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El cambio es inevitable

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

El 30 de abril fueron evidentes las fisuras en el régimen, cuyas consecuencias están todavía por verse. Maduro mostró signos de miedo cuando se enteró, el 2 de mayo, que habían hecho contacto con su ministro de defensa para negociar su salida. Igualmente tuvo conocimiento de la participación de su jefe de inteligencia en la liberación de Leopoldo López. Muchos analistas opinan que los altos cargos actuaron genuinamente para deponer a Maduro e ir hacia un gobierno de transición. Si bien las presiones de los Estados Unidos no han funcionado como se esperaba, el cambio es inevitable pues buena parte de la cúpula gobernante está consciente de ello y de la necesidad de ir hacia un gobierno de transición.

El intento de deponer a Maduro el 30 de abril fracasó, sin embargo Maduro sabe que sus problemas están lejos de resolverse. El 2 de mayo Maduro se presentó en un una base militar en Caracas rodeado por militares a los cuales les pidió que repitieran después de él “Leales siempre, traidores jamás”, lo cual hicieron. Después de su discurso intervino el ministro de defensa Padrino López quien expresó “Ellos trataron de compranos... como si fuéramos mercenarios”. Las cámaras de TV capturaron un trazo de miedo atravesando la cara de Maduro, como si fuera la primera vez que escuchara la confesión del militar. ¿Sería verdad que su ministro de la defensa estuvo en contacto con miembros de la oposición, como expresaron los funcionarios de Trump?.

Algunos opinan que el General Padrino López es un hábil doble agente, que mantuvo contactos con la oposición para eliminar disidentes. Pero otros no están seguros. Quizás él y Maikel Moreno, el mercurial presidente de la suprema corte títere y el general Iván Hernández Dala, jefe del servicio de inteligencia militar, estaban buscando genuinamente deponer a Maduro, trabajando con empresarios venezolanos interesados en que los Estados Unidos les levanten las sanciones. Uno de los militares de alto rango ciertamente desertó, el General Figuera del Sebin. Su deserción fue lo que posibilitó la liberación de Leopoldo López. El jefe de inteligencia pudo contar con la colaboración de la temida policía política que él dirigió. Por meses ha habido rumores de descontentos en el Sebin. En una intervención en Washington D.C. , el 7 de mayo, el vicepresidente Mike Pence señaló que Estados Unidos estaba levantando la sanción contra el General Figuera, tentando con similares medidas individuales, como un incentivo, a los otros oficiales que quieran oponerse a Maduro.

Mike Pence lleva a cabo la política del palo y la zanahoria. Amenazó a todos los miembros del TSJ que responderían por sus acciones, si fallaban en cumplir la constitución . La corte suprema títere lanzó una investigación criminal contra seis diputados de oposición, que luego fueron despojados de su inmunidad parlamentaria por la Asamblea Constituyente oficialista. En ese contexto, el 8 de mayo, el vicepresidente de la AN Edgar Zambrano fue arrestado.

La frustración de los Estados Unidos es que su política del palo y la zanahoria parece no funcionar para sacar a Maduro. “Nos estamos quedando sin opciones” señaló Moises Rendon del CSIS un centro de estudios y consultorías en Washington D.C. Una de las opciones que la administración se niega a tomar es la de la intervención militar, pues implica grandes riesgos. Una posibilidad más atractiva es trabajar sobre los países que apuntalan a Maduro, como Cuba y Rusia.

Trump y el secretario de estado han llevado a cabo reuniones con Putin y funcionarios rusos sobre el tema de Venezuela. El gobierno de Trump está también endureciendo su política hacia Cuba, por su apoyo a Maduro. Mike Pence señaló en una entrevista de TV el 5 de mayo que “ están trabajando con los cubanos” para producir cambios en Venezuela. Las aperturas hacia Cuba parecen estarse multiplicando. El Grupo de Lima también trabaja esta opción, señalando que hará las gestiones necesarias para buscar la colaboración de Cuba para resolver la crisis en Venezuela, coordinado estas acciones con la UE y el llamado grupo de contacto

Todo esto crea un clima de incertidumbre para Maduro. El intento del 30 de abril fracasó, pero ello demostró que algunos miembros de la cúpula gobernante están buscando acuerdos que los unifiquen en la búsqueda de una salida, así sea para crear una pista de escape. “Hay una clara convicción, entre los funcionarios del régimen, de que Maduro debería irse y que una transición es inevitable” señaló Colette Capriles una politólogo con estrechos nexos con la oposición.

Nota: este escrito es una traducción libre de una parte del artículo: The Economist. 2019. Can diplomacy dislodge the Maduro dictatorship?, may 9th.

Profesor UCV