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Griselda Reyes

Derechos políticos

En Venezuela la Constitución y las leyes son muy claras. Consagran una República democrática en la que cabe desde la libre asociación hasta el derecho a la protesta pacífica. En este andamiaje llamado socialismo del siglo XXI con el paso de los años en el poder han logrado la fórmula de doblegar lo que los textos legales establecen y convertirlos en un traje a la medida, ya sea por estrategias para tales fines o por situaciones sobrevenidas.

¿Qué aspiramos los venezolanos?

Los venezolanos ¡hemos cambiado! Es mentira que estamos resignados, aunque lo parezca. Es falso que estamos atados a un modelo político, a pesar de los bonos. El venezolano es un trabajador incansable. Somos hombres y mujeres que a diario nos reinventamos para sobrevivir a la crisis. Sabemos que nuestra cotidianidad depende de nosotros mismos. En estos días escuché a una amiga muy querida decir que los ciudadanos «parece que no sabemos lo que queremos, pero sí sabemos lo que no queremos».

¿Cuándo nos ocuparemos de lo importante?

El país, lamentablemente, sigue entrampado en la política. Como el perro que se muerde la cola, en una acera insisten en excusarse en las sanciones, mientras que en el otro extremo dan tumbos entre la ansiedad por el poder y señalar al Gobierno de corrupto. La prensa nacional abre sus titulares con la crisis país, pero por ninguna parte vemos, hasta el día que escribimos estas líneas, propuestas serias para empezar a ocuparnos de lo importante. ¿Qué es lo importante?

Primaria vs realidad país

El país va por un lado y la política por otro. Son pocos los puntos de encuentro entre ambos, y es que los venezolanos, desde hace muchos años, están más pendientes de su supervivencia, de llevar el pan a la mesa, que de los vericuetos de la clase dirigente. Todos los estudios de opinión, y el más importante de todos estos, la calle, evidencian que la preocupación 1, 2, 3, 4 y más, del ciudadano, es la economía. Hoy, poco se habla de política en la calle, en reuniones o restaurantes; la polarización nos llevó a un punto de inflexión.