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Artículos de opinión
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En este tiempo de retiro, casi un mes, sin el estrés del bachaqueo, el constante malandreo del gobierno, el descaro del G4, ni el espantoso deterioro del país, uno comienza a pensar en no regresar, pues la incertidumbre de comenzar una nueva vida y de abandonar el terruño, prácticamente equilibra la ecuación. Cosa muy distinta con nuestros jóvenes cuya ecuación siempre arroja resultados positivos.

He evitado en lo posible leer a nuestros “intensos y profundos” analistas políticos, así como tampoco a esa nueva elite de expertos internacionales en el tema venezolano, y me he dedicado, un poco, a revisar noticias y opiniones, más allá de Cúcuta y Aruba.

Obviamente, el tema central en USA son los próximas elecciones presidenciales, muy reñidas, y con los candidatos de mayor índice de rechazo en la historia. Y mucho de lo que pase con nosotros después, de esos depende. La administración Obama continúa su apuesta a contrarrestar cualquier iniciativa de la cancillería venezolana, como su reciente visita a India. Dejando que en otras ocasiones se maten solitos como chacumbele, caso de la reunión MPNOAL. Pero también sigue siendo la piedra de tranca para obtener dinero fresco. China trata de salvar lo que pueda de los 56.3 billones de dólares que le debe Venezuela, que por cierto no es la única, pero es la que tendrá más dificultades para pagar. De allí el movimiento desesperado del Arco Minero.

La disminución del crecimiento económico chino tiene repercusiones mundiales, por ello que la declaración de Hangzhou, apunta a una apuesta de desarrollo económico global, y por supuesto, a contrarrestar cualquier “amenaza” a ese crecimiento.

Comparto entonces la opinión de que el tema venezolano es más una preocupación de su potencial efecto negativo en la región (ya vemos lo que está ocurriendo con el maltrecho MERCOSUR, y pronto los colombianos pondrán el grito en el cielo). De modo que la solidaridad internacional no es gratuita, pero está funcionando al punto que ha obligado al gobierno y los duros de la oposición a sentarse a cambiar barajitas, y sin duda el RR es una de las que está en negociación, aunque ambos actores lo nieguen públicamente.

El otro aspecto es como el sexo en las antiguas familias. No se habla de ello, pero existe y se practica. Es el tema militar.

Lo he dicho con la mayor honestidad, y con el mayor respeto posible, para algunos. Tengo arraigados prejuicios antimilitaristas, y no son gratuitos. Tienen origen familiar.

Tampoco pretendo abrogarme la exclusividad en esta materia, pues ellos mismos se han encargado de “auto suicidarse”, lucrativamente, por supuesto. Pero vamos, que son un actor indispensable en estas conversaciones o diálogos. ¿Cuánto falta para que entren directamente, o a través de un emisario suficientemente identificado?

Lo que un tiempo fue una palabra clandestina, mencionada con cierto rubor, la transición, está en marcha. Pero nadie sabe cómo termina la película, aunque los que han visto la serie en otros cines, dicen que los finales no son felices. Por eso el interés en que se resuelva con los menores daños colaterales. Imagínense por un momento como estamos ahora, y que aún quedan algunas bombas por estallar. Y en eso fundamentalmente, los vestidos de verde son expertos, en amenazar con explotarlas. Aunque a decir verdad, hay otros, disfrazados de verde que también usan las mismas tácticas amenazantes, y parece que les ha dado resultados, como es el caso de las FARC.

El que el gobierno se haya tenido que “refugiar” en Margarita, no es poca cosa. Como tampoco que el MG C. Osorio, (¿es mayor general o *$#@&?), sea nombrado Inspector General tampoco. Y el silencio de Padrino aturde.

Tener un país, en manos de esta dirigencia, de ambos lados, angustia, asusta. Hay mucha razón para la duda.

En estos momentos, más que análisis y encuestas me gustaría tener la opinión de alguien como Ignacio Avalos, o algún otro sociólogo. Son tiempos turbulentos en un juego de ajedrez, no de personas, sino de grupos. Somos espectadores y piezas.