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La ética sobre la no injerencia

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 8 min.

La doctrina de la no injerencia, es decir, la no intervención de un estado o estados, en los asuntos internos de otro (s) estado(s) es de reciente data. Entre otras razones los estrictamente históricos temporales. Los estados modernos o naciones tal como se conceptualizan hoy son conquistas de la independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, de la Revolución Industrial. Antes de la constitución del estado moderno la manera de organizarse los pueblos, se articulaba de diversas formas. Imperios, reinados, ducados… La doctrina de la no injerencia, pues, es un aporte de relativa contemporaneidad vinculada a los desarrollos de la burguesía, tanto en el universo político como en el económico. Sea oportuno recordar que es un aporte muy especial de la Constitución de los Estado Unidos y de algunos teóricos de América Latina, de Uruguay y Argentina a la cabeza. La precisión queda en sus manos, Internet puede darle amplia información. En Europa, me atrevo a asegurar que fue Lenin el creador de este principio para preservar la revolución rusa y su desarrollo, propuesta que era explicable para imponer su modelo cultural político que tuvo un doble mérito, borrar la tiranía zarista, por una parte, y abrir la posibilidad de un nuevo modelo, el socialismo, en un solo país contraviniendo la tesis de Marx de la revolución mundial, por la otra.

Y, fue así, porque como sabemos, Marx que reconocía que la burguesía era la clase social más avanzada del mundo, de la mayores aportes científicos, económicos, políticos y en la cual veía la posibilidad de existir en el mundo por encima de fronteras, identidades nacionales, lo cual facilitaría que su clase opuesta, antagónica, fatalmente contraria, hacer la revolución proletaria mundial y, en consecuencia: “Proletarios de todos los países uníos” es mandato del Manifiesto y constituye esta concepción el más claro principio de que, por encima de las nacionalidades, culturas, pueblos, estaba la posibilidad de realizar la revolución mundial.

Lenin “recortó” la propuesta de Marx. Tampoco es necesario ampliar detalles, pero eso es suficiente para avizorar el tema de la razón política y en este caso también moral, puesto que las razones de clase, el proletariado mundial, estaban por encima de las consideraciones históricas, de cultura, de lengua etc. Esto es demasiado importante porque de una u otra manera va a justificar “moralmente y por solidaridad” la injerencia en los asuntos internos de todo el mundo, para hacer la revolución. Se recordará que el catecismo de la solidaridad revolucionaria le permitió a la URSS entrometerse en cualquier parte, sea nación, pueblo, tribu, con su doctrina y en los partidos comunistas que obedecían las líneas, mandatos del Kremlin. Convertido el comunismo en una religión atea, el Kremlin devino en un vaticano, con obispos, cardenales y papa. El caso cubano es aleccionador, esa diminuta isla tuvo participación decisiva en Angola, nos visitó en Machurucuto, y el Che murió en Bolivia, como mártir de la revolución socialista. Y su ópera magna está mucho más que en la injerencia en los asuntos internos de la Venezuela de hoy sino en la orientación y control en la toma de decisiones de este gobierno. La bazofia charlatana de los dirigentes del PSUV, de las FANB, del presidente Maduro o de ese execrado de dios, de dios-dado etc. no hay un solo momento en que no confiesen su gratitud a quienes de facto controlan la salud, deporte, la seguridad, con sus médicos, deportistas, entrenadores, servicios de inteligencia, y, el constante reconocimiento a los” valores” de la revolución cubana, que le sirve de modelo. Somos una sola nación ha dicho algún ser de esos y hay generales que para probar sus hazañas y proezas bélicas y su abyección a Cuba posan con la bandera cubana y venezolana testimoniando, de ese modo, la grandeza de Fidel, el gran maestro de Chávez y Raúl, el hada madrina y niñero de Maduro.

Acerquémonos a otros detalles de importancia. Además de la injerencia revoluciona justificada por su ideología libertaria socialistas, añádase las injerencias de las tendencias políticas musulmanas “abiertas” pero también las fundamentalistas que incluyen al propio terrorismo. Hay otras de mejor talante y mejores justificaciones, sean la internacional socialista, las democracias cristianas vaticanas, en nombre de la libertad, la democracia, etc. que no solo tienen permanentes injerencias en la orientación y comunión con sus jefes políticos, religiosos, en cada nación, país…etc. sino que muchas veces esa injerencia domestica a líderes locales, pero en estas eras son siempre menos turbias. Pues bien, a partir de la segunda guerra mundial, que trajo como algo diríase bueno, que el dominio territorial, económico, político de los imperios coloniales dejó lugar a la llamada descolonización, que le dio a la no injerencia justificación y más fortaleza. La ONU asumió el principio de la no injerencia como “regulador” de las relaciones entre los estados y que hizo del modelo uno entre iguales.

Pero, siempre hay un, pero. Al lado de estas conquistas jurídicas que son el fundamento de la autonomía y sin que, al menos aparentemente, no fuese directamente un regulador de las autonomías nacionales, se aprobaron normas de un elevado contenido ético, a saber, los derechos humanos, del niño, de la mujer, a las que se dio condición de supranacionales, por tanto, por encima de las particularidades nacionales, culturales, etc., e, incluso condiciones de los regímenes nacionales. Obsérvese que hasta se aprobaron normas para el trato a los prisioneros de guerra y a la propia guerra para evitar varios tipos de armamentos, prohibiciones como el uso armas químicas biosidas. Y en esa línea de universalización de la justicia sea buena la historia cercana los juicios de Núremberg para juzgar a los criminales nazis. Y, en fin, podíamos seguir, no como ilustración histórica sino como ejemplos de las decisiones universales por encima de los límites nacionales. El caso Pinochet es una maravillosa lección, juzgado en España para honra y gloria del Juez Garzón. Un triunfo de la ética sobre la autonomía nacional, un triunfo de la ética como injerencia legítima para sancionar los crímenes de lesa humanidad. Los crímenes que violan los derechos humanos no prescriben y son universales. Pudiéramos haber tocado los juicios “supranacionales” y decisiones supranacionales al narcotráfico y al terrorismo. Sin duda aleccionador en primerísima línea la muerte (que no asesinato) Bin Laden ajusticiado en su bunker y el Chapo Guzmán hoy en proceso de juicio en Los Estados Unidos.

Una injerencia de ética, absolutamente ética, fue la invasión de Vietnam a Camboya para acabar con el extermino del régimen del Pol Pot, uno de los mayores y abominables genocidios de los que se tenga conocimiento, tanto por la crueldad y el volumen de asesinados cuanto por el breve tiempo en que se cometieron.

Llegados aquí, acerquémonos al caso de la Venezuela de hoy. Desvivimos bajo una dictadura hace ya años, pero multiplicada en maldad bajo Maduro. La hambruna que ya es general se multiplica y alcanza a toda la sociedad. Responsable de la desnutrición. De los abortos. Hemorragias, de daños severos físicos y psíquicos. La absoluta perdida de la libertad y el predominio del terrorismo de estado para generar el estado de terror. Necrofilia, alrededor de 28000 asesinaos/año. Y el asesinato a quienes legal y legítimamente adversan al régimen. Ya más de cien jóvenes, adolescentes, e incluso niños, asesinados en las calles. Allanamiento sin sustento judicial. Presos políticos, torturas, que incluyen las cadenas de la tv y radio, expresiones de ilegalidad, odio, violencia. Y nadie tiene derecho réplica. Secuestro de los medios de comunicación para exclusivo abuso de la desinformación articulada por el régimen. Insolencia verbal con calumnias, difamación, injuria contra los opositores. Concentración de todo poder en manos del presidente y una camarilla de militares y un insignificante grupo de civiles a su servicio. Destrucción del aparato productivo con fines estrictamente de control social y como forma de dominación, pues sustituyó el trabajo por limosna y es el régimen el dueño de la dádiva. Responsable del exilio de miles y miles de venezolanos, que, con cálculos conservadores, está alrededor de 2 millones. Fuga de científicos y de personal altamente calificado en el universo tecnológico. Todo ello porque en el país no hay posibilidades de desarrollo científico ni económico. De la famosa lista Tascón, mediante la cual todo quien no fuese chavista quedaba condenado al ostracismo, y se incluía a su familia, hasta legar a estos días donde de macabra y descachada manera el presidente ha decidido imponer a sangre y fuego su constituyente contra la inmensa mayoría del país, todas sus instituciones académicas, Iglesias, empresarios, estudiarnos, trabajadores. Etc.

A estos graves crímenes de lesa humanidad, se dan también en los escocidos sistemáticos, que ponen en daño perpetuo a las fuentes de agua. La entrega a empresas sin solvencia para la explotación minera sin mínima atención a los daños humanos y del medio ambiente. La destrucción sistemática de PDVSA y la entrega del Esequibo al “imperialismo” de la Republica Cooperativa de Guyana, léase Inglaterra

Intromisión grotesca en la vida de otros países. Coparticipación en el asunto del narcotráfico, injerencias mediante el chantaje perolero a buena parte de los países del Caribe, a Nicaragua, financiamientos como el asignado a Ecuador… para comprar su abyección en la OEA y ONU. Beligerancia, tolerancia y protección a la guerrilla colombiana y a las huestes del narcotráfico, como chantaje permanente al gobierno de Santos, a quien exigió que se pusiese de rodillas, rindiese pleitesía, gratitud por los acuerdos con las FARC y quizá, por el horario diurno, no impuso la penefilia. Denuncias de todo tipo contra el imperialismo y sumisión y abyección a las decisiones políticas, militares y económicas del régimen cubano que, además, se ha tomado cargo y funciones de mando en las tales FANB mejor identificadas como FACV, es decir, fuerzas amadas cubano venezolanas. En notarias, hospitales, etc., tienen el mando. ¡Es decir, en todo!

En este contexto, circunstancias y hechos estamos obligados a superar la conseja de que los problemas de los venezolanos los resolvemos los venezolanos solitos. Esto es la piedra angular. Nosotros, los venezolanos estamos sometidos a la injerencia cubana, léase al dominio, a los disparates de los amamantados del foro de Brasil, a los aplausos y apoyo de regímenes terroristas…

Y entonces, Ali Primera dijo panfletario: ¡Yankee go Home! ¡Yo digo, Deus, amicii…you are welcome!!!! Extra, ayúdeme a estudiar la globalización y veremos que la no injerencia está muerta.