Pasar al contenido principal

Sobre lo ocurrido anoche en Maracay

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 1 min.

Desde hace meses la sociedad civil organizada de Maracay, reunida en comunidad, parroquia por parroquia, logró articular hasta 6 protestas pacíficas en diferentes sectores de la ciudad en un sólo día. Asambleas, pancartazos, plantón y visitas casa por casa en barrios y urbanizaciones.

Se creó una fuerza política civil que poco a poco lograría imponerse en las calles; pero anoche, el saqueo y el robo destruyó la ciudad y hoy las calles amanecen tomadas por la GNB, la policía y el miedo. Los vecinos no quieren salir de sus casas a las reuniones y a las acciones de calle pautadas para hoy.

Ahora es como si tuviéramos que comenzar de cero.

La desobediencia civil no es saqueo ni robo, la desobediencia civil es espíritu y razón en la lucha, comunidad, encuentro, civilidad; la desobediencia civil, debemos aprenderlo de una vez por todas, es un acto de conciencia frente a la delincuencia y el autoritarismo que hoy nos "gobierna", nos somete, nos humilla. Lo que ocurrió ayer, en este momento, en esta coyuntura, a menos de un mes de que se lleve a cabo el fraude electoral constituyente y se imponga el Estado comunal y la colectivización de nuestras vidas, sólo beneficia al "gobierno" y su proyecto totalitario.

También debemos decir que la empresa privada es una de las pocas instituciones civiles que nos van quedando, que el venezolano respeta y ahora más que nunca necesita. El saqueo y el robo no hacen más que contribuir a su desaparición y con ella a la desaparición del comercio y la sociedad.

Debemos impedir la desaparición del comercio que constituye parte fundamental de nuestra vida civil. Si el saqueo se impone acabará con los negocios y será más fácil imponer el trueque y el Estado comunal de los comisarios perseguidores.

El propósito de los ciudadanos es refundar un Estado, una ciudad y un país donde la violencia no exista; esto no lo lograremos practicando la violencia.

Nuestras únicas armas deben ser la presencia en las calles, la civilidad, el espíritu y el valor, frente al saqueo, el robo, la muerte y la destrucción. Volvamos a encontrarnos en las calles pacíficamente. La presencia pacífica de los ciudadanos en las calles es el acto más violento frente al poder de la tiranía.

Profesor Facultad de Agronomía. UCV.

@vuelapalabra