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Simulacro electoral y referendo sobre el Esequibo: analistas destacan apuesta gubernamental para movilizar votos

Opinión
Tiempo de lectura: 5 min.

Dos semanas antes del referendo consultivo sobre el Esequibo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ejecutó el 19 de noviembre un simulacro del proceso previsto el 3 de diciembre, con la instalación de 2.322 mesas de votación en 800 centros electorales habilitados.

Un aspecto que destacó tras el simulacro fue la falta de cifras oficiales de participación en un evento que, de acuerdo con analistas consultados por El Pitazo, evidenció la apuesta del gobierno de Nicolás Maduro por probar su capacidad de movilización de votos en medio de un ciclo con la elección presidencial en el horizonte de 2024.

El presidente del CNE, Elvis Amoroso, habló el lunes 20 de noviembre de una participación, sin detallar una cifra, que «triplicó la votación por mesa electoral» prevista en el ente comicial. El cálculo del CNE contrasta con lo señalado por el dirigente oficialista Jorge Rodríguez, quien el 19 de noviembre habló de una asistencia que «duplicó» las expectativas del Gobierno.

«No se entiende por qué no tienen las cifras. Jorge Rodríguez habla de una duplicación y el CNE de una triplicación. Es ambiguo, hay disonancia, porque forman parte de instituciones del Estado y tienen fuentes de información similares. ¿Cómo uno dice que la participación se duplicó y el otro que se triplicó? Todo está rodeado de falta de información», explica a El Pitazo el politólogo y exrector del CNE, Luis Salamanca.

Maduro, en un intento por disipar las imprecisiones en torno a la asistencia al simulacro, dijo que 3.000.000 de venezolanos participaron en la simulación electoral del 19 de noviembre.

Señales políticas del simulacro

En el contexto político que acaparó la elección Primaria del 22 de octubre, incluido el resultado de ese proceso opositor que tuvo como ganadora a la candidata María Corina Machado, el simulacro del 19 de noviembre envió varias señales.

El analista y politólogo Jesús Castellanos cree que, en medio de los factores que se deben considerar para evaluar el simulacro, el aspecto cuantitativo, sobre el que hay más dudas que certezas, puede implicar una alerta para el Gobierno.

«La asistencia en el simulacro del 19 de noviembre pudo significar un segundo llamado de atención fuerte; el primero fue la Primaria, en la que no solo simpatizantes del régimen aseguraron participar, sino que, además, hubo silencio o aceptación sobre la validez de dicha consulta en sectores del chavismo-madurismo», dijo Castellanos vía telefónica.

El mismo día del simulacro electoral del referendo sobre el Esequibo, en Argentina se celebró la segunda vuelta de la elección presidencial, en la que obtuvo la victoria el liberal Javier Milei. El conteo de votos es manual en ese país, hecho que Salamanca contrasta con el sistema automatizado de votación en Venezuela y la ausencia de cifras sobre el simulacro.

«Qué explica que, teniendo un sistema automatizado que funciona más rápido que uno manual, para contar y escrutar, no tengamos esa data y en otros países con voto manual sí se tenga. Eso se ha convertido en una característica de nuestro sistema: el retardo para entregar las cifras completas», añadió el politólogo.

El CNE incluso anunció una extensión del horario del simulacro la tarde del 19 de noviembre. «Al final se pretende crear la imagen de que había mucho entusiasmo y fervor. Hay dos cosas, la movilización del chavismo y la del Esequibo, y querían dar una imagen de fortaleza en ambas», añadió Salamanca.

El simulacro del 19 de noviembre fue un primer acto de una campaña gubernamental muy poco austera que incluye movilizaciones de funcionarios en parroquias, acompañamiento de artistas que incluso acudieron a la sede principal del CNE, pronunciamientos de partidos intervenidos, propaganda en medios y plataformas digitales, y presiones que, en distintos niveles, en los ámbitos ciudadano, cada vez más cercado, e institucional-estatal, no faltaron.

«Hay que considerar el tema de la movilización inducida de los electores que asistieron a ese simulacro. Básicamente, son los activistas de la maquinaria PSUV-Estado. Hay algunas informaciones que han surgido acerca de comunicaciones que fueron enviadas aconsejando la participación y otras reclamando que no participaron», acotó Salamanca.

Entre las denuncias que figuraron en redes sociales sobre las presiones gubernamentales, destacan, según señalamientos del exfiscal Zair Mundaray, casos vinculados con funcionarios del sistema judicial en Caracas y el interior del país.

A propósito de las presiones en el contexto electoral venezolano, Castellanos puntualiza algunos de los factores fundamentales para evaluar la jornada del simulacro del referendo sobre el Esequibo.

«En Venezuela, otra variable pertinente es si hubo elementos de intimidación, coerción, compra de voto, entre otros, en el simulacro. Los puntos rojos, las denuncias de presión para participar, el anuncio de beneficios materiales por asistir al simulacro, son ejemplos de este tipo de prácticas», agregó el analista.

En un contexto de opacidad e imprecisión por parte del CNE, Castellanos destaca las dificultades para evaluar la jornada del simulacro electoral. «El CNE debe elaborar un informe técnico que dudo sea de dominio público. Es difícil saber lo que ocurrió porque no hay denuncias sobre la parte técnica y no sé si hubo representación de organizaciones de observación electoral; de haberla sería importante conocer sus hallazgos».Un referendo útil para 2024

Castellanos y Salamanca coinciden en que el objetivo del referendo del 3 de diciembre tiene que ver más con la preparación del oficialismo para 2024. El ciclo electoral en Venezuela ya comenzó y el oficialismo no quiere perder tiempo.

«Sí tiene que ver con la elección de 2024. Este referendo no es inocente en relación con lo que busca de cara a 2024. Es una manera de movilizar la maquinaria Estado-partido (PSUV), para ver el alcance electoral que puede tener el Gobierno hoy en día, aunque no se esté votando la Presidencia. Es un plebiscito en torno a Maduro, por eso les interesa tanto», agregó Salamanca.

El tablero con los intereses políticos del Gobierno, tras convocar la consulta del 3 de diciembre sobre un tema de interés nacional, es amplio.

«El objetivo de la movilización de sus bases y, tan importante como eso, verificar la capacidad del control social del voto, son fundamentales para el régimen. No tengo duda de que el referendo del Esequibo será la prueba piloto a la luz de la presidencial en 2024», añadió Castellanos, quien habla de un costo y un riesgo que pueden ser altos para la apuesta de la coalición gobernante.

Salamanca concluye que el referendo del 3 de diciembre, que servirá como «medidor de votación» al oficialismo, también se puede ver como un intento fallido en revertir el efecto político de la Primaria del 22 de octubre.

«Buscando revertirlo lanzan un referendo de la manera más improvisada. Se va a generar una propaganda de que Venezuela le dijo que sí al Gobierno y eso pueda ser extrapolado para la elección presidencial, que no tiene fecha aún. Tengo la impresión de que habrá mucha abstención el 3 de diciembre», agregó Salamanca.

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25 de noviembre 2023

El Pitazo

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