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Crónicas de cuarentena

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 8 min.

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Y PANDEMIA (66)

El estado de confinamiento y el prolongado período de cuarentena está avivando los problemas de violencia doméstica en las familias. Así como la emergencia sanitaria ha cambiado la rutina de la gente para muchos favoreciendo el contacto entre los integrantes del grupo familiar, para otros ha significado el recrudecimiento de los cuadros de tensión e indefensión al interior del hogar. La pandemia ha dificultado también el funcionamiento de dependencias públicas y organizaciones no gubernamentales, algunas de las cuales han habilitado equipos itinerantes para la atención del número creciente de casos reportados, en torno al drama que representa el abuso intrafamiliar, el maltrato infantil y la violencia de género.

A propósito de la emergencia sanitaria un documento de ONU Mujeres describe la situación con meridiana claridad: “Las propias condiciones establecidas para luchar contra la enfermedad —aislamiento, distanciamiento social, restricciones de la libertad de circulación— son, perversamente, las mismas condiciones que incitan a los maltratadores, quienes ahora cuentan con circunstancias avaladas por el Estado para ejecutar los maltratos” La preocupación del organismo internacional tiene asidero en que “Incluso antes de que existiera la COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las violaciones de los derechos humanos más flagrantes. En los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental”

Preocupantes resultaron las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador en México quien aseguró que “durante la pandemia hubo reencuentro y no violencia intrafamiliar” como si la Covid-19 fuera una enfermedad superada y como si la cuarentena hubiera tenido un efecto placebo sobre la violencia doméstica. El presidente mexicano evaluó satisfactoriamente una variación porcentual entre marzo y abril de este año cuando la estadística comparativa entre el primer cuatrimestre del año curso con respecto al mismo período del año pasado revela un incremento sustancial de casos. La reducción intermensual de las denuncias formales no expresa necesariamente que los casos hayan disminuido, sino que las víctimas disponen de menos lugares a los cuales acudir o tienen limitaciones para acceder a ellos. Los reportes a los canales telefónicos de emergencia revelan precisamente todo lo contrario.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, a raíz de la pandemia, concluyó en un comunicado que “por anteriores crisis de la salud, sabemos que los niños están más expuestos al peligro de ser víctimas de explotación, violencia y abuso cuando cierran las escuelas, se interrumpen los servicios sociales y se restringen los desplazamientos.” El maltrato físico, el abuso sexual y la agresión sicológica, que está teniendo lugar en medio del encierro preventivo que la lucha contra la Covid-19 comporta, está ocasionando más víctimas, en varios países, que las que provoca el nuevo coronavirus. Estimamos que el daño infligido por el golpe acusado puede ser letal y la sociedad en su conjunto debe reaccionar. ¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CrónicasDeCuarentena (66)

EL BROTE ENDÓGENO (65)

Venezuela se aproxima al millar de registro de contagios de COVID-19 tras más de sesenta días de cuarentena. Las cifras locales por ahora, a decir verdad, lucen moderadas si se las compara con la situación que desde el punto de vista epidemiológico confrontan otras naciones de la región como Brasil, Perú, Ecuador y Colombia, y ni qué decir del resto del continente, como Estados Unidos, Canadá y México. Hay distintas razones que podrían explicar el comportamiento de la curva endógena a propósito de la pandemia que mantiene en vilo a la humanidad.

Recientemente la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales alertó que si bien en Venezuela se habían realizado un número considerable de pruebas rápidas para diagnóstico de Covid-19, debido al bajo nivel de confiabilidad de las mismas, no era factible asegurar el control de la pandemia y desarrolló un modelo matemático en base a las pruebas de PCR efectivamente realizadas, para proyectar un escenario posible del comportamiento de la enfermedad estimando que el mes de junio podían llegarse a presentar más de un millar de casos diarios. La respuesta oficial enfiló las baterías contra los académicos, pero lo cierto es que el país ha comenzado a observar un incremento acelerado de casos comparado con los dos primeros meses de cuarentena.

Las explicaciones no se han hecho esperar. Las precarias condiciones vida de la población han obligado a la inmensa mayoría de los venezolanos, que subsiste del día a día, a trasgredir la recomendación de quedarse en casa. La concentración de ciudadanos en los mercados populares, las aglomeraciones de personas tratando de llenar bidones de agua, otras deambulando con bombonas de gas doméstico, o reuniéndose alrededor de unas pocas estaciones de servicio para surtir combustible contrarían las disposiciones del distanciamiento social. En todo el país se han registrado, a lo largo de estos dos meses, múltiples protestas por las interrupciones del servicio de energía eléctrica y se han verificado estruendosos cacerolazos que son manifestaciones del descontento social.

En una temeraria acusación Nicolás Maduro señaló que Iván Duque había ordenado hacer todo cuanto fuera posible para infectar a Venezuela de Coronavirus a través de sus migrantes. El argumento gubernamental atribuye el repunte de casos fundamentalmente al retorno de venezolanos que vuelven por los pasos fronterizos. Es peligroso que la diáspora resulte victimizada. Ciertamente hay focos importantes en la frontera con Colombia y Brasil, pero una atención adecuada y el confinamiento reglamentario deberían bastar para mantener la enfermedad bajo control. Los otros problemas son más difíciles y complejos de resolver.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CrónicasDeCuarentena (65)

PANDEMIA Y ANSIEDAD (64)

La situación inusual sobrevenida con la pandemia genera preocupación en las personas sobre el entorno que las afecta. La Organización Mundial de la Salud ha señalado que unos trescientos millones de personas en el mundo sufren de algún tipo de trastorno mental. La cifra da cuenta que estamos hablando de una enfermedad generalizada y propia de los tiempos modernos. Hay afecciones tales como la depresión, la ansiedad, los ataques de pánico, los trastornos conductuales y las fobias entre otras, que están reflejando un incremento significativo de casos.

Algunos trastornos constituyen causas de discapacidad. En los cuadros de pánico y ansiedad las personas terminan desarrollando síntomas que son consecuencia del estado de angustia a la que están sometidas. Las personas afectadas muchas veces son víctimas de la incomprensión y hasta de la estigmatización producto de un cuadro que comúnmente no es posible reconocer. Ciertas enfermedades requieren medicación por lo que es indispensable en todo caso asistencia profesional y especializada.

La emergencia sanitaria global desatada a consecuencia de la COVID-19 ha motivado la imposición de medidas de cuarentena, confinamiento y aislamiento social, que han impactado en la cotidianidad de la vida de la gente. Adicionalmente las repercusiones y secuelas en la actividad económica han desatado incertidumbre y angustia en la colectividad. La humanidad en su conjunto está sometida a una suerte de estrés generalizado.

Los siquiatras y sicólogos han desarrollado técnicas para abordar los casos con las limitaciones que la propia pandemia impone. La atención de pacientes a través de la tecnología y telecomunicaciones, el apoyo a las personas con técnicas de relajación y meditación, los consejos y orientaciones a través de charlas y tutoriales disponibles en internet y la difusión de material didáctico en portales web están sirviendo de ayuda a muchas personas para afrontar la situación de estrés generada. La Organización Panamericana de la Salud emitió un comunicado sobre alternativas en telemedicina. Hay servicios de emergencia que reportan un incremento exponencial de atención vía teleconsultas. Nunca antes tanta gente, al mismo tiempo había sufrido los efectos de una situación inusitada como la que vivimos. Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CrónicasDeCuarentena (64)

ASAMBLEA VIRTUAL DE LA OMS (63)

Acaba de concluir la 73 Asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud, desarrollada vía teleconferencia, en la cual el desafío planteado a raíz de la emergencia sanitaria global, a consecuencia de la COVID-19 centró la atención de los países participantes. Pero en la sesión de dos días, como era de esperarse, no sólo se habló de tratamientos terapéuticos y ensayos clínicos, el encuentro virtual fue el escenario para que la narrativa política de las naciones participantes se impusiera con datos, cifras y argumentos a la luz de las experiencias particulares y para que afloraran las confrontaciones y desencuentros en medio de la pandemia.

Varios países exhibieron sus políticas, planes y estrategias para poner en evidencia sus logros en materia sanitaria. Otros demandaron ayuda y asesoría para enfrentar la contingencia y mitigar los efectos, no solo en sus pacientes, sino también en sus países. Algunos demandaron reformas y cambios en el funcionamiento del organismo internacional para adecuar su accionar a los tiempos modernos y mejorar su capacidad de respuesta ante la crisis sanitaria. La disputa entre las potencias mundiales no estuvo exenta en el debate y los bloques políticos fueron tomando partido sobre distintos temas y posturas. La COVID-19 infectó a cinco millones de personas y está presente en 188 países y una treintena de dependencias y territorios en todo el mundo.

La polémica sobre Taipéi generó interés en ambas jornadas. Aunque la voz de su administración nuevamente no se dejó escuchar en el foro mundial, sus ejecutorias y acciones estuvieron presentes en la conferencia internacional. La ONU, y por supuesto la OMS, no reconoce a Taiwán como nación. Sus estadísticas sobre la COVID-19 muestran un desempeño positivo como producto de una política de alerta temprana, monitoreo digital de su población estableciendo una barrera electrónica contra el nuevo coronavirus virus, pruebas diagnósticas de alta confiabilidad y atención especializada a los pacientes, pero sus cifras son contabilizadas en los datos correspondientes a China. La disputa política entre el gigante asiático y la pequeña isla copó el escenario del debate.

El anuncio del gobierno norteamericano de suspender sus portes a la OMS, contrastó con la posición de la Unión Europea de ratificar su apoyo al organismo. China anunció su disposición a compartir la vacuna cuando la tenga disponible y, a consentir una investigación sobre el origen del virus, cuando cese la emergencia sanitaria global. La exigencia de analizar el funcionamiento y la operatividad del ente mundial ante la pandemia encontró eco en una resolución que aprueba la realización de una evaluación independiente sobre la materia. Los países miembros acordaron que la vacuna contra la Covid-19 sea de cobertura universal como bien común de la humanidad.

¡Amanecerá y veremos!

@ADIGIAMPAOLO

#CrónicasDeCuarentena (63)