* Documento global que tiene respaldo con mayor detalle en las elaboraciones realizadas por las instituciones y centros de estudios que han participado en las reuniones.
Venezuela en un punto de inflexión histórico
Nuestro país, nuestra Venezuela, tiene hoy día necesidad urgente de un acuerdo nacional, que le permita encontrar un senda de progreso y de paz para enfrentar y superar la crisis que sufre en todos los órdenes de la vida social y que tiende a agravarse aceleradamente a juzgar por las actuales tendencias en el entorno económico y político. Esta crisis no es nueva: se origina en el modelo económico, social y político que ha dominado la Venezuela contemporánea y que se ha exacerbado en los últimos años, encontrándonos ahora en un punto de inflexión histórico.
El fondo del problema radica, más allá de las ideologías y de la coyuntura, en que nuestra estructura político-económico-social se ha asentado, en los últimos cincuenta (50) años, sobre un modelo hiperpresidencialista, centralista, estatista, partidocrático, rentista, fiscalista, monoproductor y socialmente dualista, inequitativo e insolidario, todo lo cual dificulta enormemente la configuración de una sociedad democrática y una economía moderna bien posicionada en el mundo.
Todo ello conforma un triángulo vicioso en el cual la falta de integración política, económica y social incide negativamente en el crecimiento económico, lo cual, a su vez, agrava las tensiones sociales impidiendo el crecimiento económico y el progreso político y social. Por su parte, la ausencia de estabilidad económica impide la reducción de las tensiones sociales y del consenso político necesario para superarlas. Se ha generado así el peor de los efectos: una estructura social de pobreza, incompatible con los recursos de Venezuela y con los inmensos ingresos recibidos. En una palabra, ¡Incompatible con los principios morales de una sociedad moderna y justa!
A ello debe añadirse que en la actual coyuntura se combinan factores y circunstancias de carácter político (conflictividad política, imposición del socialismo), económico (déficit muy agudo de ingresos petroleros y destrucción de la estructura de producción) y social (impacto devastador de la inflación y de la escasez sobre el bienestar de la población), todo unido a una situación de absoluta inseguridad personal.
Ante esta realidad, hace falta entonces un cambio sistémico y un impulso moral, individual y colectivo, que facilite un proyecto integrador porque no se trata politicamente de que el Estado tenga una Sociedad sino de que la Sociedad tenga un Estado que respete sus derechos y en lo económico es al revés, vale decir, no se trata de que la Sociedad tenga un Estado sino de que el Estado tenga una Sociedad que lo mantenga y pueda exigirle el cumplimiento de sus deberes.
Por ello, las soluciones sesgadas y sectarias, que nos dividen en “Dos Venezuela” han demostrado que no resuelven los graves problemas y que, por el contrario, los han agravado.
Atendiendo a este diagnóstico de la realidad venezolana, este documento presenta, en una síntesis, los distintos planteamientos que ha elaborado un sector de la sociedad civil organizada, con relación a lo que podría y debería ser la Venezuela del futuro próximo. Busca encontrar los temas comunes y las coincidencias entre las distintas “Propuestas País”, así como los grandes desafíos que de ellas provienen. Su objetivo es ofrecerlas modestamente a la consideración de la opinión pública, de las fuerzas políticas y de la sociedad en general.
Una imagen objetivo del País en que queremos vivir
Un país progresa y tiene paz cuando toda su población puede desarrollar la plenitud de sus facultades y capacidades; donde el desarrollo humano se logra de manera integral y el individuo cuenta con capacidades y oportunidades para ser agente de su propia vida y nadie ejerce sobre el coerción externa que le impida emplearlas. Al mismo tiempo, el libre desarrollo de la personalidad exige un conjunto de condiciones y circunstancias materiales y morales que permitan lograr tal desarrollo.
Un propósito institucional de estas dimensiones supone alcanzar simultáneamente tres objetivos:
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La paz y la convivencia política y pacífica como columnas vertebrales de una sociedad moderna y civilizada, |
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Una prosperidad económica sostenible y compartida por todos nivelando las diferencias históricas de propiedad, educación y poder e igualando las condiciones de acceso a estos elementos. |
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Una democracia deliberativa, plural, que ofrezca una auténtica representatividad y participación. |
Desde luego, para alcanzar estos objetivos es indispensable un Estado de Derecho que garantice, no solo la igualdad ante la Ley, sino también la existencia de un sistema de Administración de Justicia y de jueces que actúen con probidad, honestidad, competencia profesional y técnica e independencia del poder político.
Los grandes desafíos de la sociedad venezolana en el siglo XXI
Para poder conseguir los objetivos antes mencionados, deben enfrentarse desafíos muy significativos. Entre esos desafíos son fundamentales los siguientes:
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EL GRAN DESAFÍO: Erradicar una estructura económica que, en lugar de generar riqueza, crea pobreza y desigualdad |
El tema de la pobreza y la desigualdad es el tema más relevante de nuestro tiempo, más todavía si, estando ya casi en la tercera década del siglo XXI, permanecen en ella aproximadamente un 50% de venezolanos, ¡y todos los días se agrega un venezolano más!, sin esperanzas en el corto plazo de revertir esta tendencia, pero sí de ser solidarios en el presente con la vista puesta en el futuro queremos crear. Si queremos prosperidad consistente, hacer reversible el “populismo” e irreversible una economía productiva en una democracia pluralista es imperativo erradicar la pobreza. En este sentido sugerimos, que no podemos dejarle su solución solo al Estado. Debe ser asumido por la sociedad en pleno como un Compromiso de Todos. El verdadero pilar de una política integradora en forma sostenida y duradera supone:
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Una toma de conciencia por parte de toda la sociedad de que éste es su problema principal. |
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El convencimiento del mundo político, en especial de los partidos políticos, de que es su responsabilidad crear un entorno de concordia política para coordinar la política económica y la política social. |
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El diseño de un conjunto de responsabilidades compartidas entre el Estado venezolano y la sociedad. |
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SEGUNDO DESAFÍO: Superar el modelo rentista petrolero y cambiar el rol del petróleo en la economía y la sociedad
Los efectos perjudiciales del rentismo en los últimos cuarenta (40) años están a la vista: devaluación e inflación crónicas y astronómicas; al menos, la mitad de la población en zonas marginales o de barrios que origina un dualismo social injusto; el Estado endeudado por encima de sus capacidades; cuantiosos capitales venezolanos fuera del país; grave falta de inversión nacional e internacional; concentración de la riqueza de forma tal que, cada vez más, menos gente tiene más y más gente tiene menos; pero lo peor del rentismo son las conductas socio-políticas que ha inducido y una pérdida del sentido ético individual y social. Del rentismo hay que salir y poner al petróleo en línea integradora con la actividad productiva y con la Sociedad Civil. Para ello se propone:
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Cambios de paradigmas: |
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De la política de precios a la inversión y producción en campos menores, |
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Otro(s) sistemas de propiedad, control y manejo de la Industria Petrolera |
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Crear un mecanismo institucional (o Constitucional) que garantice que el excedente petrolero sea ahorrado y no gastado y sea estrictamente utilizado para fines productivos en la economía no petrolera que genere divisas, |
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Desligar las contribuciones fiscales petroleras del Fisco venezolano para que éste se sustente, estrictamente, en impuestos internos derivados del crecimiento económico. |
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EL TERCER DESAFÍO: Reformar el Poder político para superar el hiperpresidencialismo, el Centralismo y reforzar los poderes regionales, el rol de los partidos políticos y la participación ciudadana
El sobrepeso del Estado, del Poder Ejecutivo y del Centralismo ahoga las capacidades legislativas y los poderes democráticos que reposan en las regiones, localidades, comunidades y partidos políticos. La Asamblea Legislativa es el órgano por excelencia de representación de la voluntad popular y, por encima de ellas no puede ni debe materializarse poder alguno. La democracia no puede funcionar sin la herramienta de la sociedad para expresarse políticamente y para acceder al poder, como son los partidos políticos. Son necesarios, imprescindibles, pero no suficientes. La experiencia de las democracias modernas dice que la participación ciudadana es también indispensable y debe ser organizada para expresar sus intereses y colaborar real y efectivamente en la solución de los problemas
Se trata, entonces, de encontrar nuevas fórmulas de relación entre el Estado y la sociedad que permitan conciliar los intereses de los partidos políticos y de los grupos económicos y financieros con los intereses concretos de los ciudadanos, a los fines de satisfacer real y efectivamente las necesidades fundamentales de todos y no solo de una parte de la población.
Contexto geopolítico mundial
Antes de seguir adelante, es preciso tener en cuenta que ninguno de los grandes desafíos y medios planteados en esta propuesta para superar el estado de crisis en que ha vivido Venezuela en los últimos años puede lograrse si no se la ubica en los grandes cambios que ha sufrido la sociedad y la economía mundial, por lo que a ellos debe sumarse una estrategia respecto de nuestro rol en una economía internacional caracterizada por un amplio desarrollo de cadenas globales de valor y de progresos sociales y democráticos. Un país como el nuestro, con tan elevadísima dependencia de la venta de un solo producto, tiene que entrar en una agresiva etapa de diversificación económica que no puede realizarse fuera del contexto de la geopolítica internacional.
Medios indispensables para el progreso económico y social
Para poder alcanzar los objetivos planteados y dar los pasos para superar los tres grandes desafíos antes referidos necesitamos acordar medios que se tornan indispensables:
Estabilidad macroeconómica
Uno de los efectos más perversos de nuestra experiencia económica, con graves impactos sociales desintegradores y altamente desestabilizadores en el plano institucional, proviene de la mortal combinación de la devaluación, la inflación, un bajo crecimiento o una recesión, la cual no puede repetirse en el intento de rehacer Venezuela. Es por esa razón que el tema de estabilidad cobra importancia decisiva y que, sin él, el resto de los objetivos corren alto riesgo de no consolidarse. Por ello decimos que es inaplazable diseñar y ejecutar un Programa de Estabilización, cuyo punto de partida sea garantizar una estabilidad política duradera e irreversible, a la vez que debe ejecutarse simultáneamente con un programa amplio de reformas de mayor aliento. En ese sentido proponemos examinar los siguientes aspectos:
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Fijar una meta inflacionaria (inflation target) de dos a un digito bajo (10 a 2%) para los 4/5 próximos años, respaldada por la reducción progresiva del déficit fiscal y un Programa Ordenado de Reforma Fiscal y Monetaria, |
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Unificación del tipo de cambio, mediante el desmantelamiento del sistema de control existente en un plazo a acordar, seguido de un principio de estabilidad cambiaria en el tiempo, |
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Un Banco Central con plena autonomía y autoridad para imponer estas metas en base a sus atribuciones constitucionales., |
Marco regulatorio para promover y democratizar el capital privado
Diferentes estudios y experiencias internacionales demuestran que sin una vigorosa participación y protagonismo del capital privado el crecimiento sostenido se ve comprometido y que este no puede prosperar sin un entorno que propicie la libertad de empresa y la libertad económica. Por ello, un marco regulatorio que dé pie a un relanzamiento de la actividad económica resulta indispensable. Su objetivo principal ha de ser el desarrollo de la economía no petrolera, cuyo pivote es el rescate de la agricultura, la industria, el comercio y los servicios que conforman un eslabonamiento natural y que permiten un aumento consistente de la productividad. Por ello es necesario:
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Acordar un programa de recuperación económica de la capacidad productiva venezolana, |
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Establecer condiciones institucionales, jurídicas y regulatorias para que el sector privado venezolano asuma un rol protagónico, incluyendo la vigencia y garantía de derechos de propiedad y del cumplimiento de los contratos, |
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Clausurar definitivamente el esquema proteccionista y mercantilista, instaurando un sistema basado en la competencia, las reglas de mercado y la competitividad internacional, |
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Establecer un sistema de contratación con el Estado y sus empresas, a partir de reglas de licitaciones públicas transparentes y competitivas, |
Rescate de las vocaciones sectoriales y regionales tradicionales
El Acuerdo nacional que estimamos necesario debería darle una alta prioridad a la construcción de una economía descentralizada y más equilibrada local y regionalmente, por lo que se propone una plataforma económica consistente con aquella que implica rescatar las vocaciones ya experimentadas por Venezuela. Entre ellas:
1. El turismo: el litoral central e insular y todo el país.
2. La alimentación: la región andina y del sur del Lago de Maracaibo, la zona aledaña y cercana a Caracas,
3. Los graneros: Portuguesa, Guárico, Barinas...
4. El café y el cacao: Litoral Central, Barlovento, Península de Paria, Zona Andina
5. La pesca: Península de Paria (Carúpano)
6. Energía, la metalurgia y la cadena forestal: Guayana
7. El petróleo: Zulia, Monagas, Anzoátegui
8. La industria ligera: zonas actuales (Centro costera)
Dos elementos pueden contribuir adicionalmente a consolidar la economía regional y local: incentivos fiscales, financieros y de oportunidades para estimular la migración de las empresas y de la población hacia las regiones y localidades con ventajas comparativas y nuevas reglas de potestades tributarias para las Gobernaciones y Alcaldías, promulgando, por ejemplo, una Ley de Autonomías Regionales y Locales.
La Conservación del Ambiente y el tema del Cambio Climático
Estos temas de altísima sensibilidad para la sociedad actual deben ser colocados en la agenda de las grandes tareas que Venezuela debe enfrentar si quiere completar, como hemos defendido, un proceso que integre todos los componentes del desarrollo y la prosperidad pues, sabemos muy bien y ya la sociedad lo ha asimilado que sin cuidar y preservar la naturaleza donde vivimos aquéllos se ven seriamente comprometidos.
Alta prioridad para una Educación de Avanzada a fin de incorporar el país a las nuevas tecnologías y a la Sociedad del Conocimiento
Desde la primaria a la Universidad, con énfasis en la primera, la educación básica, Venezuela debe reencontrarse con la ruta de una sociedad moderna, donde el conocimiento y la tecnología son las verdaderas herramientas estratégicas del desarrollo y la prosperidad. Sobre esta base, el talento venezolano que ahora tiende a acumularse en otras latitudes pondrá seguramente su “grano de arena” en hacer realidad esta tarea.
Acuerdos, pactos y consensos indispensables
Si realmente queremos modernizar a Venezuela y hacerla compatible con el mundo de hoy, con el mundo de avanzada donde la Sociedad Civil tiene un papel preponderante y ha desarrollado capacidades civiles y políticas de participación y representatividad, no se puede eludir revisar y definir con rigurosa honestidad el rol de los diversos componentes de la sociedad, así como sus necesarias interrelaciones. En este sentido, se precisan acuerdos, pactos y convenios políticos, económicos y sociales que le permitan a Venezuela dar un “salto cualitativo” hacia una sociedad moderna, civilizada, pacífica, próspera y verdaderamente democrática. Una sociedad en la que todos sus miembros tengan iguales derechos de acceso a la prosperidad y a la equidad. Una sociedad en donde los millones de personas que todavía viven en condiciones infrahumanas reciban el apoyo de toda la sociedad venezolana para superarlas.
Identificar y suscribir esos acuerdos, pactos, convenios y consensos necesarios para lograr el progreso y la paz de Venezuela es la gran tarea que nos toca a todos en la cual todos somos necesarios pero ninguno suficiente.
A título ilustrativo indicamos a continuación los que pueden considerarse como acuerdos político-económico-sociales básicos de los cuales puedan derivar todos los que sean necesarios para superar los desafíos antes referidos.
Un Gran Acuerdo Socio-Laboral
Las relaciones laborales deben basarse primordialmente en el diálogo Social y el Acuerdo entre trabajadores y empleadores, con el fin de preservar el empleo, las remuneraciones de los trabajadores y el poder adquisitivo, las contrataciones colectivas y la seguridad social, según los convenios que ha firmado el Estado venezolano en el contexto de la OIT. A fin de lograr establecer un sistema de relaciones laborales estable es fundamental el reconocimiento de los sindicatos y organizaciones gremiales, en igual término las organizaciones de empleadores, con la participación fundamental del Estado en el contexto del diálogo tripartito orientado a la promoción del trabajo digno como política pública.
La experiencia internacional dice que un arma fundamental para reducir los niveles de pobreza y desigualdad es la creación de empleos productivos, por lo que un acuerdo laboral en esa dirección es una herramienta indispensable para colocarle un piso a los desafíos indicados. La creación de empleos productivos bien remunerados y el desarrollo de una vigorosa clase media son concordantes.
Un Gran Acuerdo Político: Imperiosa necesidad de la Convivencia Política
Todo lo dicho en este documento luce idílico y superfluo sin plantearse seriamente la necesidad de lograr un acuerdo que sustituya la práctica de la exclusión política por un sistema institucionalizado donde convivan las distintas doctrinas e ideologías. Para ello, es indispensable identificar las causas que generan en el tiempo la falta de acuerdos políticos, económicos y sociales, que impiden lograr objetivos en materias de libertad e igualdad. La experiencia histórica nos dice que las prácticas de exclusión política que se inician y se mantienen desde el siglo XIX hasta hoy no han servido para resolver los grandes problemas de nuestro país y que, por el contrario, los han ido agravando.
La proclama por un acuerdo de este tipo de gran profundidad y gran aliento luce una herramienta indispensable para tomar la senda de la paz, de la prosperidad y de una auténtica democracia. Por todo ello, si es verdad que Venezuela y los venezolanos deben estar por encima de todo entonces ¡todos! debemos asumir la gran tarea de convivencia política, de progreso económico, de nivelación social y de erradicación para siempre de la pobreza en Venezuela.
Suscriben este documento:
Asociación Integral de Políticas Públicas
ASOPRODEM, Alianza para la Defensa de los Derecho Humanos, la Ecología y el Medio Ambiente
Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad. CEDICE Centro de Estudios de la Economía Venezolana. Universidad Monteávila Centro de Orientación en Energía. COENER
Centro Internacional de Formación y Políticas Públicas Arístides Calvani - IFEDEC Confederación Venezolana de Industriales - CONINDUSTRIA
Consejo Nacional del Comercio y los Servicios. CONSECOMERCIO Directivo de SIPUCAB. Secretario Ejecutivo CTV
Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela. FEDECAMARAS Fundación Alberto Adriani
Fundación Venezuela Positiva
FVM. Federación Venezolana de Maestros
Grupo La Colina A.C.
La Venezuela que queremos todos. Iniciativa Democrática