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¿Qué aspiramos los venezolanos?

Tiempo de lectura: 2 min.

Los venezolanos ¡hemos cambiado! Es mentira que estamos resignados, aunque lo parezca. Es falso que estamos atados a un modelo político, a pesar de los bonos. El venezolano es un trabajador incansable. Somos hombres y mujeres que a diario nos reinventamos para sobrevivir a la crisis. Sabemos que nuestra cotidianidad depende de nosotros mismos.

En estos días escuché a una amiga muy querida decir que los ciudadanos «parece que no sabemos lo que queremos, pero sí sabemos lo que no queremos». No deja de tener razón en su reflexión, y a eso dedico estas líneas.

No hablo por mí, aunque quizás pareciera pecar de ello. Hablo por el grueso que escucho a diario, por la realidad que palpo en la calle. Es un hecho cierto que no queremos este modelo que nos ha traído tanta ruina y desolación.

En mis conversaciones diarias con trabajadores, vecinos, gente del interior del país; puedo recoger que estamos cansados, hastiados, de tanta polarización y confrontación. A ellos debo la frase que he enarbolado en los últimos días: La violencia no es la vía para solucionar los problemas políticos que nos agobian, aunque cada sistema político tiene su sino de violencia.

Debo reconocer que, aunque a ratos pareciera, no queremos retroceder al país que fuimos, clientelar, de compadrazgos. Sabemos que esta tierra maravillosa puede prosperar, con la política como aliado, y brindar oportunidades para todos. El tema está en como trabajar y abordar ambas cosas, relacionándoles con el beneficio común.

Ante todo esto, insisto una y otra vez, que la persona o las personas (porque son muchísimas para una coyuntura tan compleja, como la que se avecina de cara al 2024) deben presentar planes claros, propuestas de país donde se nos explique cómo salir de la tragedia, como dejar atrás la crisis humanitaria atroz que hoy padecemos.

De norte a sur, y de este a oeste, el problema principal de nuestra gente es el económico, pues este debería ser el punto de partida para las ofertas electorales que nos hagan. En lugar de estar haciendo politiquería con p minúscula, los abanderados deberían estar hoy rodeándose de los mejores a pensar en serio este país.

Soy madre, antes que cualquier cosa madre, y quiero saber que tendré un país para mis generaciones futuras y sus generaciones futuras, y esto pasa por seriedad en temas cruciales como el rescate de nuestra industria petrolera. ¿Es acaso privatizar a Pdvsa, la vía?, ¿Hasta cuándo seguimos derrochando nuestro petróleo en el Caribe?

Otras preguntas trascendentales son el tema minero. El sur del país es profundamente rico, pero lamentablemente controlado por mafias. Esto debe ser otro punto de honor para quienes quieren reconstruir al país.

Temas menos cruciales, pero igual de importante: Turismo, seguridad ciudadana, planes de rescate para la seguridad social. Todo, absolutamente todo debe pasar por una propuesta concretable en el tiempo.

Digo todo esto, porque mientras los venezolanos sigan viendo en titulares que se caen a piña unos con otros, o que se sacan –como he dicho esta semana en declaraciones a la prensa nacional– hasta la partida de nacimiento; no habrá forma alguna de recobrar la confianza de los nuestros.

¿Podemos hacerlo? Depende de la clase política, pero también de cada uno de nosotros de activarnos en función del país que podemos llegar a ser.

Twitter: @griseldareyesq

www.griseldareyes.com

Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.