En días pasados me llamó una empresa encuestadora en Canadá para preguntarme cómo mejorar el apoyo del gobierno a los agricultores. Resulta que tengo una finca agrícola que produce vegetales orgánicos en British Columbia cerca de Vancouver. La entrevista fue como sigue:
El encuestador me pregunta por una innumerable cantidad de programas que tiene el gobierno local para incentivar la producción Agrícola en la provincia. Existen programas para apoyar a los nuevos agricultores, para apoyar a los jóvenes que no pueden comprar tierras por ser muy costosas para que alquilen tierras, programas de descarbonización y métodos orgánicos, programas para hacer mas eficientes los sistemas de irrigación, sistemas para hacer programas de higiene y auditorías sanitarias, programas para inmigración de trabajadores para complementar las necesidades de mano de obra, programa de financiamiento, etc..
El encuestador prácticamente iba revisando programa por programa conmigo para saber si eran eficaces o no y para oír recomendaciones para transmitirlas al gobierno. En conclusión le dije que todos los programas que tenían eran desarrollados por burócratas e iban orientados a crear puestos de trabajos a consultores ambientalistas que nada tienen que ver con hacer las fincas de British Columbia más competitivas con sus fincas competidoras en EEUU.
El 80 % de la alimentación en British Columbia viene de EEUU y México durante invierno y viceversa, se autosostiene en verano. Pero los precios de los alimentos son mas bajos cuando vienen de EEUU que cuando son producidos localmente. La razón por la que los productos importados de EEUU son más económicos son debido a que el precio de la gasolina, el costo de la mano de obra y el financiamiento es mas barato en EEUU que en Canadá. Así que le dije al encuestador que mi opinión era que el gobierno local si quiere de verdad aumentar la producción local debe concentrarse no en los dogmas ambientalistas y de contratar consultores fanatizados sino bajar el precio del diésel y de la gasolina eliminando impuestos ambientalistas, poner a disposición de los agricultores expertos agrícolas que sepan asesorar en mejores sistemas y equipos de desmalezamiento, de cosecha y de siembra y no teóricos fanáticos ambientalistas; que deben tener financiamiento igual o mejor que el que reciben las fincas de EEUU del gobierno ya que en Canadá el clima provee menos meses para amortizar gastos. Que sea clave crear una cartelera en línea para contratar personal extranjero por rama de habilidad expedito para llenar vacantes rápidamente y no procesos lentísimos de contratación de personal extranjero como los actuales. Le dije que basta de burócratas creando programas para financiar consultores ambientalistas que no tienen ninguna conexión con la realidad de la producción e irrelevantes.
Sin embargo, luego de esa entrevista con el encuestador me quedó una buena sensación de que esa información iba a llegar a los funcionarios encargados de las políticas agrícolas y eso me daba esperanza en que revisaran sus programas, la mayoría son desperdicios de dinero si lo que se busca es aumentar la producción y no contratar amigos consultores.
En eso me puse a pensar en Venezuela, nuestro país, donde los burócratas no ven claramente que su función es hacer nuestra economía más competitiva y no enriquecerse con el dinero del Estado. Imaginemos si nuestro gobierno hiciera una encuesta en cada sector de la economía para saber qué apoyo necesitan para producir más. Qué obras de infraestructura, qué entrenamiento, qué política inmigratoria, que política de financiamiento, apoyo para las exportaciones, etc.. Si los funcionarios públicos venezolanos vieran que son capitanes de un equipo de Venezuela Productiva, compuesto por empresarios, profesionales y obreros y que su misión es fortalecer a cada jugador para que metan más goles o exporten más y produzcan más, en Venezuela tuviéramos una economía cerca de $50,000 anuales per cápita o lo que es unos $1,5 trillones de PIB anual. En lugar de ese PIB, Venezuela tiene un PIB que llega a $0,06 trillones o el 4 % de lo que pudiera ser. Somos como país que es sólo un 4 % del PIB de lo que pudiéramos tener debido a la práctica de nuestros dirigentes políticos de acusarse y descalificarse mutuamente para tratar de debilitar al resto de la sociedad y poder estafarla. En lugar de enfocarse en canibalizarnos unos a otros, los venezolanos debemos luchar para que nuestros políticos se dediquen a buscar soluciones en cada sector de la economía, consultar a los empresarios, profesionales y trabajadores en cada sector de cómo y qué apoyo necesitan en el terreno para competir y aumentar el PIB de nuestra patria.
Los funcionarios públicos, los columnistas de opinión, los gremios sindicalistas, los gremios empresariales, las universidades, los políticos todos debemos dar un paso adelante para cambiar la actitud canibalista y subir nuestra autoestima en que sí podemos ganarnos la vida sin robar el trabajo de otros.
Twitter @alejandrojsucre