La política, tierra de lo posible, aconseja no olvidar que la misma es dinámica y cambiante según su propia naturaleza y en consecuencia cualquier cosa puede pasar en este abonado terreno; el análisis de la coyuntura, la dimensión de las fuerzas en pugna, nuestro propio apresto operacional, las personalidades y aspiraciones de los dirigentes, llámese oposición, llámese gobierno, los aciertos y fracasos y todo lo que concierna al entorno, pasa porque la Dirección Política lo tome en cuenta y si acaso fuese necesario, dirimir los desencuentros entre nuestras propias filas.
Solo entonces es perfectamente válido intentar cruzar la raya amarilla del entendimiento previo a un primer encierro (reunión) de todos los actores de la oposición y cuyo punto de agenda sea el deslastre de las cargas emotivas (arrecheras) y donde cada uno de estos puedan decirle al otro, del mal que van a morirse (en algunos casos, es perfectamente válido, más no aconsejable, darse un careo de pugilato).
Este método es infalible, la catarsis drenan las desazones y seguidamente la lucidez vuelve al cerebro como la sangre vuelve al corazón cuando el médico aplica el D.E.A (Desfibrilador Externo Automático) o el electroshock como se le conoce popularmente
Seguro estamos que en la segunda encerrona, saldrán las Comisiones que abordaran lo concreto y lo eminentemente táctico circunscrito a las soluciones y resoluciones atinentes a las causas del retardo o fracasos en las metas planteadas y ¿por qué no?, dejando para más tarde los antagonismos internos.
A manera de ejemplo tenemos sobre el tapete el asunto del “dialogo”, unos dicen que si lo hubo, otros que jamás existió, ¡zape! yo no fui a esa reunión, en fin abordar el tema es entrar terreno minado, ya el mismo dinamismo de la situación se encargara de mostrar las verdaderas cara que se ocultan tras las caretas. Preferible es mostrar aquellos escenarios que nos presentan para ponerle fin a la larga pesadilla que representa el carácter autoritario, corrupto, ineficaz y bandolero del presente régimen.
Desde lugares más allá de nuestras frontera y desde un cómodo sofá, armados con su computador o móvil inteligente, nos envían audios, videos y mensajes alegóricos relacionados a la manera expedita de solucionar dicho problema (el fin del régimen) “¡Hay que sacar del poder al chavismo de raíz!” “exijamos la renuncia de NM” “¡A Miraflores!, ¡A Miraflores!” ¡Aja! ¿Y cómo puede sentarse la cucaracha si no tiene con qué? Mención aparte a que quienes hacen dichas propuestas (supuestos líderes) se encuentran demasiado alejados de la zona de combate, los necesitamos aquí, propongan de nuevo y ya veremos si le echamos ese camión de voluntad que tanto piden.
Otros, más originarios prefieren pasarle el testigo a la FANB y que ésta dentro del marco del espíritu democrático, asuma un pronunciamiento general, desconociendo al colombo – venezolano y rechazando la injerencia de los Castros en los asuntos internos del país; los proponentes de esta tesis aducen la existencia de una reserva moral dentro de la FAN (cosa que no dudo), pero que desde mi trinchera veo muy difícil que vuelvan a cometer el error de la Plaza Altamira. Aparte que, sublevarse para tomar el poder y entregarlo en bandeja de plata como que no es lo que mis congéneres tienen por norma hacer y mucho menos como algunos lo dicen, si es el propio Diodi el adalid de la misión rescate ya que su naturaleza es simple y abierta, tal cual como la del alacrán.
Un porcentaje bastante elevado de la población (+ del 80%) pide el RR como fórmula de solución a la salida de la crisis, el planteamiento es simple y sencillo, el método es constitucional y por tanto un derecho del ciudadano, como te subimos, te bajamos, con el mismo circuito nacional, con las mismas máquinas y dentro del lapso que establece la ley vale decir este mismo año, sin guarimba y mucho menos violencia.
Finalizo agregando que en este escenario ganamos todos, gana el país, gana la oposición y gana el régimen porque deja el terreno abonado para pasar a la oposición, eso sí, sin encapuchados Elías y sin militares Diosdi.
Maracay 14 septiembre de 2016