Los talibanes tomaron el poder en Afganistán recientemente no por la vía electoral sino por la vía de las armas. Querían hablar en la ONU y no se lo permitieron. No conozco la política de ese país pero sí se que se parece mucho a lo que ocurre en algunos países africanos y latinoamericanos. El ansia de poder de algunos dirigentes políticos impide procesos electorales transparentes y usan la violencia y el engaño para llegar al poder. Es como si en un juego de fútbol el ansia de ganar, hace que los jugadores de un equipo usen armas de fuego contra el otro para ganarlo. Y luego el equipo que perdió también use armas de fuego para el próximo partido. Se hace muy difícil romper esos patrones de conducta del ojo por ojo y diente por diente. Al tiempo, como ocurre en algunos países de África, Asia Latinoamérica y en Afganistán, muchos habitantes se marchan a otros países y los que se quedan muchos se inhiben de invertir y desarrollar sus talentos ya que más sobreviven si se dedican a la trampa que a originar ideas productivas y con paciencia e inversión desarrollarlas. No vale la pena trabajar en economía caníbal.
En Venezuela tuvimos mucho de conducta talibán durante el siglo XIX. Sin embargo, aunque el siglo XX hubo largas dictaduras, todas iban como con una convicción profunda para transitar hacia la democracia. Aunque con muchos traspiés, a principios de los años sesenta se vivió una democracia. Y durante la mayor parte del siglo XX, la lucha contra las dictaduras no impidió que Venezuela fuera el país como mayor crecimiento económico del planeta y de menor inflación. Esto quiere decir que casi todo el siglo XX hasta el final de los años setenta, las luchas políticas de los líderes no frenaba el crecimiento económico, ni en dictadura ni en democracia.
Las luchas
Luego a partir de los años ochenta, y en democracia, en nuestro país las luchas políticas paradójicamente terminaron destruyendo el PIB y generando una inflación indomable. En parte se explica debido a que el PIB no crece en democracia ni en dictadura si se aumenta la liquidez y el gasto fiscal improductivamente y se imponen los controles de cambio y de precios para disimular la inflación. Eso es lo que ha ocurrido en Venezuela sin parar desde 1979 hasta la fecha. Cuando el gasto fiscal es clientelar, o devorador, no construye, no importa si vivimos en dictadura o en democracia, los funcionarios públicos sin controles siempre se van a meter el dinero del ciudadano a su bolsillo. Y si no hay democracia, al cansarse los ciudadanos, en lugar de votar por nuevos lideres, se escapan a otros países. La inflación y la caída del PIB ha sido todo a causa de un gasto fiscal inorgánico y clientelar. La nueva reforma monetaria iniciada la semana pasada sólo refleja esta realidad.
La oportunidad de México
Los líderes políticos devoradores siempre van a culpar a otros jugadores o a otras naciones por sus fracasos hasta que ya no quede nada en la economía. Por eso es tan importante los acuerdos que se negocian en México.
A pesar de que hay muchos radicales que muestran incredulidad de un desenlace positivo en las negociaciones en México entre los lideres de la oposición y del oficialismo, yo pienso que es lo mejor que ha ocurrido en Venezuela en las últimas décadas. Es como deponer las armas entre los jugadores por un tiempo y acordar reglas antes de próximo partido de futbol. Buscar redefinir nuevos acuerdos para que los próximos partidos se jueguen sin violencia. Aunque sabemos que son los jugadores violentos los que negocian, también sabemos que son los enfermos los que necesitan medicinas. Nadie esta exento de responsabilidad de la violencia política en Venezuela. Durante los nuevos acuerdos y luego de los mismos, la posibilidad de recaídas de los lideres políticos violentos es normal, ya que depende de sus propias convicciones cognitivas internas y toma tiempo encontrar alternativas y nuevos patrones de conducta para políticos que han usado el dinero del fisco como propio dentro o fuera del poder. Pero para facilitar el proceso de pacificación política en Venezuela, también los lideres políticos violentos deben encontrar apoyo y no criminalización por parte de la sociedad y de los medios de comunicación. Ningún venezolano está exento de faltas y todos tenemos que aportar apoyo para que nuestros políticos venezolanos dejen de usar el dinero del estado como dinero propio. Ese es el fondo de los problemas políticos en Venezuela. Lo bueno de lo malo es que ya hemos como sociedad visualizado lo que significa no respetar el dinero del público. La población vive como en la prehistoria: las obras no se ejecutan, la inflación crea tantos ceros que ya no caben en las calculadoras los ceros de la moneda y esta se vuelve inservible, los servicios públicos nos hacen colapsar, sin gasolina, electricidad ni agua regularmente. Se divide la vida en familia. Los líderes políticos tampoco sufren de desprestigio y rechazo. Tampoco viven una vida productiva. Nunca es tarde cuando la dicha es buena. Así que vamos a apoyar los avances en los acuerdos de México. Muchos cambios positivos hay en política económica que deben continuarse con acuerdos políticos que reduzca la violencia en la nación.
Twitter @alejandrojsucre