LA CIENCIA EN EL BANQUILLO (59)
A mediados del mes pasado una resolución conjunta de los Ministerios de Ciencia y Tecnología y de Salud estableció lineamientos para la investigación relacionada con la pandemia de la COVID-19 ante lo cual la comunidad científica venezolana reaccionó condenando que las autoridades intenten regular áreas de investigación sin garantizar financiamiento para líneas específicas que fueron establecidas.
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales a través de modelos matemáticos presentó pronósticos sobre el curso de la Covid-19 en Venezuela estimando la probabilidad de más de un millar de casos por día, a partir del mes de junio. El estudio provocó la amenaza gubernamental de investigación bajo el argumento de promover alarma en la población. Los académicos rechazaron la intimidación oficial ratificando el contenido del documento y alertando que sin la realización de pruebas suficientes de PCR, resultaba improbable el comportamiento aplanado de la curva de la pandemia.
En el país a pesar que diversos centros tienen la capacidad para realizar los PCR solo el Instituto Nacional de Higiene y adicionalmente un laboratorio móvil instalado en Táchira están habilitados oficialmente para realizar las pruebas moleculares de hisopado. La medida supone centralizar y limitar la capacidad de diagnóstico confiable sobre la COVID-19. La inmensa mayoría de las pruebas que se practican en Venezuela son los test en sangre, o pruebas rápidas, cuyo nivel de confiabilidad ha sido cuestionado por la Organización Mundial de la Salud.
Desde los tiempos de la inquisición numerosos académicos, investigadores, científicos y pensadores fueron objeto de persecución y algunos terminaron trágicamente en la hoguera, el patíbulo, la cárcel o el destierro según los casos, muchos de ellos por sus convicciones religiosas o políticas. En Venezuela a la lista de comunicadores y médicos que han sido objeto de persecuciones y detenciones arbitrarias, durante la cuarentena, se suma la amenaza de investigación contra los miembros de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.
Una situación, por cierto, muy diferente a la que ocurrió con el “London Imperial College” que tras la divulgación de su modelo matemático los investigadores no sólo no fueron amenazados y perseguidos sino por el contrario fueron escuchados, y su aporte sirvió, aunque tardíamente, para el cambio de estrategia de Inglaterra en torno a la tesis de la inmunidad natural. Quiera Dios que los académicos venezolanos no terminen en el banquillo de los acusados y ojalá también que los pronósticos no resulten acertados. Amanecerá y veremos!
@ADIGIAMPAOLO
#CrónicasDeCuarentena (59)
PLATAFORMA “ACTIV” CONTRA LA COVID-19 (58)
Una interesante noticia sobre el combate contra la pandemia ha sido divulgada recientemente. La Fundación de Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos ha puesto en práctica una plataforma colaborativa denominada “ACTIV” cuya estrategia fundamental es acelerar los resultados de los esfuerzos mundiales en torno a intervenciones terapéuticas y vacunas covid-19. La iniciativa ha incorporado a administraciones gubernamentales, académicos, centros de investigación y empresas farmacéuticas. La propuesta ha desatado polémicas pues Francia rechazó que una de las empresas adheridas a ACTIV compartiera información privilegiada con agencias gubernamentales de norteamericana, entre tanto China condenó una acusación de espionaje científico por parte Estados Unidos señalando que por el contrario es China el país que está a la vanguardia mundial en tratamientos terapéuticos y ensayos clínicos sobre una vacuna contra la pandemia. Resulta evidente que el gigante asiático no se integrará al proyecto.
La complejidad de la emergencia sanitaria global supone retos a los cuales la humanidad no se había enfrentado. El epidemiólogo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Norteamérica es un ferviente promotor de la idea y sostiene que una sola vacuna no será suficiente para terminar con el nuevo coronavirus. La Agencia Europea de Medicamentos se adhirió a la plataforma colaborativa a la que se han incorporado más de una decenas de empresas de la industria farmacéutica mundial, además de prestigiosas universidades e investigadores de varios laboratorios.
A la fecha, según reportes oficiales unas trescientas mil personas han fallecido a consecuencia de la COVID-19. Es pues un asunto de vida o muerte establecer una instancia de coordinación entre diferentes equipos de investigación de los proyectos en ejecución. La OMS ha revelado que hay en curso, a nivel mundial, más de un centenar de trabajos de investigación en torno a vacunas contra el nuevo coronavirus y al menos una decena están en la fase de ensayo clínico. En pleno desarrollo también se encuentran una diversidad de experimentos sobre tratamientos terapéuticos.
La plataforma colaborativa ACTIV intenta abordar la necesidad de conjugar esfuerzos, evitar la dispersión de recursos y economizar tiempo en la batalla contra reloj para combatir la Covid-19. La complejidad de la situación permitirá no solo el intercambio valioso de información entre equipos de investigación que desarrollan líneas de trabajo similares en materia de tratamientos terapéuticos o ensayos clínicos de posibles vacunas. La utilidad de la iniciativa radica también en que eventualmente, a la vuelta de unos meses, se requerirá activar la capacidad instalada de plantas de producción de medicamentos en diversos lugares del mundo para elaboración masiva a gran escala más de siete mil millones de dosis. La idea también podría allanar el espinoso camino sobre polémicos temas como los derechos de autor, las licencias y las patentes entre los científicos, las empresas y los institutos gubernamentales que se incorporen a la plataforma.
¡Amanecerá y veremos!
@ADIGIAMPAOLO
#CrónicasDeCuarentena (58)
LA EXTENSIÓN DE LA CUARENTENA (57)
En el Palacio de Miraflores se ordenó la prórroga del Decreto de Estado de Alarma que extiende, por treinta más la habilitación de medidas y acciones en el marco de la Covid-19. Lo que ya era un secreto a voces terminó por confirmarse. En la práctica la cuarentena continúa y las restricciones a las actividades denominadas no esenciales siguen vigentes. La ciudadanía de manera inerme está a merced de las decisiones y ejecutorias de las autoridades.
En ningún otro lugar la pandemia se conjuga con la peligrosa combinación de una confrontación institucional, el conflicto político y la crisis social. Mientras el foco sigue puesto en la Covid-19 los grandes problemas nacionales siguen sin resolverse. La compleja criminalidad, y la atención de las enfermedades crónicas y el resurgimiento de las endémicas, que por ahora causan más muertes que la pandemia, siguen incólumes. La prolongada cuarentena constriñe al confinamiento a la inmensa mayoría de la gente, sin estar contagiada, lo cual la somete a la angustia de la sobrevivencia. Es indiscutible que el remedio puede terminar siendo peor que la enfermedad. Se hace indispensable que la colectividad aprenda a vivir con el nuevo coronavirus. El país debe entrar en la etapa de la normalidad relativa, vigilada o controlada.
La pandemia muestra un comportamiento moderado en nuestro país ya que el número de casos oficialmente reportados en Venezuela no alcanza al medio millar, la relación de pacientes recuperados es de 2 a 1 y el saldo de personas fallecidas es de una decena. La narrativa gubernamental, en torno a la enfermedad, se nutre de la comparación de las estadísticas con otras latitudes en las cuales la situación es particularmente dramática y conmovedora.
Es oportuno acudir también a la comparación con otras latitudes para evaluar la dimensión real de la situación. Hay países en donde las ayudas sociales, durante la pandemia, constituyen cientos de dólares o de euros para las familias. La comunicación telefónica o el internet no se interrumpe de manera intermitente. La mayoría de los ciudadanos no tienen que lidiar con la escasez de agua, los cortes de luz o la falta de gas. En ningún otro país la restricción en la distribución y el suministro de combustible es un condicionante para la movilidad. Resulta evidente que la extensión de la cuarentena responde a motivaciones distintas a la pandemia misma. Una explicación posiblemente sea que en el Palacio de Miraflores sepan algo que el común de la gente desconoce.
¡Amanecerá y veremos!
@ADIGIAMPAOLO
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PRECIOS DE LOS ALIMENTOS EN LA PANDEMIA (56)
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura reportó en su informe estadístico de abril sobre un descenso en el índice de precios internacionales de un conjunto de rubros alimenticios, hasta niveles correspondientes a enero del año 2019, como consecuencia de la pandemia. La FAO explica que la medición recoge el impacto reciente de la COVID-19 en la formación de los precios finales de diversos productos. La variación general supone una reducción ponderada de 3,4% con respecto al mes de marzo.
En el grupo de los cereales indica la FAO el precio del arroz registró un leve incremento por las restricciones en la comercialización particularmente desde Vietnam y otro tanto ocurrió con el trigo por el agotamiento de los cupos de exportación de Rusia, pero el maíz por ejemplo registró un descenso significativo atribuido a la menor demanda de piensos y combustibles a base de etanol. Los aceites vegetales de palma, soya y canola vieron decrecer su valor aunque no así en el de girasol. El precio de los productos lácteos tales como mantequilla, leche entera y descremada también registraron caídas por la reducción de la actividad industrial y de la restauración, si bien el queso acusó un leve repunte por una disminución estacional en la producción en Nueva Zelanda. El informe refiere que el precio de la carne también registró una caída motivado a la disminución de los procesos productivos. Finalmente también el valor de la azúcar decayó debido a que el descenso en el precio de los combustibles provocó un aumento de la oferta de caña de azúcar originalmente destinada a la producción de etanol.
En nuestro país la situación es diametralmente opuesta. Los precios de los bienes y servicios han sufrido una variación vertiginosa. En marzo, cuando se impuso la cuarentena, los artículos de la canasta alimentaria para un grupo familiar promedio, según datos del Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores, sumaba casi veinte millones de bolívares y entonces se requerían, cuarenta salarios mínimos para cubrirla. El Banco Central reportó que en marzo el índice de precios al consumidor, registró una variación de 13,3%, aunque la gente ve crecer y duplicar el valor de los bienes y servicios. La Comisión de Economía de la Asamblea Nacional hizo público su reporte estadístico correspondiente al mes de abril en el que la inflación ascendió 80%, en plena cuarentena.
Las distorsiones económicas, el descenso en los niveles de productividad, el desenfrenado gasto público, la devaluación, y los costos asociados al encarecimiento del transporte mercancías por la escasez de gasolina, tienen su impacto en la formación de precios. El gobierno anunció una política de regulación sobre 27 productos de la cesta alimentaria indexada a la variación de la tasa oficial de cambio que fija el Banco Central. Una evaluación del comportamiento del valor de los artículos, en particular de alimentos perecederos, como huevos, carne, pollo y queso confirma que el plan ha resultado insostenible de cumplir.
¡Amanecerá y veremos!
@ADIGIAMPAOLO
#CronicasDeCuarentena (56)