Pasar al contenido principal

Opinión

​José E. Rodríguez Rojas

A 63 años del inicio del régimen, el cubano promedio continúa agobiado por la crisis económica y social. A pesar de ello el modelo cubano se mantiene como un icono de la izquierda latinoamericana. Los líderes de ésta peregrinan regularmente a La Habana, a fin de dar testimonio de su fe en el modelo y la revolución que lo engendró. Algunos lo toman como parte de una creencia personal, pero el chavismo lo tomó como referencia para el diseño de las políticas públicas, generando una crisis muy similar a la de Cuba.

Los guerrilleros cubanos liderados por Fidel Castro ascendieron al poder a inicios de la década de 1960. En los primeros años el subsidio soviético permitió crear la ilusión de un modelo económico y social funcional. Se logró crear un sistema de seguridad social que se asemejaba en su cobertura al de países de mayores recursos. Igualmente sucedió en el campo educativo. Sin embargo una vez que los soviéticos se retiraron afloraron las ineficiencias, lo que obligó a los Castros a buscar un nuevo benefactor. Al final lo encontraron en el régimen venezolano, el cual funcionó mientras los precios del petróleo se mantuvieron en elevados niveles, pero una vez que estos colapsaron, las carencias de la experiencia cubana afloraron haciendo evidente que sin un generoso benefactor el modelo no es viable.

En el año 2010 el propio Fidel Castro reconoció las limitaciones del modelo cubano, señalando que el mismo no funcionaba ni siquiera en Cuba. Su intención, con tal expresión e inusual autocritica, fue reconocer el gigantismo del Estado cubano en aquel momento y crear un piso a la política pro mercado que su hermano estaba tratando de instrumentar, a fin de incentivar la iniciativa privada y reducir el tamaño del Estado.

Sin embargo la política pro mercado instrumentada por Raúl Castro no fue suficiente para cambiar sustantivamente la situación, pues la hipertrofia del Estado se ha mantenido al igual que su negativa influencia, coartando la iniciativa privada y cercenando las libertades individuales, lo que ha ocasionado que después de 63 años de revolución el pueblo cubano continúe agobiado por la crisis económica y social.

En el año 2021 los cubanos, frustrados por la carestía de los alimentos básicos, decidieron tomar las calles y protestar. Se trata de la mayor protesta desde el inicio de la revolución. Sin embargo el régimen ha reaccionado como usualmente lo hace reprimiendo y encarcelando a los disidentes. Ya que no se puede protestar miles de cubanos ha decidido huir en lo que se califica como la mayor emigración histórica que supera incluso la del Mariel (Rodríguez R. 2022).

A pesar de las múltiples evidencias sobre las limitaciones de la experiencia cubana la izquierda latinoamericana mantiene incólume su creencia en las bondades de ésta, lo cual hace pensar que esta creencia es más una cuestión de fe muy similar a la de cualquier secta o religión, pues carece de bases racionales. En forma similar a la peregrinación a La Meca de los musulmanes o a Jerusalén por parte de los cristianos, la izquierda latinoamericana viaja a la Habana a fin de dar testimonio de su fe en las bondades del modelo y de la revolución que lo engendró.

Uno de estos peregrinos ha sido Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el populista presidente de México. En días recientes acudió a La Habana a manifestar su admiración y reconocimiento a los cubanos por su resistencia ante el “imperio”. Sin embargo AMLO asume la creencia en las virtudes de la experiencia cubana y su reconocimiento al régimen como algo personal, que no involucra a su gestión. Como presidente de México, por el contrario, le toca complacer las demandas de Estados Unidos en relación al tema migratorio y acogerse a las nomas del acuerdo comercial con los Estados Unidos. AMLO y la dirigencia mexicana están conscientes de que este acuerdo ha estimulado las inversiones de las empresas estadounidenses en México, que han transformado al país azteca en el octavo exportador mundial de vehículos.

Hugo Chávez fue uno de los pocos que se tomó en serio el modelo cubano. El veterano líder izquierdista Luis Miquilena, cuando se desempeñó como su mentor y ministro, trató de convencerlo de la inviabilidad del modelo y que calcar el mismo no era algo conveniente para el movimiento que impulsaban y el gobierno que dirigían. Sin embargo Chávez no tomó en cuenta sus señalamientos e insistió en impulsar el socialismo del siglo XXI, impulsado por una fantasía en la cual se veía como el heredero político de Fidel Castro en Latinoamérica. Sin embargo el destino le hizo una jugarreta y le impidió concretar su ilusión. Su sucesor ha continuado calcando el modelo cubano, generando en Venezuela una crisis económica y social muy similar a la de Cuba, que ha forzado a más de 6 millones de venezolanos a emigrar.

Referencias:

Rodríguez R., J.E.2022. Los cubanos huyen masivamente del “mar de la infelicidad”. Dígalo Ahí digital. Boletín de Aragua en Red número 3, mayo 10.

Profesor UCV

 4 min


José Antonio Gil Yepes

Se observa una estrecha relación entre la recuperación económica, reflejada por el 62% de las empresas que reporta aumentos en sus ventas en la Encuesta Multisectorial Empresarial de Escenarios Datanalisis y la recuperación de la mayoría de los indicadores de opinión pública según la Encuesta Ómnibus Nacional de Datanalisis; incluyendo la recuperación del nivel de aprobación de gestión de NM del 10% al 21% y un 64% que reporta una Situación Personal positiva.

La reactivación se explica por políticas aplicadas desde 2019 en adelante: Liberación de precios, del tipo de cambio, de la circulación de divisas y reducción de aranceles. Luego, se sumaron otras políticas, como los créditos de BANCOEX para exportadores, la contratación de la gestión de empresas del Estado a empresas privadas, devolución de empresas expropiadas y hasta la privatización de empresas. Estas políticas explican que el empresariado haya financiado casi toda la recuperación económica, cosa que nunca había ocurrido en 500 años de historia estatista.

Pero ese mismo gobierno mantiene políticas contraproducentes a la reactivación: Un alto encaje legal que minimiza el crédito bancario. No permite prestar sino el 10% de los depósitos en divisas en las cuentas en custodia ni permite las transferencias entre dichas cuentas. Insiste en rescatar la vigencia del Bolívar, a la vez que pecha el uso de las divisas. Asigna aranceles cero y elimina el IVA a importaciones. Mantiene una significativa sobrevaluación del Bolívar (“quemando” reservas internacionales, en vez de utilizarlas para recuperar los servicios públicos), por lo que fomenta las importaciones, el desempleo, desincentiva el ahorro nacional, incentiva la fuga de divisas, desestimula la inversión, la producción, el empleo, las exportaciones y el turismo.

A todo ello se le suman el aumento de impuestos nacionales y municipales, aumentos de tasas y precios y tarifas de bienes y servicios, desmotivando a los inversionistas dada la tendencia recesiva de los impuestos, de las cargas parafiscales y de los pésimos servicios públicos.

Así y todo, habrá que preguntarse si NM no será un gran equilibrista que, más que sortear una oposición muy débil, las sanciones y el aislamiento internacional, que sabemos que no cambian gobiernos, ha logrado sortear unos demonios internos, abanderados del estatismo, el centralismo, la polarización y del autoritarismo; políticas desatadas durante el gobierno de Hugo Chávez. Al finado lo asesoraron muy mal Fidel Castro, Jorge Giordani y otros gurús de la concentración del poder, aunque ello significase la ruina del país y la de desestabilización del gobierno. Explicándose que a Chavez “no se le vio la costura” porque repartió enormes recursos, por su alianza cívico-militar y, más aún, por la debilidad y divisionismo entre los opositores.

Algunos de esos gurúes, como el mismo Giordani, tuvieron la osadía de tratar de confundir y presionar a NM acusándolo de ser el culpable de la crisis, ¡por no haber seguido los lineamientos de Chávez! Pero, el principal error de NM fue seguirlos y sin tener los inmensos recursos que tuvo el finado para tapar con subsidios al consumo los errores que destruyeron la producción y el empleo. El error de NM fue no cambiar esas políticas a tiempo, como sí lo hacían los gobiernos de AD y COPEI.

Los gobiernos del régimen de Punto Fijo cometieron los mismos errores desde el cambio de política petrolera en 1973. Desde entonces hemos tenido una política económica “bipolar”, que oscila entre dos extremos, estatismo y liberación, sin lograr una síntesis. Cuando se tienen altos ingresos petroleros, se incrementan el gasto público, la liquidez, el consumo; surge la inflación, se culpa al empresariado por ella para controlar los precios; no se devalúa, provocando la fuga de capitales, hasta que se controla el cambio (para tener poder y cobrar peaje). Al caer los precios del petróleo, los gobiernos se endeudan, hasta que explota la crisis, y, luego se ajusta y reestructura la economía mediante la liberación de precios, del tipo de cambio, la privatización y acudiendo al FMI. Estas condiciones atraen al empresariado, cuya inversión reactiva la economía, hasta que vuelvan a subir los precios petroleros, con lo que el gobierno de turno repite el ciclo anterior para evitar que el enriquecimiento de las empresas, empresarios y trabajadores fuerce la pluralización de la estructura política del país. En el caso del gobierno de NM, los precios petroleros se le cayeron en 2013, pero no acudió a la “solución” sino cinco años muy tarde, en 2019. Por lo que el daño a la economía fue mucho mayor.

Quedamos a la espera pues de ver qué hace el gobierno de NM con las políticas y los actores que frenan la recuperación económica. Así las cosas, los principales enemigos de NM, de sus proyectos futuros, del empresariado y del pueblo no son los opositores ni los gobiernos de Occidente sino sus propios radicales de izquierda.

@joseagilyepes

11 de mayo 2022

Versión Final

https://versionfinal.com.ve/opinion/jose-antonio-gil-yepes-la-economia-b...

 3 min


Edgar Benarroch

Buenos, regulares, malos y peores

Desde que Cristóbal Colón pisó tierras venezolanas hasta nuestros días, hemos tenido gobiernos buenos, regulares , malos y peores. Los buenos y regulares pueden contarse con los dedos de las manos y seguro nos sobran dedos y los malos y peores, para nuestra desgracia, son abundantes.

Venezuela es un país bendito por Dios y la naturaleza, colmado de riquezas naturales y excelente gente, solo se requiere de inteligentes servidores públicos que administren nuestros cuantiosos recursos en función del Bien Común y la justicia y que se limiten por normas éticas y morales.

Como dije antes, por desgracia para el país y nosotros, los gobiernos o gobernantes malos y peores abundan en nuestra historia, el renglón de peores es numeroso y este régimen totalitario que aún tenemos lleva la bandera. Ningún gobierno peor que este, ninguno "más malo" como popularmente se dice.

Este régimen no sólo no ha servido para que el país funcione más o menos o como debe ser y la gente se desarrolle con normalidad, sino que dañó todo lo estaba bien y empeoró lo que estaba mal. Los servicios públicos son una calamidad, no funcionan y cuando lo hacen es de forma intermitente; la inflación, la más alta del mundo provocada por la horrorosa gestión económica-financiera del régimen, a llenado de pobreza a todos los venezolanos y pulverizado nuestra moneda, un bolívar vale menos que una piedra que encontramos en la calle; la inseguridad pública, personal y de bienes llega a niveles alarmantes no conocidos; el hambre campea en todo el territorio y con frecuencia se registran fallecimientos de menores por desnutrición; acabaron con PDVSA y el complejo siderúrgico de Guayana; nuestro parque industrial cerró en más del 70% y las tierras fértiles y fecundas las transformaron en pedregosas llenas de maleza; no existe mantenimiento de las obras civiles de uso ciudadano, en fin, el país se cae a pedazos.

La última dictadura militar del siglo pasado, la de Marcos Pérez Jiménez, mantuvo los índices económicos del país en niveles aceptables, se realizaron algunas obras civiles de relumbrón y la seguridad pública, personal y de bienes se mantuvo relativamente en niveles tolerables. Muy lamentablemente ello ocurrió en medio de un ambiente impropio para el buen desarrollo del ser humano, pues se nos negó democracia, libertad, justicia y tolerancia y se persiguió, encarceló, torturó y asesinó a la disidencia.

Este régimen es peor que aquel porque destrozó la economía y finanzas de la República y nos empobreció a todos, no presenta ninguna obra de importancia nacional, la inseguridad es asfixiante y todo ello dentro de una democracia altamente cuestionada y una libertad muy limitada, carente de tolerancia y perseguidor de la discrepancia. Estamos en un régimen totalitario que es lo peor de lo peor. Este régimen es la cara adversa del rey Midas de Frigia que todo lo que tocaba lo transformaba en oro, ahora lo que el régimen toca lo daña y perjudica.

Mil razones para salir de este nefasto régimen y mil razones para UNIRNOS quienes queremos cambio radical ya. La UNIÓN es la vía más rápida para salir de lo que tenemos y mantenernos en ella para la reconstrucción nacional que será dura, difícil y ardua pero apasionante, para entregarles a las generaciones siguientes un país moderno, en franca vía de desarrollo y en el que se viva con bienestar y felicidad.

9 de mayo de 2022

EL MAL

Últimamente he leído a unos estudiosos e investigadores de la conducta y comportamiento humano y algunos sostienen que el mal (entendido como comportamiento del hombre que se considera accidente perjudicial, destructivo o inmoral y constituye fuente de sufrimiento moral o físico al semejante o cosa. Algunos lo llaman perversidad) o la maldad es "inherente al ser humano " y como tal no puede ser acabado sin el exterminio de la especie humana.

Cabe preguntarse ¿es el ser humano malvado por naturaleza?. Sostienen científicos que el hombre no es bueno ni malo, es solamente producto de las circunstancias que lo definen como bueno o malo. No tengo cualidad ni especificidad para discutir este tema con los que lo dominan, pero dentro de mi ignorancia específica y con lógica y raciocinio, sin que sea irracional lo afirmado por los estudiosos, no puedo entender "que el mal no se acaba porque supone el exterminio de la especie humana" como concluyen los investigadores.

No asimilo que nacemos con la maldad incorporada. Venimos al mundo de manera impoluta, absolutamente ignorante de todo lo que nos rodea, dentro de una inocencia sin límites. La única carga que viene con nosotros cuando nacemos es la hormonal que determina nuestro sexo. Nos mantenemos angelicales e inocentes por lo menos en los primeros siete u ocho años de edad, que es cuando empezamos a diferenciar el bien del mal, es decir, a tener discernimiento, mientras tanto recibimos sensaciones buenas y malas a la que respondemos con risas o llantos respectivamente.

En mi modesta opinión, el bien y el mal están en el ambiente, en el aire, en las nubes y nosotros los tomamos y hacemos uso de ellos de acuerdo a las circunstancias y en atención a nuestra formación, principios y valores.

Un niño formado en una familia estable y amorosa, que consigue buen ambiente en la escolaridad, primaria, secundaria y superior y se desenvuelve en un conjunto de amistades bien formado, es de suponerse que está ganado para hacer el bien y cuando ocurre lo contrario, sin formación adecuada y sin valores ni principios y mal reunido, lo que debemos esperar es el mal.

Así pues que el bien y la maldad no vienen con nuestro nacimiento, simplemente nos valemos de ellos de acuerdo a las circunstancias y en sujeción a nuestra formación.

El deber ser es que nuestra formación, desde la mas temprana edad, sea dirigida a portarnos y actuar siempre bien y practicarlo con el prójimo, particularmente con el desasistido de afectos que requiere de nuestra comprensión, tolerancia y consideración.

Toda acción origina una reacción que debe ser directamente proporcional y de sentido contrario si nos es adversa y de solidaridad si la hacemos propia. Solo Jesus, dentro de su insondable humildad, mas celeste que terrestre, puso la otra mejilla. Si alguien nos da una bofetada, nuestra primera reacción es devolverla proporcionalmente o con mayor ahínco, pero poner la otra mejilla no, somos más terrestre que celestiales.

Como lo bueno y lo malo está en el ambiente, como hemos dicho, cada quién escoge su comportamiento de acuerdo a sus principios y valores. Creo que la abrumadora mayoría del ser humano se inclina por lo bueno y por el bien y rechaza lo malo y la maldad, por ello podemos vivir en sociedad, entendernos, ser tolerantes y considerados.

10 de mayo 2022

Las generaciones

Una generación es "Toda la gente que vive más o menos al mismo tiempo, considerada colectivamente". También puede describirse como "El periodo promedio, generalmente considerado como 20 o 30 años, durante el cual los niños nacen, crecen y se convierten en adultos". El análisis serio de las generaciones se inició en el siglo XIX, a raíz de la creciente conciencia de la posibilidad de un cambio social permanente y de la idea de la rebelión juvenil contra el orden establecido. Algunos estudiosos hablan de la generación "Baby Boomer", que es la nacida entre 1946 y 1964, durante la explosión de la natalidad posterior a la Segunda Guerra Mundial; de la Generación "X" nacida entre 1960 y 1982 y la generación "Millennial" aparecida desde el 2006 y que nacerá hasta 2029.

En nuestro país podemos hablar de la generación "del 28" que fue un grupo de venezolanos, fundamentalmente estudiantes, que protagonizaron en el carnaval caraqueño de 1928, un movimiento de carácter académico que derivó en un enfrentamiento con el régimen de Juan Vicente Gómez; de la generación "del 36" que se manifiesta en julio de 1936 durante la presidencia de Eleazar López Contreras con motivo de la aprobación de la Constitución Nacional, la primera después de la muerte de Gómez; la generación de 1958 que da a luz en enero de ese año a raíz del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; la generación "Internet" que aparece con la creación de una red de computadoras interconectadas a nivel mundial en forma de tela de araña que provee información a centenares de millones de personas conectadas a través de las redes de telefonía o cable, que nace en 1969 en pleno desarrollo de la llamada guerra fría y que se concibió como un proyecto militar y por último, la generación "Del Milenio" que aparece en el 2000 con el advenimiento del nuevo año que marca el inicio del nuevo milenio.

Se entiende que las nuevas generaciones son de menor edad, promedio, que las anteriores, pero en nada eso debe significar que la aparición de una nueva generación sea la ignorancia o peor, el marginamiento de las anteriores. Se supone que las anteriores están cargadas de un precioso bagaje de conocimientos que solo el tiempo provee, máxime si está presente el deber de actualizarse y formarse más y se entiende que deben ser de capital importancia para el desarrollo del pueblo. Marginar a un grupo de venezolanos por razones generacionales o de edad, resulta nocivo al desarrollo integral de nuestro país; lo lógico y sensato es que las generaciones, anteriores y última, se acuerden y unan. Unas aportando sabiduría y experiencia y otras inyectando sangre nueva y fresca. La unión de la sapiencia que da la experiencia cultivada con la actualización, con la lozanía de la voluntad juvenil es una dupla perfecta para contribuir a salir de lo que tenemos, que destroza el país y tanto daño nos causa a todos, y para conquistar cuanto antes un país muy distinto y mucho mejor.

Alguien afirmó que los países en profunda crisis, como el nuestro, apelan a su gente probada. Yo diría que no solamente a la probada sino también a la por probar que aún no ha tenido tiempo de desarrollarse y se supone está cargada de muchos ímpetus y voluntad de servicio. El país nos necesita a todos y por ello las exclusiones son serios obstáculos en la consecución del país que todos deseamos y si esa exclusión es por razones de edad, peor aún.

Llamemos a nuestra gente probada, cargada de experiencia, que conserva voluntad de servicio y está bien equipada con ideas modernas, para salir cuanto antes del horror y empezar a conquistar la Venezuela que deseamos y queremos.

Lo que nos ocurrió en abril de 2012, cuando Chávez renunció a la presidencia de la República, "la cual aceptó", fue por falta de conocimiento e inteligencia política, no vi a ningún político con experiencia en el desarrollo de los acontecimientos últimos, Carlos Navarro, para la época Presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, también se salió de la suerte. A lo mejor con inteligencia y experiencia política hubiéramos salido con bien del asunto.

12 de mayo 2022

En política, izquierda y derecha

En 1789 se instaló la Asamblea Nacional Constituyente surgida de la Revolución Francesa. A la izquierda del recinto parlamentario se concentraron los asambleístas que rechazaban la proposición de concederle al rey la capacidad de "Veto absoluto" a ciertas leyes, mientras que a la derecha se adecuaron los que estaban de acuerdo con dicho veto. De manera que a los del lado izquierdo se les consideró de ideología liberal y a los de la derecha como de ideas reaccionarias o conservadoras opuestos a reformas políticas. Desde entonces, en todo el mundo, a los políticos progresistas se les llama o se llaman de izquierda y a los conservadores de derecha, sin importar de que lado se sienten en el parlamento. La dicotomía derecha-izquierda se extendió por Europa durante el siglo XIX y a partir de 1830 por América del Sur y a finales del siglo XIX y principios del XX por África y Asia.

En Francia, durante el periodo llamado de Restauración, se acentuaron los términos de derecha e izquierda con contenido político. Marcel Gauchet, destacado filósofo francés y uno de los más prominentes intelectuales contemporáneos, afirma que el verdadero nacimiento de los términos en la política, está en ese periodo. En efecto; a la derecha estaban los contrarrevolucionarios que apoyaban la causa real y del lado opuesto, Izquierdo, los liberales.Los partidarios de una Monarquía Constitucional e independientes se ubicaron en el centro.

Los comunistas, técnicos y expertos en etiquetar a la gente y grupos, en endilgar calificativos y epítetos, se han encargado de decir que aquel que no lo es, es de derecha, conservador, burgués, capitalista, explotador y "pro yanqui" señalando adhesión a la política exterior de los Estados Unidos de Norte América. Los comunistas perseveran en esa práctica y la repiten hasta la saciedad a través de sus medios y líneas de publicidad, por ello hay que tener mucho cuidado de todo lo que proviene de allá, no todo al que llaman de derecha lo es y menos burgués, capitalista y explotador. Estos señores de extrema izquierda, los comunistas, se encargaron de decir que COPEI era un partido de extrema derecha, regalista, confesional, burgués, capitalista y de los ricos, afortunadamente el tiempo nos ha permitido presentar muy bien nuestro perfil y el malévolo empeño de los comunistas no prendió. Nos definimos y somos de centro con inclinación a la izquierda. Bien lo afirmó ese gigante, gran político y estadista el italiano Aldo Moro, vilmente secuestrado y asesinado por la mafia política de aquel país, cuando en su mensaje al Congreso habló de "L'apertura a sinistra", abrirse a la izquierda.

La democracia cristiana en un principio rechazó el agrupamiento de izquierda y derecha porque son términos que hacen referencia a espacios o lugares sin contenido ideológico alguno, pero se ha universalizado tanto su uso que de alguna manera lo manejamos.

En algunos países europeos como en España, la democracia cristiana representada por el Partido Popular se le ubica en la derecha y ello así lo aceptan; no ocurre lo mismo en Latinoamérica donde claramente está en la posición de centro con franca tendencia a la izquierda. Pero bueno, alguien afirmó que no importaba lo de izquierda o derecha, lo importante es el desarrollo integral y prosperidad de los pueblos y el bienestar y felicidad de la sociedad y la gente.

Cristo llegó al mundo terrenal no para apoyar y estar al lado de los imperios y convalidar el estado de cosas imperante, no, vino a cambiar todo para hacerlo humano, fraterno y respetuoso de la dignidad del ser humano, vino a ofrecer y predicar la solidaridad, privilegiadamente con los pobres y débiles, vino a redimir a los pobres y redimirnos a todos del pecado original. Más adelante hablaremos sobre las ideologías, que es un tema apasionante.

Hasta entonces.

13 de mayo 2022

 11 min


Maru Morales P.

Mientras los principales partidos de oposición en Venezuela avanzan en sus procesos de renovación interna, se identifican las primeras alianzas que comienzan a perfilarse con miras a unas posibles elecciones primarias. Los gobernadores recientemente electos, los partidos que aún respaldan a Juan Guaidó y un bloque pequeño con propuestas propias, pulsan desde ya para liderar la agenda que lleve a la elección de un candidato presidencial unitario, donde el “reformateo” del diálogo le presenta a las organizaciones políticas del espectro opositor un reto adicional.

Del éxito o fracaso de los procesos de renovación interna que enfrentan los partidos de la oposición dependerá el éxito o fracaso de la próxima estrategia política frente al madurismo en la ruta hacia 2024. Y es que desde inicios de este año, los principales partidos de la oposición venezolana tradicional anunciaron el arranque de sus procesos de revisión de estructuras y estatutos, renovación de autoridades y relegitimación de liderazgos.

El principal problema que enfrentan estos partidos tradicionales de la oposición, es decir, Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP) y Un Nuevo Tiempo (UNT), es precisamente el aferramiento de sus líderes a la conducción de los mismos durante prácticamente todo el período del chavismo-madurismo. Henry Ramos Allup, Julio Borges, Leopoldo López y Manuel Rosales junto con sus respectivos equipos de trabajo, han ocupado la dirección de los partidos por tanto tiempo, que mucha de su militancia joven no ha conocido a otro líder ideológico. No es un asunto de edad cronológica sino de práctica política, pues en esa gama de dirigentes los hay de más de 70 años como el caso de Ramos Allup y de menos de 50 como Juan Guaidó. En todo caso, la petrificación de esos liderazgos no es el único problema que tienen hoy los partidos opositores, pero de ese se derivan otros que también les aquejan y que deberían intentar resolver en medio de estos procesos de renovación interna:

  • La resistencia a corregir estrategias fallidas.
  • El anquilosamiento de la narrativa sobre la crisis venezolana que lejos de plantear una alternativa, se centra en reaccionar a la narrativa o cial.
  • La inmovilización de algunas estructuras obsoletas dentro de los partidos o la falta de visión sobre la necesidad de crear nuevas instancias para la expresión, acción y comunicación de la militancia.
  • La mentalidad caudillista que aún persiste en ciertos dirigentes, que les impide aceptar la necesidad de trabajar en equipo, incluso con líderes de otros partidos.
  • La fractura que se ha generado entre los esos liderazgos nacionales y un liderazgo regional emergente, desde el punto de vista de la lectura de la realidad nacional y local, y sus posibles soluciones.

En este sentido, el exintegrante de la dirección nacional de Voluntad Popular, David Sosa, advierte a los partidos sobre el riesgo de credibilidad que corren si ofrecen a la militancia y a la sociedad en general una serie de cambios para los que en realidad no hay disposición: “Muchas organizaciones están hablando y vendiendo que habrá procesos internos de renovación de sus estructuras cuando internamente hay toda una estrategia para sencillamente legitimar a los mismos que ya están, y que son los que han llevado a las organizaciones al punto en el que se encuentran en este momento. Entonces esos procesos no representan realmente ninguna renovación”.

Bajo ese argumento, entre otros, más de 130 activistas de VP han renunciado a las filas de ese partido en lo que va de año, y aún así, el coordinador del proceso de reestructuración interna nombrado en enero, Freddy Superlano, ha dicho que no tiene ninguna responsabilidad en tales decisiones.

Algunas causas de la debilidad partidista

El rompecabezas de los partidos políticos venezolanos ha sido desarmado y rearmado muchas veces desde el año 2000 bajo diversas estrategias, aplicadas por el chavismo primero y por el madurismo después. Entre las más visibles podríamos enumerar las siguientes:

  • La eliminación del financiamiento estatal a los partidos con la entrada en vigencia de la Constitución de 1999.
  • La intervención judicial de al menos una decena de partidos desde mediados de los 2000 y la sustitución arbitraria de sus autoridades (Copei, PPT, Podemos, MAS, Bandera Roja, MEP, Tupamaro, UPV, AD, PJ y VP).
  • La anulación de la tarjeta de la MUD en 2018 y su posterior reactivación en 2021, siempre a conveniencia de la estrategia electoral del PSUV.
  • La imposición de trabas para el registro de nuevos partidos y alianzas opuestos al chavismo-madurismo (MDI, Vente Venezuela, Encuentro Ciudadano, Alternativa Popular Revolucionaria) y la facilitación para el registro de otros favorables a la hegemonía partidista del PSUV (Esperanza por el Cambio, Alianza Cambio o Somos Venezuela).
  • La imposición de condiciones no previstas en la legislación para la revalidación de la militancia de los partidos ya existentes a partir de 2018.
  • El impulso que desde 2017 se ha dado al registro y participación electoral de partidos que se denominan de oposición (Soluciones, Prociudadanos, Cambiemos o Primero Venezuela, entre otros) pero cuya práctica política dista de esa denominación.

En otras palabras, el mapa de partidos hoy no es el resultado de la natural evolución del pensamiento político o ideológico, de la formación y consolidación de liderazgos, ni de la capacidad de los ciudadanos de sopesar propuestas de desarrollo para el país, sino que es el resultado de dos realidades: por un lado, una serie de acciones y decisiones que se han aplicado desde las instituciones del Estado conforme a los intereses del partido de gobierno para facilitar su continuidad en el poder; y por el otro, la incapacidad de leer la cambiante realidad y de ajustarse a ella.

Diversidad en detrimento de la unidad

En ese contexto, las elecciones regionales de noviembre 2021 y enero 2022, las maniobras de Miraflores, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para enturbiar ese proceso y la incapacidad de la Plataforma Unitaria de presentar oportunamente candidaturas unitarias vinieron a dispersar aun más las piezas del rompecabezas opositor.

Como ya se sabe, si bien el PSUV conservó la mayoría de los puestos en disputa, su votación nacional fue inferior a la sumatoria de los votos obtenidos por todos los demás partidos distintos a él. En otras palabras: se ratificó la tendencia registrada en las elecciones parlamentarias de 2015, donde la mayoría de la población no apoyó al PSUV, pero con la diferencia de que hoy la oposición muestra una oferta mucho más variada: la Plataforma Unitaria como un vestigio de la MUD; la Alianza Democrática como una construcción a la medida de los intereses de Maduro; y un puñado de partidos nuevos o pequeños con poca o ninguna trayectoria en la gestión pública.

La guinda de la torta es que a la par de esa gran diversidad -saludable y natural en un sistema democrático pero suicida en un régimen autoritario con sistema de partido hegemónico-; al menos tres de los cuatro partidos principales de la oposición enfrentan una división de sus liderazgos a lo interno, que solo ha servido para debilitar su situación en los últimos cinco años. Esa repartición, hay que decirlo, ha sido atizada desde Miraflores aplicando las fórmulas desarrolladas por Maquiavelo en su tratado sobre política, El príncipe.

¿En qué andan los partidos del G4?

Primero Justicia fue en 2015 el partido que más diputados obtuvo en la elección para la Asamblea Nacional, bajo la conducción de Julio Borges y el liderazgo del excandidato presidencial Henrique Capriles. Hoy Capriles, más ganado a la negociación política y aprovechamiento de todos los espacios políticos posibles, y Borges, promotor del esquema de presión internacional y sanciones económicas, se han encontrado con el liderazgo emergente nacional de Juan Pablo Guanipa, electo gobernador del estado Zulia en 2017 y que fue desbancado por una jugada política del oficialismo antes de poder asumir el cargo. Guanipa tiene un perfil más orientado a la movilización interna y al combate político. De momento PJ ha levantado la bandera de las primarias para escoger al candidato presidencial de la oposición, sí, pero no se ha alineado con ninguna otra fuerza política en la definición de una ruta de acción colectiva sino que presentó su propia propuesta de acción. En todo caso, el liderazgo que prevalezca luego de su proceso interno, definirá las alianzas que a la postre haga Primero Justicia de cara a unas primarias opositoras.

Voluntad Popular enfrenta dos problemas. Por un lado, el descontento de una parte de la dirigencia con lo que consideran “malas prácticas de la directiva” y que ha llevado, como ya mencionamos, a la renuncia de más de 130 de ellos este año; y por el otro lado los roces existentes entre la dirigencia que sigue en el país, liderada por Juan Guaidó y Emilio Graterón; y la que se ha visto forzada al exilio, encabezada por el fundador Leopoldo López y Carlos Vecchio. En el medio está el coordinador nacional del proceso de reestructuración interna, Freddy Superlano, intentando hasta ahora sin mucho éxito, conciliar ambos bloques para consolidar el proceso interno. Aunque VP está judicializada, al igual que PJ y AD, la directiva nombrada por el TSJ -que también llamó a un proceso de elecciones internas por su lado- no tiene arrastre en las bases comprometidas programáticamente con los fundadores del partido. De todas todas, VP luce bastante debilitada luego de tres años y medio de liderar al gobierno encargado sin haber logrado cambiar el juego a favor de la oposición.

Acción Democrática, a diferencia de VP, sí ha sufrido una fractura importante a raíz de la intervención del TSJ de Nicolás Maduro en 2020. El secretario general designado por el tribunal, Bernabé Gutiérrez, arrastró consigo a algunas guras importantes para el partido, sobre todo en el interior del país. Al menos tres diputados electos en 2015 dejaron a Henry Ramos Allup y se alistaron del lado de Gutiérrez, por ejemplo. Al igual que el histórico dirigente oriental, Morel Rodríguez que a la postre terminó siendo electo gobernador de Nueva Esparta, aunque con el apoyo determinante del novel partido Fuerza Vecinal. Para más complicación del mapa adeco, Gutiérrez no solo reformó los estatutos sino que prepara las elecciones internas del partido para junio próximo. El ala de Ramos Allup rechazó participar en ese proceso, lo que significa que Gutiérrez y el AD que emerja de la renovación que él impulsa seguirá ostentando los símbolos y siendo reconocido por el CNE. Entretanto, el nuevo secretario nacional de organización por el ala de Ramos Allup, Carlos Prosperi, se perfila como el potencial candidato presidencial para las primarias que aspiran hacer los partidos opositores.

Un Nuevo Tiempo, el único partido del G4 que pudo participar con su propia tarjeta en las regionales de noviembre pasado sin haber perdido su autonomía, símbolos o directiva legítima, luce actualmente como el más cohesionado de los partidos opositores. De esas elecciones el partido salió fortalecido políticamente al ganar la gobernación del Zulia, 12 alcaldías, 58 legisladores regionales y 357 concejales propios en todo el país. De llegar a concretarse unas primarias, es bastante probable que UNT presente el nombre de su presidente y ahora gobernador, Manuel Rosales, que ya fue candidato presidencial en 2006 contra Hugo Chávez. En todo caso, el peso político de UNT en este momento se apoya en otros dos elementos: el exdirectivo nacional de UNT, Enrique Márquez se convirtió en rector del CNE en mayo de 2021 y el exdiputado Stalin González forma parte de la delegación de la Plataforma Unitaria que instaló negociaciones con el o cialismo el año pasado en México. González además trabajó intensamente junto a Henrique Capriles y el Foro Cívico para lograr la presencia de la oposición en la directiva del CNE el año pasado, el envío de una misión de observación de la Unión Europea a las elecciones regionales de 2021, y la participación de los principales partidos de la Plataforma en esos comicios.

Se perfilan los primeros bloques políticos

El politólogo Enderson Sequera identifica tres grupos, de momento, cuyos perfiles y propuestas de cara a las primarias de la oposición comienzan a definirse: Salvemos Venezuela, los gobernadores electos en 2021 y los partidos pequeños que intentan posicionarse. Veamos.

El movimiento Salvemos Venezuela fue presentado a comienzos de este año como una iniciativa perteneciente a la Plataforma Unitaria; sin embargo, ni AD, ni PJ ni UNT se han fotogra ado públicamente con sus actividades y planteamientos. Este movimiento está integrado por VP, Encuentro Ciudadano, La Causa R, Proyecto Venezuela, Copei, Convergencia y Alianza Bravo Pueblo, y el movimiento disidente del chavismo, Zulia Humana. Su abanderado presidencial para unas primarias podría ser Juan Guaidó, afirma Sequera. Guaidó ha dicho en varias ocasiones este año que trabajan en un reglamento para las primarias y aunque la propuesta todavía no es pública, ha trascendido que el grupo es proclive a permitir la participación de candidatos procedentes de partidos distintos a ella (que fue creada con 37 partidos pero que hoy solo tiene activos 10) y otro sector rechaza esa idea; además, un bloque estaría dispuesto a considerar pedir apoyo técnico al CNE y otro se opone a tal intervención.

El grupo de los gobernadores recién electos, integrado por Sergio Garrido y Alberto Galíndez de AD, y Manuel Rosales de UNT, han comenzado a construir su nicho y ya han tenido reuniones no solo en Miraflores con Nicolás Maduro, sino en Colombia con representantes diplomáticos de Estados Unidos. El otro gobernador opositor, Morel Rodríguez, no ha entrado todavía en este bloque porque al pertenecer la “AD judicializada” genera resquemores en sectores de la “AD legítima”; pero, por otro lado, tiene el apoyo decidido de Fuerza Vecinal que en las elecciones regionales mostró apertura suficiente para aliarse con todos los sectores. Lo mismo ocurre con Alianza del Lápiz que hizo un aporte importante en votos para la victoria de Rosales. Si la oposición lograra acordar un mecanismo para ir a primarias de aquí a 2023, tal como la mayoría de sus voceros invoca, Manuel Rosales sería el candidato natural de este grupo por ser el dirigente con mayor proyección nacional. Sin embargo, AD podría estar dispuesta a pulsar esa candidatura con el nombre de Prosperi, quien ha llamado a conformar una Coalición Democrática (integrada por partidos y sociedad civil) que lleve adelante esas primarias; siempre que en ella no participen los dirigentes “que se prestaron a la judicialización de los partidos”.

Y el grupo de los partidos pequeños, que buscan convertirse en alternativa dentro de la oposición sacando ventaja del descontento y desafección de la gente hacia los partidos tradicionales, tiene por ahora dos expresiones: por un lado Alianza del Lápiz, Centrados y el MAS, y por el otro Fuerza Vecinal. Los primeros le salieron al paso a la idea de las primarias y propusieron una Consulta Nacional Abierta (CNA), con apoyo técnico del CNE y la mayor apertura posible para la participación de candidatos de todos los partidos y sectores, “incluyendo al PCV y a Vente Venezuela”, dijo Antonio Ecarri durante su lanzamiento. El coordinador nacional de Centrados, José Luis Farías, afirmó que la idea de la consulta ha sido presentada a representantes de Avanzada Progresista (ahora liderada por Luis Romero), UNT, las dos alas de AD, Fuerza Vecinal, Unión y Progreso y sectores de la sociedad civil: “Hemos encontrado coincidencias en el planteamiento de unas primarias sin exclusiones con algunas diferencias de matices. La idea de la Consulta Abierta para escoger el próximo candidato presidencial está ganando espacio”. Por su lado, Fuerza Vecinal ha dicho que apoya la escogencia de un candidato unitario en primarias, pero que estas deben ser lo más amplias posibles. El partido está estudiando la viabilidad de ese proceso con apoyo y sin apoyo del CNE.

Entretanto la Alianza Democrática, considerada por algunos como “la oposición a la medida de Maduro” pareciera no tener todavía una postura de bloque frente a unas posibles primarias opositoras. Algunos de sus voceros, como Bernabé Gutiérrez se han referido al tema de forma independiente, pero sin comprometer al resto de esa alianza. Vale mencionar que en esa coalición hay partidos judicializados y partidos pequeños que participaron en la Mesa de Diálogo Nacional con Maduro en 2020.

La sociedad civil, la otra pieza del rompecabezas

Como parte de la escena política, aunque intentando diferenciarse del rol de los partidos, se encuentra un sector de la sociedad civil organizada en torno al Foro Cívico que el 5 de abril fue convocada a Miraflores para reunirse primero con Nicolás Maduro, y al día siguiente con Jorge Rodríguez, Francisco Torralba, Nicolás Maduro (hijo) y un par de ministros, como parte de lo que Rodríguez ha llamado “el reformateo del diálogo”. En ambos encuentros los representantes de varias de las organizaciones del Foro Cívico plantearon una agenda principalmente social, relativa a la construcción de espacios para llevar a cabo la acción humanitaria y solucionar problemas en materia de educación, salud, salarios y servicios públicos. Respecto a lo político, los asistentes a la reunión se refirieron puntualmente a tres temas: el proceso de designación de magistrados del TSJ (para el cual postularon 11 candidatos), la visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional al país y la apertura de una oficina suya en Caracas, y a la necesidad de retomar de forma responsable las negociaciones en México.

El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón, advierte que ese modelo de negociaciones sectoriales ya ha sido aplicado por el oficialismo en el pasado reciente (2020 y 2021) con el propósito de debilitar a la oposición a lo interno. Es necesario mencionar que en ambas oportunidades tuvo éxito en su propósito. Sin embargo, no es menos cierto que de alcanzar algunos acuerdos sobre temas mínimos, podrían generarse pequeñas ventanas que bene ciarían sin lugar a dudas al sector más golpeado de la población, pero con el riesgo para el sector político, de que la imagen de Maduro como presidente mejore y la de los partidos siga debilitándose.

El reformateo del diálogo les presenta entonces a los partidos políticos del espectro opositor un reto adicional. En esa ruta hacia 2024 tendrán que ejecutar varias tareas de manera eficiente al mismo tiempo. No solo deberán reorganizarse a lo interno, renovar a su liderazgo, constituir una unidad verdadera y elegir a un candidato unitario con un programa de gobierno incluyente, sino que además deberán reconectar con las personas y hacerles creer que si bien Maduro podría comenzar a resolver algunos problemas puntuales el verdadero saneamiento de la sociedad, de la economía, de la política y la recuperación de la calidad de vida en general pasará por un cambio de modelo y de actores en el gobierno.

@morapin

3 de mayo 2022

La Gran Aldea

https://www.lagranaldea.com/2022/05/03/organizaciones-politicas-venezola...

 14 min


Jesús Elorza G.

El pasado domingo 8 de mayo, finalizaron los III Juegos Suramericanos de la Juventud, celebrados en la ciudad de Rosario en Argentina. Este evento deportivo es de carácter multidisciplinario en el que participan atletas entre los 14 a 17 años, de todos los países de América del Sur y también algunos del Caribe y Centroamérica. Son organizados por la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR) y se realizan cada cuatro años.

En sus diferentes ediciones, tres hasta el momento, los juegos sirven como escenario para constatar los avances deportivos de los países participantes. En nuestro caso particular, el cuadro de medallas y la posición final ocupada nos permite reflejar con objetividad las dificultades o problemas que ha tenido nuestro deporte juvenil en los últimos diez años.

En los primeros juegos, Lima Perú 2013, Brasil resultó campeón con un total de 142 medallas (72 oro-38 plata-32 bronce), Colombia nuestro eterno rival y punto de referencia para nuestro ciclo olímpico, quedo como subcampeón del evento con un total de 70 medallas (30 oro-20 plata-20 bronce) y nosotros ocupamos un meritorio tercer lugar con un total de 65 medallas (17 oro-28 plata-20 bronce)

Pero, la realidad fue totalmente distinta con respecto a la segunda edición de los juegos, realizados en Santiago de Chile en 2017. Allí Colombia, nuestro principal referente para los ciclos olímpicos nos sacó una amplia ventaja en todos los indicadores de medallas:

45 de oro contra 15, 35 de bronce contra 27 y 39 de bronce contra 32. En lo referente al total de medallas la diferencia fue abismal: Colombia 119 y Venezuela 74 ¡¡¡hubo un diferencial de 45 medallas!!!

Las explicaciones de este descalabro deportivo vienen dadas por la incapacidad, negligencia y corrupción de las autoridades deportivas del régimen. Debemos recordar y nunca olvidar, que en el año 2013 ocurrieron dos hechos que marcaron el estancamiento y fracaso de las políticas y programas del gobierno en materia deportiva.

En primer lugar, por primera vez en la historia de los Juegos Deportivos Bolivarianos fuimos desplazados del primer lugar por Colombia y desde esa fecha, siempre nos han superado en todos los eventos del ciclo olímpico: Bolivarianos, Centroamericanos, Panamericanos y Juegos Olímpicos. En segundo lugar, 2013 marca el año en que fueron suspendidos los Juegos Deportivos Nacionales Juveniles, situación que tuvo incidencia directa en los resultados de los Juegos Suramericanos de la Juventud celebrados cuatro años después en el 2017.

Al quedar suspendidos los juegos nacionales por más de nueve años, nuestra juventud quedó sin la posibilidad de participar en la principal competencia que sirve de base para seleccionar nuestro potencial olímpico. Sumémosle a ello, la incapacidad de las autoridades para implementar programas alternativos a la suspensión de los juegos, la negligencia al no otorgar los presupuestos necesarios a las Federaciones Deportivas para el desarrollo de sus Programas Operativos Anuales (POA), las selecciones nacionales sin programas de concentración ni intercambios preparatorios, la falta de Asistencia Social para los atletas y entrenadores y los salarios de hambre para los entrenadores.

El gobierno solo se limita a publicitar hasta el cansancio, una serie de consignas populistas y demagógicas tales como “Generación de Oro”, “Somos Potencia” o “Venezuela se arregló” para tratar de ocultar su fracaso.

En la recién finalizada tercera edición de los Juegos Suramericanos de la Juventud 2022 se mantuvo la hegemonía de Colombia sobre nosotros, con 93 medallas (35 oro-32 plata-26 bronce) comparadas con nuestras 79 medallas (26 oro-19 plata-27 bronce).

A pesar de haber restituido los Juegos Nacionales, hay que señalar que la improvisación sigue reinando en las autoridades deportivas demostrada con la multiplicación de las sedes de los juegos, escasez de recursos presupuestarios en los organismos regionales, permanente desatención a la estructuración de las Selecciones Nacionales y agravamiento del manejo del presupuesto para el deporte con la desaparición del Fondo Nacional y la centralización de la gestión deportiva en la ONAPRE, sumando a todo esto la inexistencia de autoridad al no haber sido designado el Directorio del Instituto Nacional de Deporte….mientras sigue la cantaleta “Venezuela se arregló”.

Debemos destacar, que a pesar de este rio de problemas, nuestra juventud está por encima de la incapacidad gubernamental y que con esfuerzo propio, acompañado del de sus familiares, entrenadores, dirigentes y personal de apoyo, ha participado con dignidad y entereza en los diferentes escenarios en los que ha representado al país.

El rescate de nuestros niveles competitivos está íntegramente relacionado con la superación de este régimen. Un Deporte Mejor requiere de Una Sociedad Mejor.

 3 min


Humberto García Larralde

Dos hechos recientes frustran las ilusiones de que el régimen cambiaba para mejor. Uno, la renovación del Tribunal Supremo que, después de haber despertado expectativas de restitución de la independencia judicial y de retorno a la constitución, resultó en un proceso controlado por el oficialismo para reelegir algunos magistrados –contrariando el artículo 264 de la Carta Magna— y conformar, junto con otros cuya militancia chavista los descalifica para el cargo, un cuerpo que se vislumbra igual de obsecuente con el Ejecutivo. El otro, la condonación de la deuda de San Vicente y Las Granadinas con PetroCaribe, y el anuncio de Maduro de que reducirá a la mitad las deudas de otras islas del Caribe Oriental.

Ambos ratifican conocidas prácticas patrimonialistas para perpetuarse en el poder. Son indicios de que la cacareada “normalización” de Venezuela no ha alterado la primacía que tienen los intereses de quienes controlan el poder en las decisiones del Ejecutivo. Por un lado, revalida la impunidad para personeros del chavomadurismo –es notorio que el gobierno no pierde juicios en su contra-- y, por otro, reactiva la “petrochequera” para comprar apoyos internacionales Semejante comportamiento en absoluto abona a favor de la idea de que levantar las sanciones sobre PdVSA mejoraría las condiciones de vida de la población. Cabe mencionar que el ingreso por habitante de San Vicente y Las Granadinas, en torno a los 7.300 USD, es varias veces superior al del venezolano promedio, hoy.

No puede olvidarse que el desmantelamiento de las instituciones del Estado de Derecho, y el acorralamiento de los mecanismos de mercado para asignar y distribuir recursos, fue suplantado por criterios políticos para su usufructo, sobre todo, la lealtad con quienes detentan el poder. Ha sido notorio que, al amparo de la discrecionalidad, la no transparencia y la ausencia de rendición de cuentas, fueron proliferando intereses dedicados a depredar la cosa pública. En primer lugar, a PdVSA, con compras abultadas, contratos amañados, comisiones y desvío de fondos. A ello se añadió el despojo de otros entes públicos, las trácalas con Recadi, el contrabando de gasolina, la reventa (y contrabando) de bienes regulados y la confiscación de empresas, mientras se afianzaba la complicidad de militares “bolivarianos” (¡!) en el tráfico de estupefacientes.

Pero la destrucción de la economía obligó a Maduro a levantar algunos controles para darle respiro. Pudo ser aprovechado por quienes disponían de divisas. Y, siendo su poder mucho más precario que el de su padre putativo, sin el carisma de aquél ni los ingresos petroleros que lo favorecieron, también se vio en la necesidad de extender sus bases de apoyo, abriendo otros ámbitos, notoriamente en Bolívar, para la forja de complicidades en la expoliación de sus riquezas naturales. Un poder judicial obsecuente garantiza la impunidad a los que perpetran estos saqueos.

En la medida en que cambiaban las oportunidades de lucro, fueron modificándose las alianzas entre quienes sostienen el poder. Aparecieron nuevas mafias y se restructuraron otras. Sobre todo, adquirieron preeminencia los militares traidores, eje del sistema de corrupción imperante, dedicados a esquilmar a la población en fronteras, puertos, aeropuertos y carreteras, y con la distribución de comida, petróleo y medicinas. Pero su presencia en corruptelas va más allá, incluyendo el tráfico de drogas.

A Maduro le corresponde regular los reacomodos que ocurren en este tinglado de complicidades para no perder poder y control. Que de allí surjan o se fortalezcan facciones más proclives a restituir ciertas garantías económicas, está por verse. Pero confiar en que levantar algunas sanciones los estimularán puede resultar en que el tiro salga por la culata, nutriendo a los sectores más retrógradas, depredadores, de la alianza, como los asociados a Diosdado Cabello, las bandas criminales y/o los militares corruptos.

Sea como sea, Maduro piensa sacarles provecho a las ilusiones de “normalización” que se desprenden de la incipiente mejoría de algunas actividades económicas. Su plataforma electoral en unos eventuales comicios (¿2024?) sería que “Venezuela se arregló”. Ya se ejercita anunciando disparates, como el de “la cosecha de café más grande de la historia”, amén de entretenerse con banalidades como si en el país no se enfrentasen problemas sumamente graves. Ante esto la oposición debe tener respuesta.

Es menester un deslinde claro entre las posibilidades que ofrece la “normalización” de Maduro y las de un programa económico verosímil, orientado hacia la competitividad. En primer lugar, es necesario insistir en un marco institucional que fomente, de verdad, la reactivación productiva. Esto significa garantías (seguridades) para quien emprenda actividades económicas. Junto con condiciones creíbles para sostener la estabilidad de precios y de los agregados macroeconómicos, posibilitan la previsibilidad en los resultados esperados, elemento base de la confianza.

Ello no sólo convertirá a Venezuela en un destino más atractivo para la inversión, tanto nacional como foránea, sino que permitirá, bajo un gobierno serio, negociar importantes préstamos con los multilaterales para sanear al Estado y reestructurar la abultada deuda pública. Sin apego al ordenamiento constitucional y el imperio de la ley, será prácticamente imposible acceder al financiamiento externo. Y, sin financiamiento externo, no hay forma de rescatar la capacidad de un Estado tan deteriorado como el nuestro, de producir bienes públicos.

En marcada distinción con la “normalización” de Maduro, la estabilización de precios y del tipo de cambio habrá de lograrse mediante políticas expansivas, que estimulen la economía y la demanda por créditos, de forma de absorber productivamente incrementos en las variables monetarias. El ajuste de Maduro, por el contrario, ha sido uno de los más recesivos conocidos –deja pálido al denostado “neoliberalismo” de los ’90—, contrayendo fuertemente el gasto público, aplicando encajes prohibitivos que anularon la capacidad crediticia de la banca y sobrevalorando drásticamente la moneda nacional al anclar el precio de la divisa.

Desplumó, así, al Estado, empobreciendo terriblemente al empleado público y colapsando los servicios públicos, e hizo todavía más dura la competencia de la producción nacional con las importaciones (que, muchas veces, ni siquiera pagan impuestos). Que algunos sectores hayan dado muestras de reactivación no es atribuible a ningún acierto del gobierno. Es expresión de la enorme resiliencia y capacidad de algunos emprendedores, y reflejo de las enormes potencialidades que aun anidan en la economía venezolana.

Tales potencialidades no se restringen a la consabida lista de recursos minerales, hidrográficos y agropecuarios, o al atractivo turístico derivado de su geografía y clima. Incluyen la enorme subutilización de capacidades productivas en la manufactura, el campo, la construcción y los servicios, legada por la “revolución”, y a los millones de venezolanos emigrados, ricos en talento, que se les robó su presente y su futuro.

Por último, no se puede dejar de hacer referencia a la creciente capacidad emprendedora de muchos que se quedaron, atizada por la necesidad de arreglárselas creativamente, dada la destrucción de la economía. El régimen actual es antítesis y negación de tales potencialidades.

Un proyecto económico coherente y viable, que contase con un marco institucional favorable y amplio apoyo financiero internacional, podría atraer de regreso parcial al talento migrado y, con inversiones y nuevos emprendimientos, reconstruir el tejido productivo deshecho. Provocaría un salto cualitativo en las capacidades productivas del país, seguido de altas tasas de crecimiento sostenido. El nivel de vida de 2013 podría recuperarse en 15 años o menos. La “normalización” de Maduro, sin seguridades y sujeta a los abusos y arbitrariedades de un poder corrupto, generará, en contraste, un crecimiento errático que arribaría a este nivel, si acaso, en 40 años o más. Por supuesto que se requiere un cambio político.

Corresponderá a la lucha reivindicativa, en demanda de derechos y de servicios dignos, así como a la gestión eficaz de los alcaldes democráticos, enriquecer este proyecto y darle contenido concreto. Debe devolvérseles las esperanzas de cambio a las mayorías, estimulándolas a movilizarse para arrebatarle concesiones a la dictadura. La lucha sostenida por conquistar mejores condiciones de vida deberá fortalecer a las fuerzas democráticas y constituirse en plataforma para un triunfo electoral en 2024. Sin un programa que aglutine y potencia los esfuerzos opositores, restableciendo la confianza en la inevitabilidad del cambio político, no bastará un candidato unitario escogido en primarias acordadas.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

 6 min


Eddie A. Ramírez S.

Las palabras de este título han estado en la palestra política en los últimos veinte años. Algunos utilizan equivocadamente las dos primeras casi como sinónimos. Las dos últimas son claras. Quien es colaboracionista, indudablemente cohabita con un régimen dictatorial, con un ejército invasor o con el narcotráfico. Quien, por diferentes razones, decide cohabitar, no necesariamente es un colaboracionista.

Francisco de Miranda decidió cohabitar con el realista Monteverde al evaluar que no disponía de fuerzas para enfrentarlo. Simón Bolívar cometió un acto de colaboracionismo al hacer preso a Miranda y entregarlo al enemigo. El mariscal Petain pactó un armisticio con Hitler para supuestamente evitar que el nazi se apoderara de toda Francia. Inicialmente, fue un intento de cohabitación aplaudido por muchos franceses de la zona de influencia del gobierno de Vichy. Desafortunadamente, poco después se convirtió en colaboracionistas de los invasores. En aquel entonces, el general De Gaulle fue considerado por muchos como un fanático iluso, por predicar que había que ofrecer resistencia a los invasores.

Refiriéndonos a nuestro presente, muchos tildan de colaboracionistas a quienes son partidarios de intentar continuar las negociaciones entre el régimen y la oposición. También a quienes predican que la opción es acudir a votar, y a quienes solicitan el levantamiento de las sanciones que aplica Estados Unidos. Calificar de colaboracionistas a quienes sostienen, equivocadamente o no, los mencionados puntos de vista es un signo de intolerancia e incluso una calumnia. Colaboracionistas son quienes se plegaron al régimen por una curul o por alguna canonjía.

Cuando los trabajadores petroleros nos sumamos al paro cívico, convocado por todos los partidos de oposición, por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y por Fedecámaras, fue para intentar evitar la politización de Pdvsa. Los resultados están a la vista. Corrupción, ineficiencia operativa, accidentes, aumento innecesario de la nómina, además de donación de nuestro petróleo y productos derivados a otros gobiernos. De haber cohabitado con los rojos nos hubiese convertido en cómplices. Optamos por defender principios y valores.

El caso de los empresarios es complejo. En Venezuela, pocas empresas pueden subsistir si tienen una relación crítica al régimen ¿Deberían inmolarse en una situación en la que perciben que los políticos de oposición no se ponen de acuerdo para enfrentar al régimen con una estrategia común y en la que abundan las descalificaciones entre los mismos dirigentes? Es lógico que conversen con los jerarcas del régimen, pero deben cuidarse de no pasar de la convivencia a la complicidad. Como dijo Julián Marías en su conocido artículo Convivencia y complicidad: Se puede convivir con los muy distintos, incluso adversarios, pero no "colaborar" con ellos, aceptar sus supuestos, dar por bueno lo que parece pésimo.

Otro punto que divide al sector opositor es si debemos abstenernos o votar en las próximas elecciones que, nos guste o no, se realizarán en el 2024. Es evidente que el Consejo Nacional Electoral hace lo que el régimen le ordena; decidió que el conteo de las papeletas no tiene valor; el Registro Electoral está desactualizado y no es confiable; los empleados subalternos del CNE son en su casi totalidad del partido oficialista. Si la oposición no tiene testigos confiables, los rojos votan por los ausentes y permiten el voto acompañado como medio de coacción.

A pesar de estos contratiempos, por decir lo menos, hemos ganado gobernaciones, alcaldías, diputaciones y un referendo, cuando hemos estado organizados y unidos. Algo que nos cuesta aceptar es que Chávez tuvo inicialmente mayoría; gradualmente la perdió, pero la recuperó por las Misiones y recursos por los altos precios del petróleo. Maduro nunca ha tenido mayoría y gracias a la alcahuetería del Tribunal Supremo de Justicia, ha inhabilitado a candidatos y desconocido elecciones. En el 2005 los partidos decidieron la abstención porque estaban conscientes de que no obtendrían más de una docena de curules. Seguir predicando la abstención es un suicidio político. La mayoría lo hacen de buena fe. Otros no tanto.

Es constitucional que la Fuerza Armada intervenga para restaurar la Carta Magna. Eso no depende de los civiles, aunque podríamos crear un clima propicio si ofrecemos una alternativa confiable de gobernabilidad, mediante pacto a mediano plazo y un candidato que no tenga rechazo. Además, que cesen las descalificaciones dentro de la oposición. Hoy es imposible que los militares intervengan y después se queden con el poder. Tendrían que proceder como el 18 de octubre de 1945 y el 23 de enero de 1958, es decir, entregar el poder a los civiles. Mientras sucede algo que es posible, pero quizá poco probable, no queda otra vía que dar la pelea en el terreno electoral. Por otra parte, las sanciones deben permanecer e incluso intensificarse, para intentar que el régimen acepte realizar una elección limpia. Quizá esto no se logre, pero hay que intentarlo.

En la oposición hay quienes consideran que no se debe negociar y que no se debe votar. ¡Qué bueno que haya venezolanos que defiendan estos puntos de vista! Debemos respetarlos y ellos deben respetar a quienes pensamos lo contrario. Insultos y descalificaciones mutuas solo benefician el régimen.

Como (había) en botica:

El pasado 28 de abril habría cumplido cien años Pompeyo Márquez, político que luchó para defender sus ideas y reconocer sus errores. En un medio en el que abunda la corrupción fue un venezolano honesto. Disfruté y aprendí de sus prédicas semanales cuando nos reuníamos en la Mesa de Reflexión que convocaba Alberto Quirós Corradi. No olvido la bochornosa escena protagonizada por un mequetrefe estudiante del Pedagógico, que tuvo la osadía de llamarlo fascista.

Lamentamos el fallecimiento de Daumiro Romero, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min