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El imperialismo nos tiene envidia porque sabe que estamos más cerca de convertirnos en una potencia

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Así lo afirmó el diputado Héctor Rodríguez (PSUV), en Ecuador, en la reunión de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), dijo que respaldaba la creación de la Red Parlamentaria por la Soberanía y la Unión Latinoamericana y Caribeña, la cual considera como necesaria ante el ataque constante de la “derecha mundial”.

Añadió que “Tenemos en nuestra región las condiciones en recursos naturales y el talento humano para convertirnos en una gran potencia mundial, EL IMPERIALISMO SABE QUE ESTAMOS MÁS CERCA DE ENCONTRAR TRIUNFOS EN ESTE SENDERO DEL DESARROLLO COMÚN, Y POR ESO NOS GOLPEA CADA VEZ MÁS FUERTE”.

Uno no puede estar seguro de si lo que se dice, de manera generalizada e indicando poderosos enemigos externos que impiden nuestro desarrollo social y económico, como ”la derecha mundial” o el imperialismo, forma parte de la parafernalia oratoria de un connotado líder del gobierno, de la intención deliberada de engañarnos con declaraciones teñidas por la falsedad y sustentadas por afirmaciones dudosas, o quizá, simplemente, de comentarios difíciles de creer y sazonado con algunas estupideces.

Un signo de poco o limitado desarrollo de la personalidad, que en los niños pequeños es común, consiste en culpar a otros de nuestros males, o de nuestra incapacidad para obtener ciertas metas o lograr determinados objetivos. En este caso, se trata de responsabilizar a un poderoso enemigo externo de ser el responsable absoluto de nuestras debilidades como países, pero que suelen estar muy ligadas a la incapacidad de nuestros gobiernos. A manera de ejemplo, que rebate la tesis señalada por el diputado Héctor Rodríguez, el gobierno de Venezuela desperdició la magnífica oportunidad que se presentó con los altísimos precios del barril de petróleo, que permanecieron así durante varios años consecutivos, incluso llegaron a estar bastante por encima de los 100 dólares el barril.

Sin embargo, esto no significó, ni de cerca, que Venezuela avanzara como correspondía a las circunstancias que le tocó vivir. No “sembramos” el petróleo haciendo inversiones productivas, como se ha insistido desde las primeras décadas del pasado siglo XX. Por el contrario, regalamos o vendimos a precios más que preferenciales a naciones vecinas, con gobiernos afines en mayor o menor medida al de Venezuela, para lograr ventajas de tipo político en el ámbito internacional; construimos viviendas y en algún caso se entregaron equipadas; donamos a varios países grandes equipos de producción de energía eléctrica, e incluso, además, “invertimos” grandes sumas de dinero para favorecer a candidatos amigos, en elecciones de otros países, por mencionar algunos ejemplos. La inmensa cantidad de dinero recibida se mal administró y malbarató, Se hicieron una gran cantidad de proyectos y misiones que terminaron siendo un sumidero de dinero, con enormes pérdidas para la nación. Se prometió lo que se podía cumplir y lo que no, y al bajar los precios del petróleo lo que nos quedó fue desolación, desesperación y miseria para nuestro pueblo.

Mención aparte merece el problema de la rampante corrupción administrativa, incluso denunciada, por algunos altos personajes del gobierno a los cuales no se les hizo ningún caso. El cálculo de lo robado a la nación asciende a miles de millones de dólares, en el presente imposible de estimar con algún grado de exactitud. En esta expoliación al país han intervenido, altos líderes del partido de gobierno y también cómplices que se han hecho millonarios en poco tiempo, sin dejar de nombrar que no pocos militares se afirma que también están involucrados. Lo peor es que todavía sigue el saqueo de las arcas públicas. La nueva Asamblea Nacional no sabe con cuanto dinero cuenta el país ni cuanto se han robado, para colmo, los ministros de la economía se negaron a ir a la A. N. para dar la información necesaria.

Tampoco hay que dejar de señalar las grandes pérdidas ocasionadas a la capacidad productiva del país, por la aplicación de medidas económicas equivocadas, entre las cuales resaltan, por ejemplo, innumerables expropiaciones de industrias que luego se administraron con un alto grado de ineficiencia y en su inmensa mayoría pasaron a ser improductivas. En el área agrícola, después de, según cifras del gobierno, 5 millones de hectáreas de tierras “recuperadas”, no se ha visto un crecimiento en la producción que refleje en alguna medida está situación; las fincas expropiadas, algunas en plena actividad productiva, han caído, en su mayoría, en la improductividad o el abandono.

Después de todas estas consideraciones que hemos señalado, que no agotan el tema en cuestión, viene el señor diputado y varias veces ministro de diferentes áreas, Héctor Rodríguez, a decirnos que “tenemos condiciones en recursos naturales y el talento humano para convertirnos en una gran potencia mundial”, pero que esto no ha podido ser por la acción constante en nuestra contra de la “derecha mundial” y el imperialismo. Así, dicho esto de manera general e indeterminada, nos parece que denota, no estar en capacitado para manejar apropiadamente el tema en cuestión, o que miente a propósito y con conciencia para ocultar las terribles consecuencias que el mal gobierno que hemos tenido, por ya largos 17 años, nos ha traído y que se evidencia en la altísima tasa de inflación, que de hecho devalúa el poder adquisitivo del venezolano, la enorme escasez de alimentos básicos y de medicinas, también de repuestos en general, la descomposición social por la pérdida de valores, en buena parte provocada por el comportamiento y políticas del gobierno, por ejemplo, en el área educativa.

No señor diputado, no se trata de que el imperialismo nos golpea cada vez más fuerte porque sabe que “estamos más cerca de encontrar triunfos en este sendero del desarrollo común”; se trata, en mayor magnitud, de que hemos tenido, al menos en el caso de Venezuela, un gobierno inepto, ineficaz, totalitario, promotor del fanatismo y el odio como instrumentos de manipulación política, irrespetuoso con la Constitución, las leyes y los derechos ciudadanos , que maneja y manipula a los poderes republicanos, que se suponen independientes. En definitiva, un gobierno que ha sido una lacra para la nación, y que pasará a la historia como uno de los peores que hemos padecido, si no el peor.

Profesión: Ciudadano

28 de enero 2016