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Crónicas de cuarentena

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 8 min.

EL PODER DE LA INFORMACIÓN (73)

La pandemia ha alcanzado a más de seis millones de personas en todo el mundo y mantenido en cuarentena a más de la mitad de la población mundial. En algunos países la sociedad lidia no solo con la emergencia sanitaria sino con las presiones y las intimidaciones de las autoridades contra medios de comunicación y periodistas que hacen cuestionamientos al desempeño gubernamental frente a la Covid-19. Es notorio el caso de Turmekistan en donde la censura llegó al punto de prohibir la palabra coronavirus. No han pasado desapercibidas las tormentosas relaciones mediáticas de Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y Alksxander Lukashenco en Bielorusia o la administración de Xi Jinping en China con su férrea vigilancia sobre los medios independientes y el control de las redes sociales.

Desde el ámbito del poder que pareciera que hay más preocupación por la información que se difunde sobre la Covid-19 que en torno a la pandemia misma. En un informe de la ONG Transparencia Venezuela se da cuenta que 22 periodistas han sido detenidos y diversas organizaciones gremiales reportan 92 ataques, amenazas, agresiones y hasta despidos contra comunicadores sociales durante la cuarentena. La criminalización ha alcanzado a médicos, dirigentes gremiales y sindicales e infociudadanos que a través de las redes sociales difunden, comentarios, noticias y opiniones catalogadas por las autoridades como alarmistas o contrarias al espíritu de la “Ley del Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia”.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela indica expresamente que el derecho a la información no puede ser restringido en el marco de los estados de excepción. La norma quedó plasmada en la carta magna a propósito de la traumática experiencia de censura verificada durante los eventos de la revuelta popular y los disturbios y saqueos de 1989 en nuestro país. El ejercicio del periodismo está sometido a presiones de todas índoles que van desde la clásica restricción de pautas publicitarias, pasando por las averiguaciones administrativas y los procedimientos policiales, hasta llegar al amedrentamiento y las persecuciones judiciales.

La víctima más reciente de la censura, en medio de la confrontación política, el caos institucional, el drama social y ahora la pandemia, es el periodista Vladimir Villegas quien denunció la suspensión intempestiva de su programa de opinión en Globovision producto de una presión gubernamental indebida: “Estamos – comentó- ante un gobierno que es hipersensible a la crítica, que es alérgico a los señalamientos que desnudan realidades. Maduro –añadió- tiene una relación equivocada con los medios". “La información es poder” señala la máxima del célebre filosofo Francis Bacon y hay quienes se valen de esa reflexión para dominar su entorno y ejercer control social. Los conflictos entre el poder y la prensa debido a intereses económicos, noticiosos o propagandísticos no son un asunto novedoso para la humanidad, aunque los mecanismos de interrelación hayan mutado a lo largo del tiempo.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

LOTERÍA DE GASOLINA EN CUARENTENA (72)

La dramática situación del abastecimiento del combustible en Venezuela es quizás, y desgraciadamente, el más claro ejemplo de corrupción, ineficacia e ineptitud que país alguno confronte a nivel planetario. Mientras en todo el mundo el precio de la gasolina ha bajado considerablemente debido a la caída del consumo a consecuencia de la cuarentena y los inventarios de productos derivados del petróleo han aumentado por la paralización de la actividad económica, en Venezuela ocurre todo lo contrario.

Hay quienes por convicción o de manera interesada, y otros ingenuamente, atribuyen la actual situación a la caída de los precios del petróleo y a las sanciones económicas pero la verdad es que los problemas comenzaron mucho antes. La intervención partidista de la industria petrolera, a lo largo de los años, provocó su deterioro con la consecuente pérdida de la capacidad operativa. Fueron expropiados los canales y sistemas de distribución. La imposición de márgenes de operatividad deficitarios para la comercialización redujo sensiblemente la cantidad de estaciones de servicio y contribuyó al deterioro progresivo de la inmensa mayoría de las bombas de gasolina. El país sufre las consecuencias de la nefasta idea de convertir a PDVSA en una empresa “roja, rojita”.

La ruina de la industria petrolera endógena es de tal magnitud que el resto del país experimenta lo que gochos y maracuchos viven a diario, desde hace largo tiempo. Para paliar la crisis, durante la cuarentena, 5 tanqueros traen desde Irán un millón quinientos barriles de combustible. Esa cantidad es ligeramente superior a lo que la industria nacional podía producir diariamente a comienzos de siglo. La llegada de los buques dejó en evidencia que la gasolina proviene de un país curiosamente sometido también a sanciones, y que es capaz de producir y exportar su excedente de combustible, y por si fuera poco, que no existe bloqueo alguno que limite las acciones de terceros frente a las denunciadas “medidas coercitivas unilaterales”. Los venezolanos recordaremos el 2020 no solo por la COVID-19 sino por el fin de la gasolina subsidiada.

Es público notorio y comunicacional el calvario que padecen conductores y choferes a diario para reabastecer combustible en las pocas estaciones operativas. La pernocta en las bombas y la aglomeración de usuarios que transgreden el distanciamiento social en torno a las estaciones de servicio se han vuelto cotidiano por estas calles. La escasez ha generado un mercado negro de gasolina y diesel regentado por militares y policías. Por lo pronto el racionamiento continuará porque los cargamentos persas resultan insuficientes para abastecer el mercado interno. Para solventar el asunto, la Gobernación del Estado Portuguesa diseñó un plan, difícil de explicar y complejo de entender, que si no fuera por lo trágico resultaría cómico, mediante una suerte de lotería o bingo. Se trata de un sorteo público, en el que cada mañana, según el terminal de la placa asignan aleatoriamente una estación de servicio habilitada. Es de suponer que, de ahora en adelante, si los choferes y motorizados no consiguen surtir gasolina ya no será culpa del gobierno sino de su mala suerte. ¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CronicasDeCuarentena (72)

NO FUNCIONA LA CLOROQUINA (71)

Gran consternación ha causado en la colectividad, en los pacientes de COVID-19 y en familiares de las víctimas de la terrible enfermedad el anuncio de que la cloroquina, unos de los tratamientos comúnmente usado para combatir la pandemia, no solo no es efectivo, sino que además resulta contraproducente en pacientes hospitalizados que desarrollan arritmia cardíaca, además de la infección respiratoria, durante la evolución de la enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud ha señalado que el medicamento antimalárico no es seguro contra la COVID-19 secundando un estudio difundido por la prestigiosa revista científica británica “The Lancet” en el cual se señala la incidencia comparativa de fallecimientos resultó superior en pacientes hospitalizados que recibieron algún tratamiento compuesto de hidroxicloroquina, e incluso combinaciones con antibióticos, que aquellos que fueron atendidos con otros fármacos. El estudio abarcó la evaluación de cerca de 96 mil casos durante los tres primeros meses del año en seiscientos centros hospitalarios de 35 países.

Hasta ahora la OMS incluía como protocolo de atención la cloroquina, además de otros tratamientos terapéuticos como los antivirales Rendesivir, Lipanovir y Ritonavir e Interferón Beta. El medicamento estaba siendo sometido a ensayos clínicos debido a la emergencia sanitaria global pero el estudio fue suspendido preventivamente. A nivel mundial unas trescientas cincuenta mil personas han muerto víctimas del nuevo coronavirus, unas cincuenta mil se encuentran es estado crítico y afortunadamente más de dos millones quinientos mil se han recuperado.

Al inicio de la cuarentena en Venezuela, el ministro Jorge Rodríguez anunció la disponibilidad de 250 mil dosis de hidroxicloroquina para atender de manera profiláctica a los pacientes de Covid-19. Brasil fue el primer país en suspender el mes pasado el uso de compuestos a base de cloroquinolin cuando sus científicos evidenciaron al inicio de un estudio que los pacientes desarrollaban efectos colaterales tras la administración dosificada del medicamento. Francia acaba de suspender el tratamiento instruyendo a los integrantes de su sistema sanitario a no aplicar el cuestionado principio activo. En Estados Unidos el uso es extendido al punto que Donald Trump señaló que tomaba cloroquina de manera preventiva, descartando que estuviera enfermo. Por ahora no hay estudios concluyentes sobre la efectividad del medicamento en pacientes ambulatorios.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CronicasDeCuarentena (71)

CONFERENCIA SOBRE MIGRANTES (70)

Acaba de concluir la “Conferencia Internacional de Donantes en solidaridad con los refugiados y migrantes venezolanos”. El evento contó con la participación de representantes de un bloque de naciones de América, Europa y Asia y el apoyo de ACNUR y la OIM cuya plataforma de coordinación contabiliza más de cinco millones de venezolanos dispersos por el mundo, de los cuales tan solo la mitad ha logrado regularizar su estatus legal en los países donde se encuentran.

Presidentes, cancilleres y representantes diplomáticos de medio centenar de países tomaron parte en la conferencia en la que además participaron voceros de la Unión Europea, la OEA, El Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, el Consejo Noruego de Refugiados y la Cruz Roja Internacional La sesión pública del encuentro virtual se desarrolló en medio de la emergencia sanitaria global que ha agravado la situación de los migrantes, asilados y refugiados, muchos de los cuales han perdido sus trabajos y han sido desalojados de sus viviendas. La crisis provocada por la pandemia los ha golpeado de manera particular y unos cincuenta mil han logrado regresar al país a través de los pasos fronterizos.

A lo largo del tiempo la administración gubernamental de Venezuela subestimó el problema de la diáspora invisibilizando a millones de ciudadanos, miles de los cuales, recorrieron carreteras latinoamericanas en prolongadas y extenuantes caminatas. Sin embargo, ahora se procura el rédito político de la situación migratoria señalando que el número creciente de connacionales que vuelven a la patria lo hacen huyendo de la precariedad social y de la xenofobia de la que son víctimas olvidando que para regresar antes abandonaron la patria en oleadas impresionante en los últimos años. Se argumenta que la vuelta de migrantes por las fronteras terrestres, y a través de vuelos humanitarios, constituye el único flujo migratorio durante la pandemia a nivel mundial, a la par que se les sindica de elevar la incidencia de casos de Covid-19 en Venezuela.

Las expectativas de la Unión Europea, promotora de la conferencia, fueron superadas con creces tras el anuncio según el cual se comprometieron fondos en el orden de 2.544 millones de euros en asignaciones de ayuda humanitaria, de los cuales 595 millones de euros serán desembolsados en lo inmediato para apoyar planes de asistencia a la diáspora a través de agencias internacionales, oficinas públicas y Organizaciones No Gubernamentales. La promesa ha tenido repercusiones en nuestro país pues Juan Guaidó desde la Asamblea Nacional ratificó su agradecimiento a la comunidad internacional señalando que afortunadamente “los venezolanos no estamos solos en el mundo”. Entre tanto desde el Palacio de Miraflores Nicolás Maduro insiste en acusar a los países de la región de pretender lucrarse de la situación de los migrantes. Venezuela afronta la pandemia en medio de un conflicto político, signado por la crisis institucional y el drama social, mientras la realidad de la situación de los migrantes fuera y dentro del país se torna cada día más compleja. ¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CrónicasDeCuarentena (70)