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No sembramos el petroleo…

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 1 min.

Estimadas amigas y amigos de: “Dígalo ahí, digital”, de cosas que he leído por acá y de otras que me han explicado más allá, no estamos descubriendo la rueda ni la pólvora cuando afirmamos que Venezuela ha contado con una industria petrolera que le ha generado cantidades de dólares americanos matemáticamente incalculables; en consecuencia, es injustificable que estemos sumergidos en las profundidades abismales del subdesarrollismo.
Y todo esto, por no haberle hecho caso a una simple recomendación de solo tres palabras creadas por Alberto Adriani y popularizadas por Arturo Uslar Pietri: "Sembrar el Petroleó"
Pues si lo hubiésemos sembrado, podríamos haber sido uno de los países más desarrollados y prósperos de la América Latina: sin deuda externa, con la mejor educación, con los mejores servicios públicos, con la mejor salud, con unos niveles de pobreza en franca decadencia y oportunidades ciertas de un mejor futuro, por cuanto la educación eficiente y el desarrollo económico sostenido le hubiesen proporcionado un destino útil y placentero a todos y a cada uno de los venezolanos.
Pero que va, no le hicimos caso a estos ilustres venezolanos sino que todo lo contrario, nos dedicamos a despilfarrar, malbaratar y regalar tan inmensa riqueza, y ahora, paradójicamente, estamos a un pasito de ser asistidos por la generosa caridad internacional.
Pero llegará un día, amigo lector, en que los venezolanos, independientemente de posiciones políticas, nos preguntaremos:

¿Qué podemos hacer por Venezuela?
Entonces y con la mayor certeza, ese día comenzará el renacer socioeconómico de este país: “todo caminos como la voluntad y todo horizontes como la esperanza”, porque

unidos, reconciliados y juntos como hermanos, comenzaremos a combatir cuerpo a cuerpo contra el subdesarrollo económico, social, mental y político que padecemos, hasta derrotarlo en sus propios cuarteles de invierno e inmediatamente dar inicio a la siembra del petróleo que nos proporcionará tan abundantes cosechas que nos convertirán en el granero de Suramérica y por añadidura, el primer productor de mercancías para la exportación rotuladas con el impreso:

“Hecho en Venezuela”.

Y todo este desarrollo exponencial, como resultado, producto y consecuencia, de haber creado la Universidad Autónoma Agropecuaria Técnica e Industrial de Venezuela.