Los resultados electorales de las elecciones regionales son una ficción o fabricación. Nadie, en Venezuela o en el mundo, se tragará esos resultados según Gerardo Blyde Coordinador Electoral de la MUD. Los eventos electorales, como una ficción o fabricación, se han convertidos en cotidianos. Previamente, en el evento electoral más reciente donde se eligió a la Asamblea Nacional Constituyente, se manipularon los resultados oficialistas posibilitando que los representantes gubernamentales obtuvieran 8 millones de votos, abultando los resultados por al menos un millón de votos, los cuales fueron “fabricados” en medio de una opacidad que ya es característica de este tipo de eventos.
La manipulación electoral debe haber contribuido a la derrota de la oposición, aunque no se sabe por cuánto. El cansancio de la población después de meses de marchas y protestas también. La oposición fue al proceso dividida. Los partidos pequeños se opusieron a la participación, pero los grandes se impusieron, en particular AD y Ramos Allup quienes decidieron salir adelante obligando a los demás a seguirlos. Al final no se obtuvo ni una victoria real ni moral. Hubo poco entusiasmo por participar en las elecciones, por parte de la base de los partidos de la oposición, pues la gente no logró conectar la misma con el cambio de régimen, según Félix Seijas, un estadístico de la UCV.
El régimen actuó con ventaja, haciendo todo lo posible por obstaculizar el voto opositor. Estimuló el cambio de los centros electorales que en eventos electorales previos se inclinaron por la oposición. El que escribe estas líneas votó en escasos minutos en la Unidad Educativa Simón Bolívar, en la cual había votado en eventos anteriores. A las 2 pm no había nadie haciendo cola en la mesa donde voté. Mientras que en el mismo centro, largas colas se producían en las mesas donde se habían transferido a las personas que votaban en el colegio Academus y Lucas Castillo, ubicados en zonas donde predominaba el voto opositor. La ausencia de testigos y los cortes de luz intencionados impedían el voto en estas mesas. A la misma hora, la secretaria general de AD en el estado Aragua, informaba en entrevista radial, que el evento transcurría sin mayores incidentes y que había que felicitar al pueblo venezolano por su disposición a votar. Según Carlos Ocariz, el gobierno, empleando este tipo de maniobras, logró impedir el voto opositor de un considerable número de votantes en el estado Miranda, lo que alteró el resultado final.
El régimen usó diversos mecanismos para concretar el voto oficialista. Utilizó mensajes de textos para informar a los empleados públicos donde votar y por quien. Al menos en un estado, Vargas, se repartieron bolsas de comidas a las puertas de los centros electorales. Al final el oficialismo logró obtener el 54% de los votos, lo cual contrasta con el bajo apoyo que obtiene en las encuestas de opinión, donde el gobierno logra un respaldo inferior al 30%. La elevada votación obtenida por el oficialismo es improbable de lograr sin que exista una manipulación de los votos electorales según Félix Seijas.
La oposición luce confundida y dividida. Al conocerse los resultados electorales su reacción fue el silencio ante un resultado que no esperaban. Luego se reunieron y debatieron más de una hora y señalaron que no reconocerían los resultados. Según David Smilde del centro de análisis “Washington office on Latin America”, la reacción de los dirigentes de la oposición es sorprendente, pues no se plantearon otros escenarios distintos al triunfo arrollador y mucho menos un plan alternativo, en el caso de que ese triunfo arrollador no se concretara. Pensaban que su sola participación impediría el fraude, lo cual no ocurrió. Después de ello la división de la oposición se ha profundizado, pues algunos como Carlos Ocariz señalan que hubo fraude y que acudirá a las instancias internacionales para presentar las pruebas, otros como Henry Falcón opinan que perdieron las elecciones y que es necesario aceptar los resultados aunque sean adversos. Henry Ramos Allup reaccionó con indignación a las acusaciones de fraude del secretario general la OEA Luis Almagro, en las cuales creyó ver una acusación contra los partidos que como AD, habían decidido participar en las elecciones.
Los resultados obtenidos podrían entusiasmar al gobierno a realizar las elecciones presidenciales el año que viene, aunque tienen que buscar un candidato. Héctor Rodríguez, el candidato ganador en Miranda, podría ser una alternativa. La oposición ante esta eventualidad no las tiene todas consigo. Un representante de la MUD señaló que no participarían en un evento electoral más sin contar con un órgano electoral independiente. Además, entre sus potenciales candidatos hay uno preso (Leopoldo López) y el otro está inhabilitado (Capriles). Adicionalmente a ello la población luce cansada de la política, la clase media ha emigrado y los que permanecen en el país tienen pocas esperanzas de que la situación cambie.
Mientras tanto, la Unión Europea que calificó los resultados de sorprendentes afina las sanciones que impondrá a Venezuela. El secretario general de la OEA señala que en las elecciones regionales hubo fraude. Se cimienta la idea de que una oposición fragmentada y confundida no contribuirá en modo alguno a que salgamos de este atolladero. En una eventual salida electoral el próximo año, las sanciones internacionales lucen como la única opción a fin de presionar al gobierno por unas elecciones trasparentes con acompañamiento internacional y un órgano electoral independiente.
Profesor UCV