El sector privado organizándose aún más, podría hacer propuestas para tomar la iniciativa e impulsar la economía nacional. Es una gran oportunidad que tanto el sector oficialista como el sector oposición creen que la actividad de los ciudadanos es la única que puede impulsar la economía. Por lo tanto, el sector privado podría contribuir a la economía venezolana desarrollando un conjunto de propuestas para recanalizar las sanciones y para mejorar las reglas de juego para la inversión, a fin de recuperar la infraestructura, rescatar empresas del Estado y para la creación de puestos de trabajo sin inflación.
Para superar el tema de las sanciones económicas de EEUU y poder invertir en el rescate de empresas del Estado y reestructurar deuda externa del sector público, los dirigentes del sector privado pudieran organizarse y proponer al oficialismo y a la oposición la creación de: 1.- nuevas leyes que faciliten la inversión privada en las empresas del Estado en los distintos sectores de la economía; 2.- recomendar la creación de un organismo auditor Ad hoc que vigile los flujos de caja que las privatizaciones y empresas del Estado generen. A este organismo auditor deben ser invitados representantes de bancos extranjeros reconocidos para que observen el cumplimiento de las normas de prevención de capitales ilegítimos, y que supervise los pagos y la calidad de proveedores; 3.- crear un fideicomiso para colocar los fondos que las empresas del Estado privatizadas generen al fisco; 4.- crear un fondo para financiar la participación del ciudadano y la democratización en el rescate de las empresas del Estado a través de instituciones internacionales. Aprovechar que ya hay una política muy asertiva de mercado de valores para estimular la democratización del capital en Venezuela. Estoy seguro que el oficialismo apoyará esta propuesta y que la Administración Trump también quiere buscar alternativas a las sanciones económicas. Existen mecanismos para superar las sanciones económicas aún dentro del contexto de pugnacidad política.
Aunque existe mayor libertad en los mercados cambiarios y de precios, el sector privado organizado puede ayudar a racionalizar la política monetaria para evitar la hiperinflación. Tal vez el sector privado puede negociar puestos en la Junta Directiva del BCV y esto podría ser un camino para generar una Venezuela que dependa más de la inversión y menos del dinero inorgánico. La inversión privada y el crédito a largo plazo surge cuando no hay inflación. 5.- El sector privado debe estimular la conversión de deuda externa en inversión petrolera para pagarla; y 6.- Aupar la inversión privada y las licitaciones para proyectos de infraestructura y de servicios públicos en todos los estados para ir atacando las enormes deficiencias en los servicios básicos.
Lo positivo de hacer propuestas debe traspasar el pensamiento simplista de: serán aceptadas o no. Siempre van a haber ajustes. Siempre van a tardar en ser escuchadas. Pero hacer propuestas, organizarse y hacer planteamientos desde el sector privado a los dirigentes políticos de nuestra nación, a los dirigentes de otras naciones y a la sociedad en general no es perder tiempo. Es generar reflexión, es organizar nuestras propias ideas, es ayudar a cada parte entender (incluyendo al sector privado) dónde nos equivocamos y cómo podemos contribuir, es escuchar contrapropuestas, es razonar en equipo, es aprender. Los cambios irán llegando más rápido y más sólidos que por otras vías.