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Breve disertación sobre el resentimiento en Venezuela

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 4 min.

Vivo pensando para buscar alguna explicación racional del fenómeno chavista y de más reciente data, madurista. Históricamente hablando, el discurso político de lo que ahora damos en llamar chavismo/madurismo tiene bastantes antecedentes, en el siglo XIX hubo un coronel español que asoló todo el país, mató a mansalva, quemó todo a su paso y en algunas ciudades venezolanas acabó con toda la población blanca por el puro gusto de la maldad, lo curioso es que manejaba un ejército irregular lleno de negros, zambos y mestizos cuyo resentimiento les hacía ser más malvados que esos otros que llamamos libertadores.

José Tomás Boves, al grito de mueran los blancos y los que sepan leer y escribir, acababa con todo, la cosa curiosa es que el hombre era rubio de ojos azules, el mismo prototipo de los que tenían la costumbre de matar sin remordimiento alguno. La cosa más sorprendente del asunto es que una vez muerto el español, la mayoría de aquellos hombres que colgaban a la gente de todas las ceibas que encontraban a su paso, sin hablar de las mil barbaridades que cometieron al masacrar humanos sin que importase mucho la edad, el sexo o la condición de gravidez de sus víctimas, ese mismo ejercito barbárico terminó en el ejército libertador de la mano del general Páez, el otro Taita del llano.

Fue quizás la primera expresión política donde se ejerce la manipulación social a partir del resentimiento colectivo para lograr un objetivo como lo es ganar una guerra, además decía que no peleaba para el Rey, que de él luego se ocuparía, lo que nos hace entrever que si no lo hubiesen matado en la batalla quizás hubiese destrozado tempranamente la republica solo por el gusto de mantenerse en el poder de manera omnímoda. Del lado patriota no hay mucho que defender tampoco, la recluta no era muy selectiva que digamos , los soldados no tenían paga y se les daba en pago todas las ventajas de ser vencedor , desde el petateo (violaciones masivas para luego matar a las mujeres) hasta el robo o el asesinato por cualquier razón, cuentan algunas historias que hubo varios intentos de secesión que fueron acallados a sangre por mantener el poder como hizo con el general José Manuel Piar quien se presentó confiado a una corte marcial y nunca salió con vida por una condena gracias a sus intenciones de levantar una república del lado de Guayana con el añadido de ser un hombre que se hizo pasar por pardo cuando en realidad era rubio de ojos azules (otro) cuyo ejército estaba constituido por negros y pardos que se hacían la idea de que ese general seria su salvación a lo que Bolívar lo manda fusilar luego de un juicio sumario y sin defensa.

Así hay muchos otros ejemplos que pueden ser citados como antecedente de este desastre, antes de pasar a explicar (para los que no viven en Venezuela) las similitudes actuales quiero detenerme en un último “procer” del siglo XIX que dicho sea de paso fue un icono fallido de este gobierno. El general Zamora se copió las peroratas románticas que ya para su tiempo estaban agónicas sin embargo cuando una población era tan ignorante como la de los campos pues se hizo fácil eco de sus discursos levantándose en armas contra el gobierno de turno, ya en Venezuela era costumbre la guerra, no en balde hay historiadores muy serios que afirman que la guerra de independencia duró cien año pues luego de vencido el enemigo externo quedaron demasiados rencores sueltos como para evitar que los nacionales se mataran entre si. Este general hizo del resentimiento parte de su credo revolucionario pues no solo atacaba a los latifundistas, también le dio orden a sus tropas de matar a todo aquel sospechoso de ser godo y otra vez los blancos y los que supieran leer y escribir fueron objetivo de los vándalos revolucionarios.

Hacer levantamientos “populares” invocando el resentimiento es el asunto más fácil del mundo, además si como gobierno haces que tu gestión se ocupe precisamente de eliminar paulatinamente los beneficios de estudiar, hacer carrera y ser productivo para convertir a la gran masa pobre en dependientes del estado, como si eso no fuese suficiente culpar siempre a terceros de la miseria nacional acusando a los “ricos” de sabotear todo el proceso revolucionario. La pobreza idiota se transforma así en presa simple de los politicuchos de medio pelo que con un discurso medio aprendido de cualquier manera se alza en las barriadas disfrazando su brutalidad con el verbo vernáculo de las calles, haciendo el trabajo de los jerarcas que se enriquecen mientras el resto del “pueblo” muere de mengua por diversas razones. Lo más grave es que cuando hay protestas, ellos reprimen, matan, golpean, encarcelan y cualquier otra tropelía , entonces es culpa de la derecha, ellos no pretenden ser así pero es que los obligan a defender la revolución ya que los “ricos” odian que el “pueblo” disfrute progreso, yo me pregunto ¿Cuál progreso?, la respuesta viene en forma de axioma de pobres “no importa que yo esté pasando hambre, los “ricos” también tienen lo suyo por no compartir con nosotros los pobres”.

Nadie entiende aún que no hay que compartir nada, que las cosas se ganan con trabajo, mantener dedicación, estudio y esfuerzo, que el estado solo tiene la obligación de administrar los impuestos (que tampoco sabemos cómo se invierten), mantener las reglas del juego para asegurar justicia y ejecutar políticas que aseguren el bienestar ciudadano, esto que vivimos no cumple el requisito mínimo para hablar de futuro.

No me extrañaría nada que en algún momento cualquiera de los multiministros también multisolicitados a nivel internacional por tráfico de cualquier cosa ilegal diga en cadena nacional “mueran los blancos y los que tengan estudios universitarios” pues el resentimiento es un bien por explotar y acá en Venezuela el hambre trae idiotez, insumo básico para que las izquierdas pervivan.

Abril 2017

@jbdiwancomeback