Cuando leo en la prensa que los líderes políticos venezolanos se hacen reproches uno a otro y no se hacen los reproches a si mismos, me pregunto si existirá en ellos algún tipo de reflexión o de autocrítica.
Cuando veo que el gobierno y el oficialismo reclaman que sean devueltos los dineros congelados en cuentas en el exterior sin ningún tipo de enmienda de crear una organización de pesos y contrapesos para el mejor manejo del dinero, me pregunto si no se dan cuenta que ellos fueron responsables de la gigantesca corrupción en Pdvsa, Cadivi y en casi todos los órganos gubernamentales, donde abundan empresas del Estado y expropiadas quebradas y obras de infraestructura abandonadas.
Y cuando oigo que los líderes de la oposición reclaman al gobierno por no ser democrático, me pregunto si no se cuestionan a si mismos, si no ven que en sus propios partidos no ha habido ninguna elección de autoridades por varios años, que tampoco hacen primarias para ir a elecciones y que tampoco rinden cuentas de los activos que debido a las sanciones manejan en el exterior.
Tampoco ve nuestra oposición que en cinco años en la Asamblea Nacional (AN) su única agenda era marchar para tumbar al oficialismo y descuidaron su trabajo político. Un mejor futuro para la nación depende de mejores.
Vemos con optimismo que el oficialismo haya rectificado en mucho sus políticas económicas y en iniciar las negociaciones en México, aunque todavía hay muchos atavismos en el proceso. También celebramos que la oposición con sus atavismos haya decidido participar en política y dejar de buscar las salidas abruptas.
El nivel de autoconciencia se presenta en dos formas:
Por un lado, las personas con consciencia propia o interna pueden verse a si mismas con claridad; comprenden sus valores internos, sus pasiones, sus aspiraciones, su entorno ideal, sus patrones de conducta (incluidas sus fortalezas y debilidades) y su impacto en los demás.
Por otro lado, las personas con conciencia externa saben cómo las ven los demás, es decir, cómo las personas que las rodean ven sus valores, pasiones, aspiraciones, entorno ideal, patrones (incluidas sus fortalezas y debilidades) y su impacto en los demás. Debido a que la autoconciencia interna y externa son independientes, podemos pensar que crean cuatro arquetipos diferentes, cada uno con características, desafíos y estrategias claramente diferentes para mejorar la percepción.
Los arquetipos de la consciencia:
1.- Los rapaces: tienen poca conciencia de sí mismos tanto interna como externa, característica de muchos lideres políticos venezolanos y funcionarios públicos bullies.
2.- Los reflexivos: tienen un alto nivel de autoconciencia interna pero bajo en autoconocimiento externo.
3.- Los complacientes: son altos en autoconciencia externa pero bajos en autoconocimiento interno (gran parte de la sociedad venezolana sufre de esta distorsión).
4.- Las personas conscientes: tienen un alto nivel de autoconciencia tanto interna como externa. No abundan en Venezuela e impide una sociedad funcional plena.
Los más peligrosos y que mas restan a la sociedad son los líderes del tipo rapaces. Los líderes que no tienen consciencia de sí mismos no solo son frustrantes; sino que reducen a la mitad las posibilidades de éxito del resto de un equipo o sociedad.
El tema es como lidiar con líderes rapaces que son los que más abundan en nuestra política y los que mas restan valor al PIB. En un artículo en el Harvard Business Review de “Cómo trabajar con personas que no tienen consciencia de sí mismas” por Tasha Eurich en 19 de octubre de 2018 explica lo siguiente: Según su investigación, otras consecuencias de trabajar con líderes inconscientes incluyen un mayor estrés, una menor motivación (fuga de capitales y de talento) y una mayor probabilidad de abandonar el trabajo. Las características de las personas de baja consciencia: No escuchan ni aceptan comentarios críticos. No pueden sentir empatía ni colocarse en el lugar de los demás. Tienen dificultad para adaptar su mensaje a su audiencia. Poseen una opinión exagerada de sus aportes, contribuciones y desempeño. Son hirientes para con los demás sin darse cuenta. Se atribuyen el mérito de los éxitos y culpan a los demás por sus fracasos. Su mejor herramienta de gestión es “el miedo y la amenaza”.
Hay líderes que no les importa los demás ni tener consciencia, no piden disculpas por su comportamiento.
Entonces, ¿cómo lidiamos con estas situaciones?
Según el articulo reseñado, la mejor manera de lidiar con personas inconscientes es recordándose que también los bullies son humanos. No deshumanizarlos. Nada de ojo por ojo. Encontrando su humanidad y no criminalizándolos.
Los investigadores han descubierto que perfeccionar nuestras habilidades de ponernos en el lugar de los bullies que no tienen consciencia nos ayuda a mantener la calma frente a ellos. "Hay consecuencias [negativas] ... cuando ... tenemos malos pensamientos sobre alguien", la comprensión "nos permite elevar a las personas y esto hace que esas personas se eleven".
Una de las cosas más importantes que debemos recordar es que las personas pueden cambiar en el futuro y más si comenzamos los cambios en nosotros mismos.
Twitter @alejandrojsucre