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El problema no es la desigualdad

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

A pesar de lo chocante de las escenas de desigualdad que se observan actualmente, este no es el problema fundamental que enfrentamos como sociedad. El problema fundamental es incrementar la producción para lo cual se requieren acciones y políticas orientadas a restaurar la confianza y disminuir la incertidumbre, lo cual no se ve como factible en el porvenir inmediato.

El chavismo ha promovido un modelo político que ha generado, por un lado, una destrucción del tejido productivo que ha reducido el tamaño de la economía a niveles de mediados de la década de 1950. Todo el esfuerzo llevado cabo por el régimen de Pérez Jiménez y los gobiernos democráticos se ha perdido. En el periodo reciente la crisis de movilidad provocada por el confinamiento y la escasez de combustible acentuaron la recesión y contracción del tamaño de la economía.

De la mano de esta política destructiva se ha llevado a cabo otra que ha profundizado la desigualdad en la sociedad venezolana, lo cual es inherente al modelo político inspirado en el socialismo cubano. Esta desigualdad se ha potenciado en los últimos años. En el marco de la contracción económica se impuso una dolarización de facto para compensar los efectos de la inflación que se convirtió en hiperinflación después del 2017. Los sectores de mayor ingreso buscaron refugio en el dólar a fin de tratar de protegerse de los efectos de la hiperinflación. Una minoría estimada por la ENCOVI en 5% de la población ha logrado hacerlo, lo que ha acentuado la desigualdad en especial entre los hogares de mayor ingreso, el 10% de los hogares concentra el 40% del ingreso total. En el último año Venezuela se convirtió en el país más desigual de América Latina, superando a Brasil, que en los años previos era considerado el más desigual.

El diario El País en una edición reciente reporta esta situación destacando como en Caracas, en la zona de Las Mercedes, se levantan edificios de oficinas de lujo que permanecen vacíos, casinos, restaurantes donde un plato puede costar 30 dólares como mínimo. Al lado de ello, señala el diario, los empleados públicos se ven obligados a “matar tigres” para compensar el miserable sueldo que reciben.

Si bien la desigualdad se ha acentuado, convirtiendo a Venezuela en el país más desigual de la región, éste no es el problema fundamental o el reto fundamental de la sociedad venezolana en la coyuntura actual, según Luis Pedro España investigador de la ENCOVI promovida por la UCAB. El empequeñecimiento de la economía ha llegado a tal grado, según España, que de distribuirse la escasa riqueza generada entre todos los venezolanos, ello se traduciría en un ingreso per cápita de 30 dólares mensuales (1 dólar diario), lo cual nos ubicaría a todos por debajo de la línea internacional de la pobreza, estimada en 1,90 dólares diarios por el Banco Mundial.

La superación de la pobreza demanda, según España, incrementar la producción, para lo cual es necesario generar confianza y disminuir la incertidumbre a fin de estimular las inversiones que se requieren. Ello no es factible en términos inmediatos pues implicaría el desmantelamiento del modelo que el chavismo ha impulsado en las últimas décadas. Por una lado el fortalecimiento de la autonomía de las instituciones como el Banco Central, a fin de controlar la inflación. Otra de las instituciones que requieren mayor autonomía es el sistema judicial, para fortalecer los derechos de propiedad. No se puede dejar de lado los cuerpos de seguridad que deben orientarse a garantizar la seguridad personal de la población y no a perseguir a la disidencia política.

Profesor UCV

Referencias

UCAB. 2021. Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI). El Ucabista. Com.