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La economía darwiniana

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

La economía darwiniana es donde el pez grande se come al pez pequeño. Donde las personas tratan de vencerse unos a otros en lugar de vencer sus desafíos personales para desarrollar su capacidad creadora. La persona confunde su estrategia de desarrollo personal con una de depredar el desarrollo de otros. En la economía darwiniana, las personas no obedecen a la ley sino que las leyes son para obedecerles. Los dirigentes del Estado usan al Banco Central no para que la liquidez monetaria genere más transacciones, menos inflación, más producción y más iniciativas de cada ciudadano. No, en la economía darwiniana el Banco Central es usado para crear grupos de apoyo, la liquidez llega a unos grupos más que al resto de los ciudadanos. La inflación es para los débiles o los asalariados que no tienen acceso a los instrumentos financieros. En la economía darwiniana o depredadora, los fondos de la tesorería nacional no son para hacer carreteras, hospitales, infraestructura para los ciudadanos desarrollar sus talentos, sino para que unos pocos llenen los bancos suizos de fondos depredadores.

En la economía darwiniana los programas sociales no son para empoderar a las personas, no son para capacitarlas, para que desarrollen sus talentos y se vuelvan artistas de sus distintas profesiones. No. En la economía darwiniana los programas sociales son para comprar votos, para apagar la autoestima, para alabar al que detenta el poder, para crear dependencia en el Estado y no en la capacidad de cada persona. Y así el pez gordo sigue engordando y el pez débil sigue (no su propio destino) sino sirviéndole de alimento.

Las economías el factor no económico que genera la crisis económica es la falta de respeto a cada persona y entre los ciudadanos. El respeto a cada persona o ciudadano significa que desde que nace el individuo debe tener acceso a alimentos, a afectos, a medicina, a estímulos para el desarrollo de sus talentos y para desplegar potencial creador o laboral. Así, con ese acompañamiento de su familia y de la sociedad (cuando falta la familia), cada persona va a descubrir su claro propósito de vida, conocer cuál es su talento principal y por ende su aporte a la sociedad, y así armonizar y disfrutar de la vida en sociedad y con la naturaleza que le rodea. Así los ciudadanos van a cuidar los activos de la sociedad donde viven, los parques, las calles, van a protegerse entre sí y estar orgullosos de ser venezolanos. La economía del respeto a la persona no es la economía depredadora darwiniana de cuánto vale la persona, o de a quién conoce para anotarse en cualquier grupo de poder, sino es una economía más amable. Una economía que ayuda a la persona para que desarrolle su talento, donde la competencia no oscurece la realidad de que todos podemos aportar. En donde hay respeto a la persona, hay instituciones de salud, de educación, de parques, acceso a la informática, al financiamiento, al apoyo familiar, para todo ciudadano por igual, o casi.

En la economía darwiniana, pierden todos. Los depredadores pierden de vivir la vida fundamentada en valores, viven marginados de la conexión con otros seres humanos y desconocen sus propios talentos y su potencial verdadero. Es como la prostitución que confunde sexo con amor. Y los depredados viven como cuerpo sin alma tratando de buscar un razón para vivir. Todos los venezolanos para salir de la crisis económica actual debemos dar un primer paso que es: respetar a cada ciudadano del país. Debemos hacernos un examen de conciencia si en verdad respetamos o no el derecho de otros ciudadanos. Una vez respetemos a cada ciudadano, la crisis económica y política comenzará a aliviarse. El BCV no emitirá dinero inorgánico, el fisco no será botín de unos, una mejor infraestructura unirá la país, vendrá turismo, menos asaltos y más trabajo y menos revancha política.

twitter@alejandrojsucre