El Foro de Sao Paulo (FSP) es concebido, en teoría, como un espacio para fortalecer el debate entre las distintas vertientes de la izquierda latinoamericana, pero ha mutado en una organización de tarifados, parte del aparato de propaganda del movimiento bolivariano y de los regímenes más atrasados que éste incluye, como el de Maduro y el de Ortega. No ha incorporado los avances de la izquierda democrática, por el contrario repiten una retórica antiliberal y antiimperialista que los ha llevado a ser el parque jurásico de la izquierda.
Después de la caída del muro de Berlín y el desplome del régimen soviético, se produjo un vacío y desmoralización en la izquierda latinoamericana que requirió un esfuerzo de renovación y motivación, para reivindicar la fe en el antiguo régimen comunista, presentándolo ahora como socialismo. En este contexto surge el Foro de Sao Paulo auspiciado por el Partido de los Trabajadores de Brasil, toma el nombre de la ciudad donde se llevó a cabo la primera reunión. En estas fases iniciales surge como una respuesta a las reformas liberales de Pinochet, que califican de neoliberalismo, y a las acciones y políticas de los Estados Unidos que ellos califican como imperialismo norteamericano.
Formalmente se trata de un foro para debatir las ideas de la izquierda latinoamericana en sus diversa vertientes. Allí cohabitan dos tendencias básicas, por un lado la izquierda democrática de Pepe Mujica y Bachelet y por otro la izquierda autoritaria representada por los regímenes de Maduro, Ortega y los Castros. Si bien esto es cierto en teoría, en la práctica, una vez que el movimiento bolivariano se expande por latinoamérica financiado con los petrodólares y la corrupción del gobierno de Chávez, el FSP pasa a ser una organización de tarifados, parte del aparato de propaganda del movimiento bolivariano y de los regímenes más atrasados de éste, como el de Maduro y Daniel Ortega, sin olvidarnos de la satrapía cubana.
Un testigo de excepción, es el escritor Sergio Ramírez quien en un artículo en el diario El País, a mediados del año pasado, cuestionó la defensa que el FSP hizo del régimen de Ortega, quien a juicio de Ramírez ha decidido eternizarse en el poder como un autócrata, aliándose con la derecha local y aplicando una política del terror similar a la del régimen cubano. Señala el escritor: “Defender el régimen de Ortega como de izquierda, es solo defender su alineamiento dentro de lo que queda del ALBA, que no es mucho, tras el fin de la edad de oro del petróleo venezolano gratis…” . El Foro convocado en Caracas se alinea en este propósito propagandístico y de defensa del régimen de Maduro. A tal efecto Diosdado Cabello se trasladó a la Habana en días pasados a fin de afinar los detalles de los preparativos del foro con los funcionarios de la isla.
La izquierda latinoamericana ha aprendido y avanzado en su derrotero. Uno de los frentes donde se ha dado un proceso de aprendizaje es el de la democracia y los derechos humanos. El FSP no ha incorporado este aprendizaje en su agenda. El año pasado se produjeron protestas en Nicaragua contra la intención del régimen de Ortega de reformar la seguridad social y reducir las pensiones. La respuesta del régimen, fue desatar una brutal represión contra los manifestantes que produjo al menos 500 asesinatos, cientos de heridos y más de 600 prisioneros políticos, impulsando a parte de la población a huir hacia los países vecinos.
En ese momento el FSP reunido en la Habana, haciendo caso omiso de la carnicería provocada por Ortega, hizo una acalorada defensa de su régimen acusando a los manifestantes de ser parte de un “golpe suave” de la ultraderecha local, organizado y dirigido por los Estados Unidos, con el propósito de derrocar a un gobierno soberano que no responde a los designios imperiales. La retórica antiimperialista del FSP para defender a un régimen violador de los derechos humanos, revela una organización que se quedó atrapada en el pasado y que repite mecánicamente una cartilla de la izquierda de otros tiempos. Así lo señaló Sergio Ramírez al referirse a las declaraciones del FSP: su “diatriba no tiene que ver con la realidad de Nicaragua. Es retórica hueca, lejana de todo contacto con la verdad, que se quedó perdida en las elucubraciones de una ideología fosilizada. En el parque jurásico no hay pensamiento crítico”… Ramírez cuestionó incluso la condición de izquierdistas de los organizadores del FSP pues a su juicio “el oficio ético de la izquierda fue siempre estar del lado de los más pobres y humildes con sentimiento y sensibilidad”.
Otra área donde la izquierda latinoamericana ha evolucionado es en la relacionada con las reformas económicas de orientación liberal. Estas han sido incorporadas a la agenda de política económica de la izquierda, dando lugar a lo que se llama la izquierda liberal, de la cual han formado parte Teodoro Petkoff en Venezuela y Fernando Henrique Cardoso en Brasil. Ello ha incluido tanto las políticas para el control de la inflación, como los acuerdos de liberalización del comercio, algunos de los cuales se han firmado con los Estados Unidos y han impulsado el desarrollo de las economías latinoamericanas que lo han instrumentado; como es el caso del TLCAN de México; cuyo presidente forma parte de una organización política que figura como uno de los miembros del FSP. Sin embargo el FSP sigue afincado en una retórica antiliberal y antimperialista propia de la izquierda de inicios de la década de 1960. Como lo señala Ramírez sus ideas son parte del parque jurásico de la izquierda.
Nota: Sergio Ramírez fue compañero de lucha de Daniel Ortega en el movimiento sandinista, cuando se percató del derrotero autoritario del ex guerrillero se convirtió en uno de sus más agudos críticos. Es escritor y obtuvo el premio Cervantes por su obra, el galardón más prestigioso otorgado por el gobierno de España, el cual le fue entregado por Felipe VI. El artículo a que hacemos referencia se denomina “Parque Jurásico” y fue publicado en el diario El País el 25 de julio de 2018.
Profesor UCV