias garanticen que el voto paritario de los profesores, estudiantes, empleados y obreros tengan el mismo peso, un mandato que las instituciones de educación superior consideraban contrario al artículo 109 constitucional:

«El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, estudiantas, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley».

En el mismo sentido, la Ley de Universidades vigente limita el registro electoral al claustro universitario (profesores y estudiantes) y concede a las casas de estudios superior la posibilidad de dictar sus reglamentos comiciales.

En los últimos tres lustros, la UCV y las demás universidades públicas autónomas nacionales se negaron a aplicar lo exigido por la Ley Orgánica de Educación, lo que dio pie a que la Sala Electoral del TSJ, primero; y luego la Constitucional les impidieran sistemáticamente celebrar elecciones, hasta tanto no aceptaran los cambios impuestos en el texto legal.

En 2019, el máximo juzgado dio un paso más allá y no solo mantuvo el bloqueo, sino que les dio a las casas de estudio 6 meses para celebrar elecciones paritarias, bajo la amenaza de que otro incumplimiento abriría las puertas para que el Gobierno las interviniera y designara autoridades provisionales.

Meses después, la Sala enterró la amenaza de intervención dado el compromiso de las instituciones de educación superior de cumplir lo ordenado. El reglamento transitorio es prueba de esa voluntad y parece revelar que el ultimátum consiguió sus objetivos.

El artículo 3 del instrumento señala claramente que el padrón electoral estará conformado por el personal docente y de investigación «ordinarios, honorarios, especiales, activos y jubilados, indistintamente de su escalafón», así como por los estudiantes, personal administrativo y obrero para la elección de rector, vicerrectores y secretario; y para el caso de los decanos los mismos que los anteriores, salvo los profesores jubilados.

Solo por esta vez

Las normas que regularán los comicios rectorales y decanales de mayo próximo no se aplicarán más que para este proceso. Así lo deja en claro el texto, el cual establece que expirará «15 días continuos contados a partir de la proclamación de todos los candidatos a los cargos de Rector, Vicerrector Académico, Vicerrector Administrativo, Secretario, Decano y Representante Profesoral ante el Consejo Universitario, Consejo de las Facultades y Escuelas».

Resulta llamativo que el texto ni deroga ni modifica el reglamento electoral de la UCV de 2007.

Además de ampliar el padrón, las reglas temporales eliminaron el quorum de votación necesario para considerar que el proceso fue válido, y en el artículo 6 se especifican los porcentajes de participación de cada sector, los cuales se calculan sobre el número total de profesores votantes: a los estudiantes regulares de pregrado les corresponde un porcentaje de 25%; a los egresados, un 5%; al personal administrativo un 10%; y a los obreros un 10%. Se desconoce el criterio utilizado para fijar estos porcentajes.

Por su parte, el artículo 7 señala que el candidato al cargo postulado que haya obtenido la mayoría de los votos (mitad más uno), sumados los votos de todos los sectores electorales, se proclamará ganador. Sin embargo, si ningún candidato lograra cumplir este requisito habrá segunda vuelta, con los dos candidatos con mayor cantidad de votos de los sectores electorales. Dicha votación se celebrará dentro de los 30 días continuos a la primera elección, es decir, el próximo 23 de junio.

Y a ti venezolano. ¿cómo te afecta?

Aunque consideramos positiva la posibilidad de que la UCV renueve sus autoridades rectorales y decanales tras casi 15 años sin hacerlo, lamentamos que terminara aceptando la mayoría de las condiciones impuestas por el TSJ, a pesar de que estas desconocen su propia autonomía universitaria y suponen una violación de lo dispuesto en el artículo 109 constitucional.

La UCV, como las demás casas de educación superior venezolanas, se encuentra sumergida en una profunda crisis, y para salir de ella es necesario que empiece por rescatar los espacios que le fueron secuestrados.

16 de marzo 2023

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