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La confesión de Padrino López

Opinión
Tiempo de lectura: 6 min.

El general Vladimir Padrino López tiene conocimiento cierto de los resultados electorales del 28 de julio. Habrá confirmado que son consistentes con las encuestas previas que revisó, así como con los exit polls recogidos mientras la gente votaba. Dispone de una sala de análisis situacional y de sistemas de inteligencia que le habrán informado que Edmundo González Urrutia más que duplicó la votación de Nicolás Maduro. Por ende, sabe que las cifras que presentó Amoroso para proclamar a Maduro son falsas. En su fuero interno, no tiene de otra que entender que la gente salió a protestar, no por “sediciosos” o “golpistas”, sino para defender sus votos. Padrino López es, desde hace 10 años, ministro de la defensa del régimen de Maduro. Pensar que desconoce la verdad lo acreditaría como el jefe militar más chapucero e incompetente de todos los que han pasado por ese cargo en Venezuela.

Sin embargo, a pesar de todas estas evidencias y sabiendo, por tanto, que la proclamación de Nicolás Maduro como ganador fue fraudulenta, el general Padrino López decidió aparecer el martes 06/08 para jurar su “absoluta lealtad al ciudadano Nicolás Maduro Moros (…), quien ha sido legítimamente reelecto por el poder popular para el próximo período presidencial 2025-2031″ (¡!). Y, en otro video que circula por ahí, se asoma un infeliz Santiago Infante Itriago, comandante general de la aviación, haciéndole eco.

Su confesión es sumamente grave, no sólo por violar lo dispuesto en el artículo 328 de la constitución: “En el cumplimiento de sus funciones, [la FAN] está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. Torpedea al ordenamiento constitucional como un todo, pues desconoce la manifestación más clara de la voluntad popular sobre la cual se sustentan las instituciones y la soberanía en la República (art. 5 CRBV): su expresión directa en el voto, debidamente comprobado en las actas de los testigos de mesa hechas públicas (https://resultadosconvzla.com/).

Y es vergonzoso que se preste a la supuesta coartada institucional de que el tsj certifique las actas que, eventualmente, presentaría Amoroso en respaldo a su felonía electoral, claramente forjadas. Ese tsj, conocido por todos como bufete de abogados de Maduro, dictaminó que la primaria de octubre del año pasado en la que casi tres millones de venezolanos escogieron a MCM como su abanderada, “no existió” (¡!). ¿Va a dictaminar que las elecciones del 28-J no ocurrieron o que Edmundo González Urrutia “no existe”? ¿O simplemente avalará a esas actas, sin exigir que se hagan públicas y auditables?

Con su confesión, Padrino ampara las reiteradas amenazas de Maduro de desatar un “baño de sangre”, o desatar una “guerra civil” si no gana. Convalida la ofensiva represiva que éste ha desatado, que lleva ya más de 2000 presos, numerosas desapariciones y vejámenes de toda naturaleza contra el pueblo soberano. Y con más de 24 muertos. Y asiente la regresión a prácticas gomecistas, como la amenaza de Maduro de poner a los presos a construir carreteras. Faltaría que, también, con grilletes. Más allá, Padrino estaría consintiendo, implícitamente, barbaridades como la del gobernador del estado Trujillo, Gerardo Márquez, quien, además de incitar el odio contra la población civil, afirma que prohibirá la salida de alimentos hacia Caracas. “En Caracas se van a morir de hambre, pero de Trujillo no saldrá nada. Sobre mi cadáver. Camión que vaya a salir, camión que voy a quemar”.

Y, sin que esto agote las bestialidades, la confesión de Padrino avala la increíble estupidez de un Maduro desquiciado por haber sido sorprendido en flagrancia robándose las elecciones, de cerrar el uso de WhatsApp con el cuento de que está conspirando –con el imperio y con el “fascismo”, desde luego—contra él. ¡Y ahora, añade la suspensión de la plataforma “X” (antes twitter) por 10 días!

Pero esta última medida deja encantado al energúmeno del mazo. Desde su playground personal, del que se apoderó en la televisora estatal (¡”de todos los venezolanos”!), anuncia, gozoso que, si habrá que regresar a la edad de piedra (eliminando a las redes sociales), ¡pues, regresemos! Obviamente, sería el “paraíso” del troglodita, un reino de la ignorancia, la desinformación y el atraso, en el que podrá insultar, impunemente, a sus anchas. La anomia completa, que obedece solo a mazazos. ¿De acuerdo, Padrino?

En realidad, la inmoral confesión de Padrino va más allá. Lo que está reconociendo es que el chavo-madurismo, luego de encontrarse súbitamente despojado de toda pretensión de legitimidad con sus fechorías desnudadas a plena luz del día, se retrata como lo más retrógrado, represivo y primitivo del quehacer político. Ultraja la conquista más importante de la humanidad, la observación de los derechos humanos aprobados en la declaración de las NN.UU. en 1948, para someter a la población a la indefensión total frente a sus abusos de poder. Es el “porque a mí me da la gana”, contra la convivencia civilizada. Y, al haberse dedicado a expoliar la riqueza nacional y los frutos del trabajo honesto, retrotrajo las condiciones de vida de los venezolanos a las del siglo XIX. Y para nada esconde su pretensión de convertir al pueblo venezolano en “peonada” obligada a seguir el mando despótico de caudillos montunos, sin acceso a la información, los servicios básicos y carente de derechos fundamentales.  

Finalmente, ¿hasta cuándo desde cierta izquierda se va a seguir alcahueteando un régimen tan retrógrado y opresivo como el de Maduro. Se entiende que Lula y Petro no se atreven a desmontar el mito de que Maduro es “revolucionario” para no contrariar a los sectores más atrasados de su clientela de “izquierda”. Pero ya se pasaron. Están horadando la imagen que han intentado edificar de una izquierda democrática, responsable y, con ello, a su peso político internacional.

Pero el apoyo de algunos personeros de esa izquierda a Maduro, o su silencio cómplice, también parece confesar la intermediación de prácticas non sanctas. Dando y dando. Han salido a la luz pública los “incentivos” que hermanaban a Juan Carlos Monedero y al exembajador en España, del gobierno de J.L. Rodríguez Zapatero con el fascismo chavo-madurista. Y el silencio de Rodríguez Zapatero ante un régimen que viola abiertamente todos los atributos de “izquierda” que él pretende representar en España –libertad, conquistas sociales, condena a la violación de derechos humanos de dictaduras como Franco--, ¿a qué se debe? ¿Qué está “confesando” Rodríguez Zapatero?

General López Padrino, le corresponde ponerse a derecho, cumpliendo su deber de hacer respetar la constitución. Ud. sabe que el ganador de las elecciones del 28-J fue Edmundo González Urrutia. Y el país y la comunidad internacional sabe que usted sabe. No se siga hundiendo en el estercolero en que se transformó la “revolución” bolivariana. Porque la sobrevivencia de tan trágica impostura, a sangre y fuego, de quien depende es de Ud. en la medida en que todavía es respetado entre los que conforman la FAN. Ponga fin a este bochorno. Reconozca, so pena de perder definitivamente su ascendencia como jefe militar, la realidad manifestada en la abrumadora victoria electoral de EGU. Abra las puertas a la tan ansiada negociación que permita transitar exitosamente hacia la consolidación de instituciones democráticas y a la libertad, al reencuentro entre los venezolanos y a las oportunidades de prosperidad futura que merecen. Restituya el honor a la FAN, saneando la visible fractura y la descomposición que el fascismo chavo-madurista ha promovido entre sus filas. Porque, igualmente, Ud. está muy claro que lo que ha estado defendiendo no es ninguna “revolución popular antiimperialista y antifascista”. Usted es el baluarte que queda de un régimen abiertamente fascista y expoliador, que se empeña en seguir destruyendo a Venezuela.  Póngase a derecho, al lado de la constitución. En lo personal, también saldrá favorecido, pero tiene que ganárselo, respetando al pueblo al que juró servir. Ordena el cese inmediato de la represión y la libertad de quienes fueron injustamente detenidos.

“El que no conoce la verdad es simplemente un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese es un criminal!”.  Bertolt Brecht, dramaturgo alemán.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela 

humgarl@gmail.com