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El colapso de la avicultura

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 4 min.

La avicultura es un sector importador, éstos se convirtieron en elementos claves del Sector Alimentario Venezolano (SAV) y de la seguridad alimentaria, después del boom petrolero de la década 1970. Debido a su elevada eficiencia en la conversión de alimentos en carne y la sobrevaluación que la ha beneficiado, las proteínas de origen avícola han sido más baratas que las bovinas y han desplazado a éstas en el patrón de consumo. Esta tendencia se potenció durante el régimen del ex presidente Chávez, durante el cual el boom petrolero y la política económica incentivaron la competitividad de los sectores importadores. Sin embargo en los últimos años esta tendencia se alteró, debido a la política de asignación de dólares para el pago de la deuda que restringió los dólares para la importación de materias primas e insumos tecnológicos para la industria avícola. La relación de precios relativos se alteró y se convirtió en una carne cara por lo que ha sufrido más el embate de la hiperinflación y la caída del consumo.

Después de la década de 1970 se potenció la vocación importadora del SAV. Los sectores importadores se convirtieron en elementos claves del mismo y desempeñaron un rol estratégico en la provisión de proteínas y calorías. Uno de esos sectores fue el avícola, integrado por las empresas productoras de pollos de engorde, huevos y las de alimentos balanceados. Buena parte de las materias primas para elaborar los alimentos balaceados son importadas, pero más importante aún la zoogenética es importada, es decir, todo lo relacionado con el mejoramiento genético del pollo de engorde y el entorno tecnológico de éste, que hace posible una elevada eficacia en la transformación de alimentos en carne, se hace en el exterior, ya que es un circuito global.

La industria avícola ha pasado por periodos estelares y traumáticos. Un periodo estelar fue durante el reciente boom petrolero que se desarrolló a partir del año 2004, siendo Hugo Chávez el primer mandatario. En el periodo de Chávez fue uno de los sectores que impulsó el crecimiento agrícola y se beneficio de la política económica, que incentivó la competitividad de los sectores importadores a través de la concesión de dólares preferenciales. El valor de las importaciones agroalimentarias, integrado por insumos para el SAV, se multiplicó por seis entre el 2004 y el 2012. Los representantes de la industria avícola mantuvieron una política de lobby frente al régimen, lo cual los ubicó entre los sectores prioritarios a la hora de la asignación de dólares a la industria alimentaria. A ello contribuyó su rol socialmente progresivo que incentivaba el acceso de los sectores de bajos ingresos a las proteínas animales. Debido a su elevada eficacia y la sobrevaluación que la beneficiaba, las proteínas generadas por el sector avícola han sido más baratas que la de origen bovino. Esto prolongó una tendencia de largo plazo en la cual el consumo se venía desplazando de las carnes más caras, como el bovino, a las más baratas como el pollo. Debido a ello la carne de pollo representó más del 60% del consumo de carnes para el año 2012 (Rodríguez Rojas, José E. La siembra del petróleo y la producción de carnes. Dígalo Ahí, 23 de marzo del 2016).

En los últimos años la industria está atravesando por un periodo traumático. La crisis en la disponibilidad de divisas posterior al 2014 y la política gubernamental de priorizar el pago de la deuda, produjo una caída en las importaciones agroalimentarias. En el cuadro 1 podemos observar que las importaciones agroalimentarias per cápita descendieron hasta representar en el año 2017 el 24% del valor del año 2013 (Ver cuadro 1). Esto afectó en particular a esta industria, debido a su estrecha dependencia del sector externo. Primero la escasez de materia prima provocó un canibalismo en las granjas y obligó a reducir el número de animales. Luego la escasez de dólares preferenciales y la hiperinflación incrementaron los costos encareciendo la carne de pollo en relación con la bovina, lo que contrajo su consumo. Al final ambas carnes fueron afectadas por la contracción del consumo en general y de alimentos en particular, pero la de pollo recibió un mayor impacto debido a su mayor precio relativo.

Cuadro 1. Importaciones agroalimentarias per cápita (dólares/habAños

Años

2008

2010

2011

2012 2013 2014 2015 2016 2017

Valor

268

198

255

303

337

253

252

106

80

Índice

80

59

76

90

100

75

75

31

24

Fuente: Gutiérrez, A.2018; cálculos propios,

Ello provocó una progresiva caída en la producción que se ha prolongado hasta el 2017, cuando la producción representó el 34% del nivel alcanzado en el 2013 (Ver cuadro 2).

Cuadro 2. Producción de carne de pollo de engorde, 2011-2017 (miles de tm).

Años

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

Producción

924,5

1118,8

1201,8

1156,5

1019,6

553,1

408,4

Índice

2013 - 100

77

93

100

96

85

46

34

Fuente: FENAVI; cálculos propios.

El sector avícola ha incentivado durante las últimas cuatro décadas el acceso de los sectores de más bajos ingresos a las proteínas de origen animal, debido a ello se deben restaurar las condiciones macroeconómicas que hagan posible su recuperación y que siga jugando el rol que hasta hace pocos años desempeñaba.

Referencias bibliográficas:

Gutiérrez, Alejandro. 2018. Políticas económicas y sociales: impactos sobre la seguridad alimentaria y nutricional (Disponible en: www.saber.ula.ve>ciaal)

Profesor UCV

josenri@gmail.com