Por la manera como el presidente Biden vulnera el Acuerdo de Ginebra el que media sobre el territorio en disputa con Venezuela de El Esequibo y ofrecer apoyo militar a Guyana, y por las trabas que coloca a Venezuela para defender su empresa Citgo ante los tribunales de EE.UU. y para pagar a sus acreedores, pudiera interpretarse que las sanciones al petróleo venezolano que mantiene su administración no son para defender la democracia en Venezuela sino para ponerla en estado de indefensión. La administración Biden pareciera que está en una especie de plan de desvalijamiento de los activos de Venezuela y se escuda en defender la democracia cuando aplica las sanciones al petróleo venezolano, pero pareciera que lo que en realidad busca es reducir los ingresos del país y debilitarlo para que no pueda defender ni su territorio del Esequibo ni Citgo.
Es verdad, el fallecido presidente Chávez maltrató injustamente a los EE.UU. Saboteó con Fidel Castro la importante Iniciativa de Las Américas del presidente Bush para unificar comercialmente a nuestros países. Irrespetó a sus autoridades en la ONU y en varios foros mundiales donde participó. Expropio sin pagar múltiples empresas estadounidenses, incluida la ExxonMobil, que generaban riquezas y buenos puestos de trabajos en el Venezuela. También en forma incomprensible el presidente Chávez rechazo la ayuda de EE.UU. para reconstruir la Guaira luego del deslave. Hizo acuerdos privilegiados con China y Rusia y se alineó en un antimperialismo inconveniente. Es muy poco y muy costoso lo que se construyó en Venezuela con los chinos y los rusos. Fue un gravísimo error del presidente Chávez alinearse con Fidel Castro y atrofiar las inversiones de europeas y estadounidense en Latinoamérica para privilegiar a las China, Rusas e Irán que por lo demás se hicieron con muy poca transparencia y entre oficiales de gobiernos y con bajísima participación de los ciudadanos venezolanos como lo hacen las empresas de EE.UU. y europeas. Esta política hostil hacia nuestro principal cliente e inversionista EE.UU. , inspirada en un odio irracional de Fidel Castro, no solo ha hecho mucho daño al futuro de Venezuela sino también al de toda Latinoamérica. Ha hecho que Europa y EE.UU. inviertan en China y Asia y ha tenido el efecto de muy baja inversión y bajos sueldos a cientos de millones de latinoamericanos por décadas. Venezuela debió y debe recibir con los brazos abiertos inversiones de EE.UU., Europa, China, Rusia, árabes y de todas partes bajo las mismas reglas de juego.
No obstante, todos los maltratos recibidos por EE.UU. de parte del presidente Chávez, no justifica que hoy la Administración Biden actúe de manera de revancha y retaliación. Eso creará más resentimiento y echará leña al fuego. EE.UU. está afectando el futuro de todos los venezolanos al no permitir que se dirima en sus tribunales las causas de Citgo y no esperar que se dirima apropiadamente en las cortes internacionales el Acuerdo de Ginebra entre Guyana y Venezuela sobre el territorio de El Esequibo. Debido al gran poder económico y moral de EE.UU., la Administración Biden debe elevar su aporte a la reconstrucción de Venezuela y no hacer leña del árbol caído. No debe crear más resentimiento en Venezuela ni en Latinoamérica arrebatando territorios petroleros y debe actuar constructivamente para apoyar la economía y la democracia en Venezuela. La administración Biden debe actuar contra las personas y políticos corruptos que afectan su economía y los derechos humanos, pero no aprovecharse de las dificultades de los venezolanos para debilitarnos con sanciones económicas que más afectan al ciudadano que a los lideres políticos que causan los problemas. La Administración Biden también debe devolver parte del dinero robado al fisco venezolano por. Políticos venezolanos y sus testaferros y presentar cuentas de lo confiscado en su territorio. No lo ha hecho hasta ahora.
Las disfuncionalidades de la política venezolana no son solo del oficialismo, sino también llegan a la oposición cuando justifica y pide a EE.UU. sanciones al petróleo venezolano a cambio de mejores condiciones electorales, sin reconocer que ellos mismos han dejado de ir a elecciones buscando salidas rápidas e inconstitucionales como una intervención militar de los EE.UU. , promoviendo marchas a Miraflores y han generado otros hechos violentos. Han dejado de hacer su trabajo de competir pacífica y electoralmente aun en condiciones adversas. La oposición toda debe ahora apoyar el rescate de Citgo, el Esequibo y pedir eliminar (no solo suspender por 6 meses ) las sanciones al petróleo de parte de EE.UU. que afectan al ciudadano. La oposición no debe entregar Citgo ni El Esequibo ni esconderse en las faldas de los EE.UU. y menos recibiendo sueldos del dinero proveniente de dichas sanciones. La oposición no debe sabotear el referéndum en defensa del Esequibo el 3 de diciembre próximo, sino lo contrario, debe rebasar con votos a los del oficialismo, movilizando 10 millones de votos.
Los que dicen que el Esequibo ha sido descuidado por las autoridades gubernamentales deben revisar esos argumentos derrotistas y mediocres. Es verdad que Venezuela ha descuidado el territorio Esequibo por ser zona en reclamación y por mal manejo administrativo, pero ese argumento aplica a toda Venezuela y a todos los gobiernos democráticos. En ninguna parte de Venezuela, no solo en El Esequibo, hay suficientes escuelas, infraestructura, cárceles, carreteras, hospitales etc. que no funcionen bien. Por ello no debemos ser derrotistas y más bien debemos tomar impulso ante los retos y elevar la importancia de mejorar la gerencia en el sector gobierno para que cumpla sus deberes y no entregarnos sin esperanza a manos invasoras. La Administración Biden debe luchar por los valores y no aprovecharse de las debilidades de sus vecinos. Eso es lo que los venezolanos esperamos de esa gran nación que es los EE.UU.
X: @alejandrojsucre
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