Sin sanciones petroleras, Venezuela y el mundo ganarían. Habría más recursos económicos, para más debates, más democracia y más puestos de trabajo
Tanto los líderes de Estados Unidos como del gobierno de Nicolás Maduro y de la Plataforma Unitaria son totalmente responsables directos del dolor evitable que le causan al pueblo venezolano.
El petróleo en Venezuela es y ha sido más del 90% de las divisas que entran al país. Las sanciones petroleras van justamente a cortar esos recursos. Hay muchos de los que apoyan las sanciones económicas desde la oposición, que engañan a la población diciendo que las sanciones petroleras no afectan a la economía. O que la economía fue destruida por los controles y la corrupción antes de las sanciones. Eso último es verdad pero las sanciones económicas y el cierre de los mercados internacionales por parte de EEUU, pero la falta de crédito internacional y la taquilla OFAC impiden que las acciones correctivas que el gobierno de Maduro ha tomado desde el 2020 tengan efectos. Desde el 2020 el gobierno eliminó en gran medida los controles y abrió las empresas del estado a la inversión privada y las sanciones al petróleo venezolano y al financiamiento internacional por parte de EE.UU. se quedaron y hoy son el mayor obstáculo a la prosperidad. Las sanciones económicas impiden el pago de deuda externa e impiden préstamos internacionales y ahogan a las empresas privadas venezolanas, las sanciones al petróleo vía Taquilla OFAC hacen que al país dejen de ingresar $50 mil millones al año, obligando al gobierno a solo operar en la economía mínima con empresas de maletín o sin rendición de cuentas. Son mucho más dañinas las sanciones al petróleo que los controles de cambio y de precio ya que directamente como un bloqueo eliminan los ingresos principales de la nación. China en la última década se ha convertido en enemiga y una amenaza para Estados Unidos y Occidente; sin embargo, los EEUU no ha sancionado a esa nación a nivel mundial sino a nivel de tarifas que aplican solo a su territorio, pudiendo exportar productos tales como equipos de radiodifusión ($223 miles de millones), computadoras ($156 miles de millones), circuitos integrados ($120 miles de millones), piezas de máquinas de oficina ($86,8 miles de millones) y otros artículos de tela ($60,7 miles de millones).
Estados Unidos no puede condicionar el levantamiento de las sanciones petroleras a que haya un proceso democrático normal en Venezuela, que por cierto el proceso electoral hoy es competitivo como lo declaran los funcionarios públicos de EEUU. La Plataforma Unitaria y el gobierno nacional tienen candidatos para la elección presidencial del 28 de julio de este año. EE.UU. puede sancionar individuos y políticos que impiden la democracia en Venezuela si le parece, así como un vecino ayuda a atrapar un ladrón que entra en la urbanización llamando a la policía. Pero la democracia debe ser una actividad entre los venezolanos sin que EE.UU. use garrote y zanahoria. También los EEUU puede decidir no comprar petróleo venezolano ni abrir el mercado de capitales a nuestro país. Pero sancionar a otros países por invertir en Venezuela es realmente desnivelado.
Con sanciones económicas de EE.UU. el garrote es muy demoledor. Con estas sanciones no solo afectan los ingresos petroleros de la nación sino a toda la actividad de los ciudadanos ya que con ellas no hay inversión ni en petróleo, minería, infraestructura, agricultura, turismo, educación, telecomunicaciones, medicina. Ningún financiamiento va a llegar, ni mejores sueldos, nada se va a mover en Venezuela sin no hay antes grandes inversiones que solo llegarán cuando Estados Unidos levante las sanciones petroleras. Nunca Rusia, Irán o China, ni Turquía sumadas hicieron la 1/20 parte de las inversiones que han hecho EEUU y toda Europa en Venezuela a través de la historia. Tampoco ayudas humanitarias ni dádivas ni remesas de familiares en el extranjero cubren las necesidades de progreso de los venezolanos.
La corrupción se ataca con una oposición que participe en elecciones, que elija a sus líderes democráticamente , que haga oposición pacífica y activa, que presente propuestas y debates de alternativas económicas que concienticen al pueblo; que presente cuentas de los recursos que administra; que ayude al pueblo a ejercer contraloría social de las obras de infraestructura, estando presente en cada pueblo. La corrupción en Venezuela no se debe combatir con sanciones a la economía desde Washington, ya que incrementa el mercado negro, empobrece al sector privado y aumenta la presencia de inversionistas hostiles al países al mundo occidental. La Plataforma Unitaria debe oponerse públicamente a estas sanciones y no pretender debilitar la economía para ganar votos mientras millones de venezolanos sufren por años. Solo un pueblo educado por sus líderes puede enfrentar la corrupción y la falta de democracia. No las sanciones económicas.
X: @alejandrojsucre
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