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Los enemigos están claramente identificados: desabastecimiento e inflación, que es el nombre técnico del alto costo de la vida.

Necesitamos un cambio económico y político. En lo económico hay que pasar del modelo rentista petrolero, que además se agrava con el populismo, el burocratismo y los controles artificiales de la economía (de cambio y de precios), a un modelo productivo que estimule al sector privado y promueva las inversiones necesarias para garantizar los bienes y servicios que los ciudadanos requieren para satisfacer sus necesidades. Las inversiones, además, son las que van a generar oportunidades de empleo para todos.

Para enfrentar ambos problemas se requiere producir más y producir mejor. Llenar los anaqueles de los mercados de todos los productos, bienes y servicios que requiere la población.

Hace 20 años, Venezuela producía todo el arroz que se necesitaba para atender la demanda del mercado interno e incluso teníamos con que exportar a otros países. Hoy, el país tendría que estar sembrando 320.000 hectáreas para una producción de 1.600.000 toneladas de arroz paddy. Lamentablemente, estaremos cultivando escasamente 100.000 hectáreas para una cosecha de 454.000 toneladas. ¿Por qué? Los productores no tienen semillas certificadas. La expropiación de Agroisleña ha producido daños irreparables. No hay créditos para comprar fertilizantes y pesticidas, ni para reponer el parque de maquinaria agrícola que se requiere, y, lo que es más grave, no hay una política de precios justos que haga rentable la actividad agrícola y pecuaria. La inversión y el trabajo en el campo tienen que ser rentables.

En los últimos días tuve la ocasión de visitar cuatro estados llaneros con un alto potencial de producción agrícola y pecuaria. Estuve en Barinas, donde asistí a la feria de productores de ganado cebú; en San Fernando de Apure, en una reunión convocada por la Cámara de Comercio con productores de todo el estado; en San Juan de los Morros, con productores del estado Guárico, y en San Carlos y Tinaquillo, en el estado Cojedes.

Estoy impresionado del potencial agrícola y pecuario de esas regiones. Ellos se bastarían para atender la demanda de alimentos de todo el mercado venezolano y para exportar proveyendo de divisas a la economía nacional.

Más impresionado todavía estoy con la disposición de los productores de esos estados a trabajar por incrementar sus niveles de producción y de productividad. Lo que se requiere es una política económica que los aliente y los estimule.

Seguiremos conversando.

@EFernandezVE