Drôle de guerre, llamaron los francese al período entre la declaración de guerra de Francia y el Reino Unido a Alemania, a raíz de la invasión a Polonia el 1 de septiembre de 1939, y los ocho meses que transcurrieron hasta que los germanos invadieron a los Países Bajos. A partir de allí la guerra dejó de ser cómica. Este es un ejemplo de que se puede pasar de una percepción cómica a la realidad de una tragedia. Guardando la enorme distancia, la posición de Maduro respecto a Guyana nos parece cómica porque estamos seguros de que no invadirá, pero la tragedia es que la guerra es en contra de los venezolanos.
Algunos alegan que Maduro y Vladimir Padrino no invadirán porque nuestra Fuerza Armada no tiene el apresto suficiente, cuenta con muchos generales de escritorio y pocos soldados, y que las pocas carreteras en la selva dificultan el avance de nuestros batallones. Todo ello es cierto, pero aun disminuido y con mandos de generales que solo toman cárceles, nuestra Fuerza Armada es muy superior a la de Guyana. O sea que podríamos ocupar nuestra Guayana Esequiba.
Nuestra situación empezaría a complicarse al ocupar este territorio que nos fue arrebatado por la que una vez se llamó la “pérfida Albión”. Tendríamos una población hostil, a menos que algún madurista piense que los guyaneses estarían felices de estar bajo la bota de nuestros militares y de los ineptos administradores que destruyeron a Venezuela. Tampoco podemos pasar por alto el no tan pequeño detalle del apoyo del Reino Unido a Guyana, no con palabras, sino con presencia militar. Esto sin descartar la posición a favor de Guyana, por parte de Brasil, Cuba, Estados Unidos y China que tienen intereses en la zona. En conclusión, afortunadamente la invasión no se producirá. Debemos presentar los sólidos argumentos que tenemos ante la Corte Internacional de Justicia, lo demás es una pantomima de Maduro, un sainete mediocre.
¿Por qué esa campaña belicista? Sin duda alguna es un montaje burdo de Maduro para intentar mantenerse en el poder, arremetiendo contra los demócratas venezolanos con el propósito de abortar la elección del 2024. Es decir, la guerra es en contra de la oposición. ¿Lo permitiremos los venezolanos? ¿La comunidad demócrata internacional se hará la desentendida? ¿El régimen se seguirá burlando del Acuerdo de Barbados?
Maduro y su pandilla decidieron acciones temerarias esperando no se cumpla la tercera Ley de Newton que dice que a toda acción se produce una reacción de igual magnitud y en sentido contrario. No solo no han liberado a los presos políticos, sino que han encarcelado a parte del equipo de María Corina Machado, a la que tienen miedo. Ya pasó el tiempo en que Chávez le dijo “águilas, no cazan moscas”, que tomó de las páginas rosadas del Larousse. Ahora ella es el águila que lo derrotará si el régimen permite realizar elecciones limpias y aunque no sean tan limpias, porque la diferencia es abismal.
Todos los presos políticos están encerrados injustamente. No hay pruebas que los inculpen y tampoco han tenido derecho a la debida defensa. Generalmente han sido acusados por “patriotas cooperantes” no identificados. Roberto Abdul, Henry Alviarez, Claudia Macero y Pedro Urruchurtu, del equipo de María Corina en Venezuela solo cometieron el “delito” de organizar la elección Primaria. A Roberto lo secuestraron por varias horas y no le permitieron que nombrara un abogado de su elección. También dictaron orden de aprehensión en contra de Juan Guaidó, Jon Goicoechea, David Smolansky, Carlos Vecchio, Lester Toledo y Leopoldo López, quienes están en el exilio. A todos los citados les inventaron los delitos de traición a la patria, conspiración con una potencia extranjera, legitimación de capitales y asociación para delinquir.
Del lado de la oposición, hay otro acontecimiento que no podemos obviar. No es una amenaza de guerra, sino escaramuzas en contra de algunos dirigentes de la oposición por parte de otros opositores, algunos bien intencionados, otros no tanto. Así, es poco constructivo, por decir lo menos, tildar de colaboracionistas a quienes decidieron votar en el referendo sobre la Guayana Esequiba. Hay que diferenciar entre las sanguijuelas que colocó Maduro en su ilegítima Asamblea Nacional y ciudadanos honorables como Ramón Guillermo Aveledo, Rocío San Miguel, Andrés Caleca y otros, que consideraron que era preferible votar. Nuestros demócratas deben ser más tolerantes o corren el riesgo de parecerse a los rojos.
Las amenazas de guerra contra Guyana deben cesar. También las escaramuzas entre los opositores, ya que son perjudiciales.
Como (había) en botica:
Recientemente falleció el doctor Juan Comerma, distinguido investigador de suelos, buen ciudadano y apreciado amigo. Fue profesor universitario, personal del centro de investigación del Estado y asesor de Palmaven, filial de Pdvsa. Es una pérdida para Venezuela.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com