Pronunciamiento
El próximo 29 de julio de 2022 se cumplen 55 años del último sismo destructor de magnitud 6,5 que afectó a la ciudad de Caracas y parte del estado Vargas, dejando en ruina varios edificios con un saldo de 283 muertos y más de 2.000 heridos y cerca de 180 edificios derrumbados o gravemente deteriorados, tanto en Caracas como en el Litoral Central y otras ciudades del interior de la República. Ante un eventual sismo de magnitud similar al del 1967 -que los especialistas coinciden puede ocurrir-, el Área Metropolitana de Caracas y el estado Vargas requieren con urgencia un Plan de Contingencia y una instancia institucional y gestión profesional moderna que prevea y mitigue los efectos de una posible catástrofe sísmica. El último estudio realizado, sobre la sismicidad del Área Metropolitana de Caracas (AMC), contenido en el valioso libro El terremoto de Caracas: 50 años1 después, con alcance académico y profesional, fue publicado en el año 2017, sin que el mismo, lamentablemente, derivara en la ejecución de sus recomendaciones y mucho menos en la formulación de un Plan de Contingencia, ni en la creación de una instancia que convoque a los sectores y organizaciones involucradas a formar parte de las soluciones y acciones que exigiría un eventual movimiento sísmico de gran magnitud. Hoy la realidad es mucho más preocupante. El estudio antes citado estimó que en la zona de asentamientos informales existen un total de 224.323 edificaciones populares (ranchos), que representan el 69,9% del total de edificaciones de la ciudad. De estos se consideró que un 76% eran del tipo estructural mixto (vulnerable). Se señalo, además, que una eventual repetición del sismo de igual intensidad que el de 1967 produciría el colapso completo en un 2% de las edificaciones con estructuras vulnerables. Esto significa que se afectarían unas 3.433 edificaciones y aproximadamente 32.408 personas, lo que conllevaría adicionalmente un estimado de más de 25.000 personas heridas y cerca de 6.000 víctimas fatales (Oscar A. López, Valentina Páez y Gustavo Coronel. “Vulnerabilidad sísmica de viviendas populares en Caracas” IMME, con apoyo de Funvisis) en el libro ya citado.
Adicionalmente a los efectos derivados de un posible sismo se agrega la probabilidad de que se activen movimientos geológicos de masas que pudieran provocar el desplazamiento y destrucción de viviendas, además de las pérdidas humanas, situación que sería aun de mayor gravedad si el sismo ocurre durante el periodo lluvioso cuando los suelos están mayormente saturados aumentando la proclividad a los deslizamientos. Como conclusión, los efectos de un sismo de gran magnitud serían de naturaleza catastrófica para nuestra ciudad capital.
En consecuencia, el Grupo Orinoco plantea públicamente a las autoridades del Gobierno Nacional y del Distrito Metropolitano, a la gobernación del estado Vargas, así como a las seis alcaldías y a los concejales de todas las organizaciones políticas que los integran, que asuman con voluntad política la responsabilidad de tomar decisiones urgentes que permitan mitigar los efectos de una catástrofe como la señalada.
De comienzo, y a los fines de hacer una propuesta concreta que convoque y permita conformar una primera agenda con modernos y válidos criterios al respecto, se señala los siguientes temas a considerar:
1. Máxima prioridad en organizar y activar la reubicación de las familias en zonas declaradas de alto riesgo, es decir, las que están ya en peligro inminente.
2. Preparar a la población para enfrentar el posible desastre: información y formación preventiva, sistemas de alerta, planes de evacuación, centros de emergencia.
3. Mejorar la comunicación interna de los barrios e integración a la red vial y de transporte de la ciudad.
4. Mejorar con criterio de urgencia y de manera importante la accesibilidad general de los barrios: accesibilidad vehicular hasta espacios despejados para las labores de defensa civil, atención de afectados y evacuaciones.
5. Acciones inmediatas a los fines de igualar los servicios públicos y comunales de los barrios a los del resto de la ciudad.
6. Implementar un programa “barrio verde” para revegetar los barrios.
7. Apoyo técnico y financiero para la creación de microempresas, cooperativas, emprendimientos, capacitación, que refuercen la economía local y familiar, y contribuyan a superar la pobreza.
8. Creación de oficinas locales de asistencia integral: técnica, sanitaria y de mitigación de riesgos.
1http://www.acading.org.ve/info/publicaciones/libros/pubdocs/libro_terrem...
Caracas, abril de 2022