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Argentina gira a la derecha

Opinión
Artículos de opinión
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Después de haber prometido controlar la inflación con políticas diferentes a las aconsejadas por el FMI, el gobierno de Alberto Fernández agravó la situación económica y social de Argentina. Debido a ello, en las recientes elecciones legislativas, un poco más del 60% del electorado votó a favor de la oposición, constituida en su mayoría por la coalición de centro derecha liderada por seguidores del ex presidente Macri.

Para los economistas la inflación es un problema monetario y surge de la emisión excesiva de dinero por el Banco Central, a fin de financiar el gasto público y los compromisos de los políticos populistas con su clientela electoral. Posición compartida por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los populistas, por el contrario, usualmente desprecian los riesgos de la inflación y su impacto en la sociedad, piensan además que se puede corregir apelando a políticas de control, bien sea del tipo de cambio o de los productos.

Mauricio Macri durante su gobierno intentó, con apoyo financiero del FMI, controlar la elevada inflación de Argentina, que rondaba el 50%. Para ello tomo medidas para reducir el gasto público y controlar la emisión de dinero por el Banco Central. Estas políticas elevan la tasa de interés lo cual penaliza el consumo y usualmente generan recesión e incrementan el desempleo, generando un fuerte malestar social.

En las elecciones donde participó Alberto Fernández éste creó la ilusión en el electorado que era posible enfrentar la inflación sin recurrir a las medidas aconsejadas por el FMI. El malestar generado por las medidas implementadas por Macri creó un caldo de cultivo para darle credibilidad a estas promesas. Adicionalmente a ello es necesario tomar en cuenta que Fernández era el abanderado del populismo peronista el cual históricamente tiene dos anclas en la Argentina, por un lado los sindicatos de las grande centrales obreras y por otro las barriadas pobres, en particular de Buenos Aires, donde predominan sectores fuertemente dependientes de las ayudas estatales, que el peronismo tiende a utilizar para manipularlos.

Con el apoyo de los sectores señalados Fernández ganó las elecciones en el año 2019, aunque por un estrecho margen, revelando que la sociedad Argentina estaba fuertemente dividida entre ambos discursos. Fernández asume el poder e implementa una política económica propia de los movimientos populistas. Menosprecia los riesgos de la inflación, abandona la política de Macri y se centra en las políticas de controles y las ayudas a los desamparados. La impresión de dinero alcanzó niveles record, a pesar de ello las ayudas estatales fueron limitadas y no alcanzó al sector informal que representa un tercio de la economía. La decisión de prohibir los despidos agravó la situación de las empresas, en particular de las pequeñas, forzando el cierre de 40.000 Pymes, lo que provocó una contracción del 10% en el año 2020 El confinamiento debido a la pandemia del Covid 19 agravó la situación, el manejo de la pandemia por el régimen de Fernández fue muy criticado. La renegociación de la elevada deuda con el FMI también fue uno de los retos que el régimen no pudo superar lo que acentuó la desconfianza potenciando el valor del dólar no oficial. La inflación repuntó lesionando la capacidad de compra de la población lo que aunado al incremento del desempleo elevó la pobreza hasta afectar a la mitad de la población.

En una sociedad fuertemente dividida el descontento operó como un péndulo en las últimas elecciones, a favor de la oposición. El domingo 14 de noviembre de este año se realizaron las elecciones para renovar parcialmente la cámara de diputados y el senado. En toda la Argentina los resultados favorecieron a la oposición por 9 puntos. Ésta se encuentra integrada, en su mayoría, por la coalición de los seguidores del ex presidente Macri, de centro derecha. Sin embargo en Buenos Aires donde se concentra casi un 40% del padrón electoral el margen fue menor. El populismo peronista perdió el control del senado el cual mantenía desde el inicio de la democracia en 1983. Alberto Fernández en consecuencia está obligado a negociar con la oposición a fin de que las solicitudes de su gobierno sean aprobadas por el senado. Entre éstas figura la renegociación de un préstamo con el FMI lo cual implica negociar la política económica del gobierno en los dos años que restan.

Profesor UCV