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Los retos electorales que vienen: dignidad o realidad política

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Apreciación de la situación política # 135

Las oposiciones democráticas, luego de los resultados del evento electoral fraudulento del 20M, se pueden sentir tranquilas porque afortunadamente hubo una significativa abstención electoral que justificó su discurso de no participar en ese evento alegando la falta de garantías electorales que deben caracterizar las elecciones democráticas en cualquier parte del mundo, discurso que estuvo reforzado por la posición inicial de buena parte de la comunidad internacional.

Algunos voceros del aún por constituirse Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) no dudaron en calificar la abstención como su primera victoria como frente unido y algunos hasta felicitaron al bravo pueblo por mantener la dignidad y no prestarse a la farsa electoral para legitimar a un gobierno que está deslegitimado desde hace tiempo, en ese punto hay que reconocerle el acierto.

En realidad lo que significa el nivel de abstención y así debe ser visto, es que, ciertamente, buena parte del electorado se cansó de legitimar no a un gobierno, sino a un sistema electoral que lleva más de 20 años siendo fraudulento, pero que dependiendo de los intereses de los partidos políticos se debía participar porque “una que otra omisión” no afectaría el resultado final.

De tal manera que las condiciones electorales, se convertirán en un condicionamiento de suma importancia para reemplazar un régimen que desde el pasado 20M se volvió oficialmente dictatorial y como bien es sabido ninguna dictadura acepta condiciones electorales que no lo favorezca, en consecuencia, la vía electoral, en esas condiciones electorales ideales se puede convertir en un impedimento para lograr un cambio de gobierno mediante una negociación política en el corto y mediano plazo.

Ya diferentes vocero importantes del régimen han asomado realizar un plebiscito aprobatorio del proyecto de constitución, de fuerte inspiración cubana, que está redactando la fraudulenta ANC y la realización de un referendo revocatorio a los diputados de la oposición de la Asamblea Nacional que, como todos debemos suponer, es el próximo objetivo del régimen para controlar nuevamente todos los poderes públicos del Estado. Ambos eventos electorales se realizaran con el actual CNE, los mismos rectores y las mismas condiciones del pasado 20M.

Siendo la Asamblea Nacional el único poder legítimo en manos de las oposiciones y, más importante aún, con reconocimiento internacional, ¿Dejará la oposición que le sea revocado el mandato a todos sus diputados porque las condiciones electorales no son las adecuadas? ¿Dejará la oposición que se imponga una constitución cubana que acabará con el sistema republicano actual, porque en el plebiscito aprobatorio no se garantizan las condiciones electorales?

Para los que tenemos esperanzas en que se puede cambiar este régimen y preservar el sistema republicano mediante una negociación política que incluirá un proceso electoral, también negociado, mantener los actuales diputados en la AN y negar el proyecto de constitución cubana se convierte, simplemente, en un escenario inaceptable imposible de obviar si queremos tener futuro como nación libre e independiente.

Bajo esta perspectiva, luce obvio que una de las tareas de la dirigencia opositora es convencer al electorado de que el momento de la dignidad pasó y que la dura realidad impone organizarse electoralmente para derrotar al régimen en esas pretensiones.

@lesterllopezo 23/05/18