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La agricultura debe ser competitiva

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Tiempo de lectura: 3 min.

Según Conindustria las exportaciones petroleras estarán comprometidas por muchos años en el pago de la deuda. Debido a ello los industriales deben abocarse a desarrollar las exportaciones necesarias que suministren las divisas para realizar las importaciones esenciales. En este contexto la agroindustria y la agricultura son sectores donde existen potencialidades competitivas que deben ser estimuladas con las políticas públicas adecuadas. Es probable que los niveles de pobreza se mantengan elevados por muchos años. Ante este escenario, la propuesta señalada es pertinente pues apunta a que el rol fundamental del sector agroalimentario será el de generador de divisas, las cuales se orientarían a financiar las importaciones alimentarias necesarias para satisfacer las necesidades de los sectores de más bajos ingresos.

En una entrevista en una televisora privada el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Juan Pablo Olaiquiaga, hizo una síntesis de la propuesta elaborada por su organización para salir de la crisis económica. A su juicio no podemos contar con las exportaciones petroleras, pues éstas es probable que declinen hasta los 600.000 barriles diarios, los cuales estarían comprometidos en el pago de la deuda a los bonistas, a China y Rusia. En consecuencia tenemos que pensar en que exportar. El sector petrolero debe ir a una apertura a la inversión multinacional. Sin embargo la recuperación de la industria petrolera será lenta Asumiendo un incremento de 100.000 barriles por año, llegar a 3 millones de b/d tomará muchos años.

Hay que exportar rubros diferentes al petróleo. Es prioritario definir que podemos exportar, para generar las divisas necesarias para costear las importaciones esenciales. Se hace necesario instrumentar políticas para permitir incrementos de productividad que posibiliten volver a lo que teníamos antes de 1998, cuando exportábamos chasis, acero, DVDs. En este sentido hay varias cadenas que son prioritarias entre las cuales mencionó la cadena agroindustrial, en la cual poseemos capacidades competitivas, como en el caso de café y cacao, donde podemos exportar productos que son apreciados en el mundo.

Los planteamientos de Conindustria coinciden con los del Plan País, que plantea la necesidad de una economía competitiva y el establecimiento de un tipo de cambio competitivo para lograrlo. Ello plantea un cambio de orientación en la política cambiaria que tradicionalmente se ha sesgado hacia la sobrevaluación de la moneda, lo cual ha estimulado el crecimiento de las importaciones y lesionado la capacidad competitiva de nuestras exportaciones.

Un escenario probable en el futuro inmediato del país es que evolucionemos hacia una situación en la que se recupere la economía, se logre controlar la inflación, pero se mantenga un elevado nivel de pobreza. Ejemplos a este respecto sobran. Nigeria, un país africano petrolero y miembro de la OPEP ha logrado evolucionar exitosamente, desde ser un Estado petrolero fallido, hasta convertirse en la mayor economía de África desplazando a Sudáfrica. A pesar de ello los niveles de pobreza del país africano se ubican por encima del 50% de la población. México, a pesar de ser un miembro de la OCDE, donde se codea con los países más ricos del mundo, y ubicarse como el octavo exportador mundial de vehículos, mantiene una elevada tasa de pobreza que ronda el 47%.

Dado el escenario señalado se hace necesario alimentar a la elevada proporción de la población que se mantendrá en situación vulnerable. Para ello no se puede contar con los agricultores. Históricamente el acceso de la población venezolana a los alimentos básicos se ha relacionado estrechamente con las importaciones, no con la producción nacional. Ello ha sido así, porque los gremios agropecuarios apelan constantemente a presionar por aumentos de precios, como el único estimulo para incrementar la producción.

En el contexto señalado la alternativa es importar los alimentos necesarios para satisfacer la demanda de los más vulnerables. En este contexto la propuesta de Conindustria es enormemente pertinente, la agroindustria y los agricultores deben orientar sus esfuerzos hacia el logro de cadenas competitivas, generadoras de divisas, que puedan ser usadas para importar los alimentos esenciales para los más vulnerables. Sin embargo, en este escenario es posible la existencia de nichos, en los cuales puede justificarse el diseño de políticas públicas para estimular el desarrollo de una agricultura orientada a satisfacer el consumo interno de productos altamente sensibles. Es el caso del maíz blanco que no es un comodity, pues no existe una amplia oferta internacional del mismo. Adicionalmente a ello su consumo está asociado a la arepa que es un producto altamente simbólico para los venezolanos.

Profesor UCV