LAS DUDAS RAZONABLE SOBRE CHINA (31)
Un cúmulo de dudas razonables se ha levantado contra China en torno al caso de la pandemia. La primera de ellas está relacionada con el abordaje inicial del nuevo coronavirus detectado originalmente en la ciudad de Wuhan cuando el gobierno chino censuró a médicos y periodistas independientes que dieron la alerta sobre las muertes sospechosas. La dirigencia del gigante asiático ofreció finalmente un homenaje póstumo al doctor Li Wenliang considerado un mártir de la COVID-19.
Otra de las inquietudes surgió a raíz que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China Zhao Lijian sugirió que soldados norteamericanos que participaron en los juegos militares en la ciudad de Wuhan celebrados a finales octubre del año pasado podrían haber introducido el virus en su nación. Sin quererlo esa preocupante declaración, propia de la guerra de micrófonos, le abrió la puerta a la intriga sobre la posibilidad que el nuevo coronavirus podía haber sido creado “in vitro” y al mismo tiempo echaba por tierra la tesis oficial en torno a que había aparecido en el mercado de animales silvestres de Wuhan. Un elementó adicional es la determinación del enigmático paciente “0” que se remonta a noviembre cuando surgieron los primeros casos de una “extraña neumonía”.
Algunos piensan que la búsqueda de un chivo expiatorio provocó la acusación de Donald Trump contra la Organización Mundial de la Salud responsabilizándola de encubrir la conducta de China ante lo que finalmente terminó cambiando de enfermedad a epidemia y, finalmente se transformó en pandemia. La estocada la dio Taiwán, que mantiene una disputa histórica con China, al revelar el contenido de un e-mail enviado a la OMS alertando a finales de diciembre pasado sobre una atípica neumonía, caracterizada por la transmisión entre humanos, en el país asiático.
Las críticas también se han dejado oir de parte Enmanuel Macron en Francia y Boris Johnson desde Inglaterra alegando que no “hay que ser ingenuos sobre el surgimiento de la pandemia” y que “China tiene mucho que explicar sobre COVID-19”. La respuesta del Partido Comunista Chino no se hizo esperar y provino la comisión de académicos y científicos de la organización roja que denunció la existencia de “numerosas voces críticas que politizan la pandemia de coronavirus”
Por si fuera poco la OMS en su reporte diario, signado con el número 88, del pasado 17 de abril acogió una modificación de las cifras oficiales de China que implica un incremento del total de registros de casos y una variación sustancial de las personas fallecidas. La modificación incluye una observación que explica que las autoridades chinas reportaron que tras una revisión exhaustiva de los datos de COVID-19 con casos duplicados y perdidos se ajustó la data de Wuhan con 325 registros adicionales y el aumento de 1290 fallecidos. Como bien se dice en criollo “no aclaren que oscurece”.
¡Amanecerá y veremos!
LA DIÁSPORA DE LA PANDEMIA (30)
La Plataforma de Coordinación para Migrantes y Refugiados Interagencial en un esfuerzo conjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones da cuenta de la existencia cinco millones de venezolanos que conforman la diáspora por el mundo. La cifra constituye una porción de la colectividad venezolana, para nada despreciable, que en distintas oleadas traspasó las fronteras del país natal por aire, agua y tierra a lo largo de los últimos años, motivada por las penurias económicas, carencias sociales y a la conflictividad política.
Aproximadamente, la mitad de los connacionales, según el reporte de las agencias de la ONU, de principios de abril, unos dos millones y medio de venezolanos cuentan con estatus de estadía regular y sus respectivos trámites de residencia. Hay poco menos de cien mil que tienen una condición de asilo reconocido y casi novecientos mil tienen trámites en curso como refugiados en diversos países. Otro millón y medio de compatriotas se encuentran en situación de ilegalidad mayoritariamente en varios países latinoamericanos.
El tema es particularmente sensible para la administración de Nicolás Maduro que ha desestimado la magnitud del problema, aunque hace dos años implementó el programa “Vuelta a la Patria” que facilitó el retorno, hasta febrero pasado, de unos diecisiete mil quinientos ciudadanos que denunciaron haber sido víctimas de la xenofobia y el rechazo generalizado. De nuevo según cifras oficiales, ahora en el marco de la pandemia otros seis mil ciudadanos han regresado al país y son recibidos en los pasos fronterizos para la evaluación médica y, en medio de dificultades logísticas, sometidos a cuarentena.
En medio de las complicaciones hay distintas razones que explican el retorno a la patria, entre las cuales destacan: la disminución de oportunidades de empleo, el cierre de actividades económicas, la imposibilidad de seguir subsistiendo en el extranjero, la prolongada suspensión de actividades escolares y la necesidad de volver al terruño para reencontrarse con los suyos. El número de los que retornan al país crecerá en la medida en que lo permitan las restricciones y limitaciones de movilidad entre las naciones. El balance del flujo migratorio todavía está por verse.
¡Amanecerá y veremos!
LOS PRESOS EN LA PANDEMIA (29)
El altísimo riesgo de contagio del nuevo coronavirus ha provocado que la inmensa mayoría de la gente esté recluida en sus viviendas, en el marco de la cuarentena, algunos por precaución, varios por convicción y otros por imposición.
La vertiginosa propagación de la COVID-19 contrasta con el ritmo enlentecido del reloj a medida que avanza el segundero. El confinamiento residencial supone restricciones al libre albedrío. Tras los barrotes de una celda el tiempo transcurre igualmente con una lentitud espasmosa. Así como no todos los que se encuentran en sus casas están contagiados tampoco todas las personas que están en las cárceles y centros de detención son peligrosos delincuentes.
Hay naciones en las que ha sido suspendida la visita de familiares y abogados en las cárceles y las actividades de los sistemas de administración de justicia están paralizadas. En diferentes centros penitenciarios se han registrado, motines, revueltas y protestas. Diversos países han adoptado, en casos particulares, medidas humanitarias que incluyen variantes de indultos, libertad condicional y arresto domiciliario con el objeto de reducir la población carcelaria en virtud del riesgo que representa la pandemia.
No son políticas de liberaciones masivas y generalmente aplican para los casos de delitos menores y para los reos que han cumplido más dos terceras partes de las penas impuestas. Recientemente en nuestro país fue acordada la liberación de cerca de trescientos reos de las cárceles de Yare y El Rodeo.
El Papa Francisco oró recientemente por los presos que padecen del hacinamiento en las cárceles lo cual constituye un peligro que podría derivar en una grave calamidad por los contagios. Para la mayoría de los presos y también para sus custodios las recomendaciones de la OMS en materia de prevención, protección e higiene personal resultan imposibles de cumplir a cabalidad.
En Venezuela defensores de derechos humanos y dirigentes políticos han abogado por la libertad de personas cuya detención ha sido arbitraria y su presidio injusto, por lo que la coyuntura de la pandemia podría constituir una razón más para su liberación. Hay incluso detenidos con boletas de excarcelación cuyas órdenes de liberación no han sido ejecutadas.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU señaló angustiada que “ahora más que nunca los gobiernos deberían poner el libertad a todos los reclusos detenidos sin motivos jurídicos suficientes, entre otros los presos políticos y otros internos que fueron encarcelados simplemente por expresar ideas críticas y disentir”.
¡Amanecerá y veremos!
LA MARCA DE LA VACUNA (28)
La Organización Mundial de la Salud anunció recientemente, como una buena nueva en el combate contra el nuevo coronavirus, que hay en marcha unos sesenta estudios de vacunas que llevan a cabo diversos equipos científicos, centros académicos universitarios, corporaciones farmacéuticas y laboratorios de biotecnología en diferentes países del mundo. En torno a la vacuna, en particular por parte de las grandes potencias, ha surgido una suerte de guerra antiviral.
Ante la multiplicidad de iniciativas la noticia en si misma genera una gran preocupación pues el gigantesco esfuerzo podría derivar en una inmensa dispersión de recursos y una evidente falta de coordinación a lo largo de la carrera contrarreloj para contener la pandemia. En virtud de la emergencia sanitaria, en por lo menos dos de los proyectos de investigación, uno en Estados Unidos y otro en China, adoptaron la estrategia de iniciar los ensayos clínicos en personas voluntarias, adelantándose a las pruebas biológicas en animales, con la esperanza de obtener evaluaciones concluyentes, cuando menos, antes de finales de año.
En marzo se conoció un estudio preliminar, de científicos del Instituto de Tecnología de Nueva York, que vincula la aplicación de programas universales de administración de la vacuna BCG con los bajos índices de morbilidad y mortalidad de la pandemia, en contraposición con tasas más elevadas de la expansión del nuevo coronavirus en las naciones en las cuales no se aplica la vacunación masiva contra bacilo de la tuberculosis. Unos 155 países en todo el mundo practican políticas de vacunación universal de la BCG, y el resto, por no ser zonas endémicas y hasta por motivos económicos, disponen de planes parciales o los han suspendido, entre varios de los que casualmente tienen altos registros de contagiados y fallecidos.
La información resultó alentadora en nuestras latitudes, sobre todo para quienes llevamos en la espalda o en el brazo la típica marca en la piel provocada por la centenaria vacuna de la BCG. El entusiasmo duró poco pues la OMS señaló la inexistencia de estudios conclusivos que permitieran afirmar que la administración de la vacuna de la tuberculosis pudiera contener el avance de la Covid-19, pues hay otras variables asociadas a las políticas sanitarias, la vigilancia epidemiológica, la adopción de medidas preventivas y la capacidad resolutiva de los sistemas de salud que influyen en el curso de pandemia. Amanecerá y veremos!
@ADIGIAMPAOLO
#CronicasDeCuarentena (28)