Con atención a los nuevos Inspectores de Salud
Aragua en Red, en cumplimiento con el compromiso con los aragüeños y los venezolanos, a quienes se les debe hablar con la verdad, quiere dirigirse, en general, a los ciudadanos de este país, y en particular, a los Inspectores de salud, cuerpo de especie de supuestos investigadores que determinarán las causas por las cuales los pacientes y sus familiares deben gastar cuantiosas cantidades de dinero para que puedan ser atendidos en nuestros centros de salud públicos, les sugerimos que busquen los datos en la Organización Mundial de la Salud, OMS, que recibe información de los Estados miembros, no de particulares, y encontrarán data que explica las carencias hospitalarias.
Por ejemplo, en la última publicación de las Estadísticas Sanitarias Mundiales, del año 2020, de la OMS, así como en otra publicación digital como lo es:“MONITOREANDO LA SALUD PARA LOS ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible”), nos encontramos en el primero con un indicador clave que es el gasto público en salud en los países (GPS-P) como porcentaje del gasto público (GP)z (%) (ver Gráfico 1), donde Venezuela destaca por tener el porcentaje más bajo del continente americano. Este indicador demuestra la importancia real que le da cada gobierno a la salud de su pueblo.Es el porcentaje que asigna a salud del 100 % de sus recursos. Este indicador demuestra el interés real, más allá del discurso, que los gobiernos le asignan ala salud de su gente. Con tan baja asignación la importancia de la salud de los
venezolanos para los mandamases de Miraflores con montos tan insignificantes es nula, aunque digan lo que dicen.
Si, además, sacamos el promedio de lo que se invierte en salud en toda América, países ricos y pobres, encontraremos que el promedio es de 1.253,1 $ per cápita, mientras que el gasto en Venezuela es de 338, $ per cápita (ver Gráfico 2). Otra muestra de la importancia que le dan los mandamases de Miraflores a la salud de los venezolanos, solamente es discursiva.
Pero hay otros aspectos, que podrían explicar el desabastecimiento hospitalario. Por ejemplo, Dejamos Juntas de compra en cada hospital y en cada establecimiento de salud que manejara presupuesto, por ser un mandato de Ley y, dato importante, un elemento fundamental en la sana administración de los recursos públicos. Por eso preguntamos: ¿Para qué son las Juntas de compra?, ¿Por qué las eliminaron?, ¿Facilita o dificulta la corrupción su eliminación?: También nos preguntamos: ¿El conocimiento en salud, es importante para gestionar los servicios de salud? Nos preguntamos por los estudios de la Ministra de Salud. ¿Tendrá alguna experiencia y experticia?Aquí podría terminar la rueda de prensa, Ya hay elementos suficientes para explicar el desabastecimiento y el desastre asistencial. Pero hay algunos datos que son dignos de estudio.
La tendencia de todos los indicadores de salud en Venezuela, son claramente descendentes desde que se comenzó a llevar la información estadística en la década del 50 del siglo pasado. Tendencia que se rompió desde el comienzo de la actual gestión de Miraflores, antes de las sanciones económicas. Por ejemplo, la evolución de la Tasa de Mortalidad Infantil es descendente, según El Observatorio Mundial de la Salud de la OMS, desde 1951 hasta el año 2010, cuando se incrementa ese indicador por primera vez en la historia de la salud pública de nuestro país (Ver Gráfico 3).
Si comparamos la evolución de la Tasa de Mortalidad Infantil entre Argentina y Venezuela, cada 10 años, desde 1970, hasta el 2020, veremos un incremento de la muerte de niños en nuestro caso (Ver Gráfico 4) Ahora somos pares de Bolivia, Guyana y Honduras, cuando antes lo éramos de Argentina, Brasil, Colombia, México, Chile y Uruguay.
Si vemos la Esperanza de vida al nacer, en el Gráfico 5, encontraremos que estamos que la nuestra se encuentra entre los países más pobres de América. Antes entre los que estaban en vía de desarrollo. Igual ocurre con otros indicadores como la Tasa de Mortalidad entre los 15 y 60 años en América. El salto atrás es injustificable.