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Albares: “La acogida de Edmundo González no tiene contrapartida. España no reconoce la victoria de Maduro”

Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 10 min.

Los españoles se despertaron este domingo con la noticia de que el candidato de la oposición venezolana en las elecciones del 28 de julio, Edmundo González Urrutia, volaba en un avión de la Fuerza Aérea española rumbo a Madrid. El presumible ganador de los comicios, según las actas que se han hecho públicas, había sido acusado de cinco delitos y se enfrentaba a una orden de detención. Su asilo en España se negoció en secreto durante semanas, con el líder opositor refugiado en la Embajada de Países Bajos en Caracas. El pasado jueves se trasladó a la residencia del embajador español mientras se tramitaban salvoconductos para que él y su esposa pudieran salir del país. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, asegura que la acogida responde a razones “humanitarias y políticas”, que “no hay ningún tipo de contrapartida” y que España mantiene su negativa a reconocer la victoria de Nicolás Maduro si no se publican todas las actas electorales. Esta entrevista se realizó presencialmente el pasado viernes, pero se actualizó por escrito el domingo mientras Albares viajaba con el presidente Pedro Sánchez a China.

Pregunta. ¿Qué significado tiene la decisión de dar asilo a Edmundo González? ¿Es un gesto con sabor agridulce?

Respuesta. Hemos dicho siempre que protegeremos los derechos políticos y la integridad física de los líderes opositores. Esto es una prueba más. España ha acogido a más de 100.000 venezolanos en este momento tan difícil. Nunca abandonaremos al pueblo hermano de Venezuela. Este no es un asunto de afinidades ideológicas, como erróneamente algunos lo quieren enfocar. Responde a razones humanitarias y políticas, de compromiso con la democracia y sus principios fundamentales.

P. ¿Desde cuándo estaba refugiado en la residencia del embajador español en Caracas?

R. Por motivos obvios de seguridad no puedo entrar en detalles. Sí le confirmo que Edmundo González estuvo en nuestra residencia y salió de ella hacia el avión de nuestras fuerzas aéreas.

P. ¿Ha negociado España su salida con el Gobierno de Maduro? ¿Qué ha cedido a cambio? ¿Ha variado su postura sobre los resultados de las elecciones venezolanas?

R. No hay ningún tipo de contrapartida, no ha habido ningún tipo de negociación política entre gobiernos. España no ha variado ni cambiará su posición en relación al resultado electoral de no reconocerlo sin las actas.

P. ¿Qué papel ha jugado en la operación el expresidente Rodríguez Zapatero, tan denostado por la oposición en España?

R. El expresidente Zapatero ha desempeñado desde hace muchos años un papel positivo para la liberación y salida de muchos detenidos políticos, lo reconoció el expresidente [Mariano] Rajoy en el caso de Leopoldo López, por ejemplo.

P. ¿La iniciativa de abandonar Venezuela ha partido del propio Edmundo González?

R. Sí. Fue Edmundo González quien solicitó al Gobierno de España poder ser acogido en nuestro país. No dudamos en atender esta solicitud.

P. ¿Podría ampliarse esta medida a María Corina Machado y otros líderes opositores?

R. España tiene sus puertas abiertas para quien lo necesite, pero quiero dejar claro que María Corina Machado no ha solicitado nada. Lo hacemos porque los venezolanos son nuestros hermanos y porque somos un país que no se desentiende de su familia iberoamericana ni de los valores democráticos.

P. La pérdida de la protección que daba Brasil a la Embajada argentina en Caracas ¿ha precipitado la salida del candidato opositor?

R. No. En cualquier caso, rechazamos la situación en torno a la Embajada argentina que gestiona Brasil.

P. ¿Qué le ha dicho Edmundo González cuando ha hablado con él en el avión que le llevaba a Madrid?

R. Él ha agradecido el gesto del Gobierno de España y yo le he traslado nuestra felicidad porque se encuentre bien.

R. España y la UE no reconocen la victoria de Maduro, pero tampoco la de Edmundo González. ¿Por qué?

R. Yo fui, el 29 de julio, el primer ministro de la UE en decir que había que exhibir las actas de todas las mesas electorales. Sin eso no se podría reconocer una supuesta victoria. En el último Consejo de Asuntos Exteriores [de la UE] planteé que teníamos que rendirnos a la evidencia de que probablemente nunca podríamos conocer esas actas y, por tanto, no íbamos a reconocer esa victoria [de Maduro]. La política común [de la UE] en estos momentos sobre Edmundo González es tampoco hacer un reconocimiento, porque muchos países evocan lo que se hizo en torno a Juan Guaidó [reconocido como presidente encargado en 2019], la energía que se empleó entonces [sin efectos prácticos]. Lo que tenemos que conseguir es un diálogo entre Gobierno y oposición. También ha quedado claro que una línea roja para los 27 es la integridad física, el respeto a los derechos políticos, la libertad de expresión y manifestación de los líderes opositores.

P. ¿Qué margen de maniobra tiene la UE para presionar a Maduro? ¿Imponer sanciones?

R. Ya hay sanciones en vigor. Las sanciones no son un fin en sí mismo, sino un instrumento para conseguir que se respete la voluntad democrática de los venezolanos. Estoy en contacto con los cancilleres de Brasil, Colombia y México para intentar, y ese es el papel de la comunidad internacional, conseguir esa negociación entre Gobierno y oposición.

P. ¿Qué consecuencias prácticas tendrá el no reconocimiento de Maduro a partir de enero, cuando debería tomar posesión el presidente electo el 28 de julio?

R. Vamos a esperar. Hay ese margen de tiempo en el que todos debemos trabajar. La única salida sigue siendo una solución pacífica entre venezolanos, una fórmula genuinamente venezolana.

P. En noviembre se celebra en Ecuador la Cumbre Iberoamericana. ¿Puede invocarse la cláusula democrática y excluirse a Maduro?

R. La Cumbre Iberoamericana es un foro de diálogo y concertación que no tiene sustituto y todos los países iberoamericanos hemos estado de acuerdo en mantener. Hablamos de educación, de ciencia, de cooperación al desarrollo. Nunca se ha entrado en exclusiones. La Secretaría pro tempore está en manos de Ecuador y nadie lo ha planteado.

P. En las próximas semanas viajará a Londres con la negociación del acuerdo que debe regular las relaciones entre la UE y Gibraltar aún pendiente. ¿Cuál es su objetivo?

R. Mi objetivo sigue siendo el mismo: crear una zona de prosperidad compartida [entre el Peñón y su entorno]. He tenido conversaciones preliminares con mi nuevo homólogo, David Lammy, y observo que tiene el mismo espíritu. Debemos abordar los detalles que quedaron pendientes con el anterior Gobierno conservador británico para cerrar definitivamente ese acuerdo que todos queremos. Desde luego, España.

P. ¿Habrá una nueva reunión con el comisario europeo Maros Sefcovic antes de que sea relevado en los próximos meses?

R. Tiene que haber un encuentro con el comisario competente porque, al final, se tiene que plasmar en un acuerdo UE-Reino Unido.

P. Estamos ya en tiempo de descuento…

R. La negociación está en un momento irreversible en el que o bien concretamos el acuerdo o por parte británica se indica que no se quiere. Pero insisto: lo que he visto en Lammy es que hay voluntad de alcanzarlo. Es verdad que el 10 de noviembre entra en vigor el nuevo sistema de control de entrada y salida del espacio Schengen. También en Gibraltar. Razón de más para tener ese acuerdo lo antes posible.

P. ¿Puede que las máquinas que se están instalando en la Verja no lleguen a funcionar?

R. ¡Ojalá!

P. El ministro principal de la Roca, Fabian Picardo, dice que hay que respetar las líneas rojas de cada uno. ¿Cuáles son las de España?

R. España no renuncia a su reclamación de la soberanía, pero también es una línea roja para mi que mejore la vida de los 300.000 vecinos del Campo de Gibraltar.

P. ¿Puede haber policías españoles de servicio en el Peñón sin uniforme ni armas como pide Picardo?

R. El código Schengen establece una forma de actuar. Si Gibraltar quiere libertad de circulación, puede tenerla; lo único es que hay que actuar como se hace en todos los puntos de entrada y salida del espacio Schengen.

P. Londres aduce que, por tradición, sus policías no llevan armas.

R. Vamos a ver qué plantea Lammy y cómo. España siempre está dispuesta a aplicar fórmulas constructivas que garanticen la seguridad de los controles y la libre circulación de personas y mercancías.

 

P. ¿Eso pasa por la libre circulación de los policías españoles por Gibraltar?

R. Pasa por aplicar el código Schengen. No hay nada extraño en reclamar que sea así.

P. Si no hay acuerdo, ¿sufrirán los más de 10.000 españoles que trabajan en el Peñón?

R. Su estatuto está protegido por el tratado de retirada [del Reino Unido de la UE] pero, a día de hoy, Lammy me ha trasladado su propósito de que haya acuerdo. Ya hubo un pacto de Nochevieja [de 2020] que mencionaba la presencia de agentes españoles y de Frontex [la agencia europea de fronteras]. Todo eso estaba ya pactado.

P. ¿Por qué resucita ahora como el gran obstáculo que puede arruinarlo todo?

R. En este momento histórico debemos tener altura de miras, dejar de lado ese vértigo y avanzar en una nueva relación. Los miedos, recelos y desconfianzas deben quedar atrás.

P. En su reciente gira por África Occidental, el presidente del Gobierno anunció la aprobación de la nueva Estrategia para África.

R. África se ha transformado y España también. Buscamos renovar la relación con un continente con el que nos jugamos un futuro compartido. Llevamos muchos meses trabajando en ese documento y se va a presentar muy pronto. Incluirá novedades, como una comisión interministerial, dirigida por Exteriores, donde abordar todos los asuntos que tocan a África.

P. ¿Qué presupuesto tendrá?

R. Las estrategias no tienen presupuesto, marcan líneas de acción política. Lo que acabamos de aprobar es un Plan Director de la Cooperación que ha supuesto triplicar nuestra cooperación con el África Occidental en los últimos dos años.

P. En su gira, el presidente firmó tres acuerdos de migración circular, pero lo cierto es que no acaba de funcionar una vía regular de migración que disuada a los africanos de subir a los cayucos…

R. Los socios africanos nos dicen que los programas de migración circular están funcionando y lo que tenemos que ver es qué sectores son deficitarios en mano de obra en España. Todos los estudios indican que el mayor desincentivo para la migración irregular es que haya cauces de migración regular. El Gobierno tiene una política sólida, firme y responsable, pero también humana, hacia el complejísimo fenómeno migratorio. No nos vamos a resignar nunca a que el Mediterráneo y el Atlántico sean un cementerio de personas que lo único que buscan es mejorar legítimamente su vida.

P. El cuello de botella de la migración regular son los visados. Solo conseguir cita en los consulados es una tarea titánica.

R. Una de mis prioridades, tal vez no la más vistosa, es agilizar los trámites de concesión de visados. Estamos inmersos en un proceso de digitalización consular y hay ya algunos proyectos piloto en los que se está aplicando con éxito y muy pronto podremos anunciar un mayor despliegue. Se trata de evitar cuellos de botella en algunos consulados cuyo funcionamiento se basa en el tradicional “acuda usted a ventanilla”.

P. La migración circular supuso el año pasado 20.000 migrantes, eso no cubre ni de lejos las necesidades del mercado español…

R. La política que está aplicando el Gobierno busca compaginar el control de nuestras fronteras con la necesidad de cubrir la demanda del mercado laboral, algo que compartimos con los países de la UE. Hay personas que necesitan nuestra protección, y para eso está el derecho de asilo y refugio, y otras que, por haber elegido la vía de la migración irregular, no pueden seguir entre nosotros.

P. El presidente dijo en Senegal que el retorno de los emigrantes irregulares era “imprescindible”, pero se ejecutan muy pocas devoluciones. Cuando usted las plantea a los países africanos, ¿qué respuesta encuentra?

R. Todos nuestros socios quieren colaborar y lo hacen, pero les plantea retos y dificultades, como a nosotros. La migración no solo es un desafío para los países de recepción, también para los de emisión y tránsito. La frontera más desigual del mundo es la de la UE con África y, mientras eso siga siendo así, el desafío de la inmigración irregular continuará y hay que decir la verdad a los españoles y los europeos: cuando un problema es coyuntural, se resuelve, tiene solución; cuando un problema es estructural, se gestiona. Mientras haya esa enorme desigualdad, la migración irregular será un desafío que tendremos que gestionar conjuntamente. Y, cuando uno escucha el discurso del PP y Vox, digámoslo claramente: están mintiendo. Quien diga que tiene la solución, la varita mágica, engaña. E intentan confundir cuando mezclan inmigración irregular y delincuencia. Es una falsedad y una canallada.

8 de septiembre 2024

El País

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