El socialismo autocrático y burocrático, como el cubano, es un sistema generador de privilegios y desigualdades donde la gran mayoría de la población sufre carencias de todo tipo mientras una casta disfruta de una vida de lujos y privilegios. El modelo socialista replicado en Venezuela no se aleja de ello. La hiperinflación y la carencia de efectivo han generado un proceso de dolarización que incentiva una desigualdad que se profundiza cada vez más. Mientras un 20% de la población, tiene la capacidad de compra para adquirir exquisiteces en bodegones, el grueso de la población tiene un ingreso que no alcanza para cubrir el costo de la canasta alimentaria.
El socialismo autoritario y burocrático es un sistema que genera carencias que afectan a la gran mayoría de la población y un sistema de privilegios para una casta, que se ha denominado “la nomenclatura”. La propaganda se ha encargado de presentar al sistema socialista como un régimen igualitario, pero ello está muy lejos de la realidad histórica. El modelo cubano, que se ha replicado en Venezuela, no escapa a esta tendencia. En Cuba se ha consolidado un sistema policíaco y burocrático que ha arruinado a la economía cubana, sumergiendo a la mayoría de la población en una situación de pobreza, mientras una casta de privilegiados maneja las empresas del Estado y las escasas divisas que ingresan a la economía.
El llamado “socialismo del siglo XXI” que se ha instaurado en Venezuela es promotor de una desigualdad entre la población, que se agudiza cada vez más. Así lo afirma el economista Asdrúbal Oliveros de la firma Ecoanalítica quien señala: “Tenemos un país que por un lado, hay quienes compran exquisiteces en un bodegón y por otro lado tienes quienes no se pueden alimentar bien, no saben lo que es el jamón, pollo, queso, pan, un país extremadamente desigual. Eso lo puede ver en la misma ciudad, en la misma cuadra. Eso está pasando en Venezuela, porque hay un terrible sistema de desigualdad social que cada vez se profundiza más” (Noticiero Digital. 2019).
Como reflejo de esta desigualdad un pequeño grupo de privilegiados tiene la capacidad de compra para acudir a los bodegones y comprar delicateses. Este representa según Oliveros “un 20% de la población que son los que van a estos bodegones muy de moda en Caracas”, Este grupo está constituido en parte por la llamada boliburguesía integrada por empresarios vinculados al oficialismo, gerentes de empresas públicas y los altos funcionarios del Estado que no ocultan sus privilegios y se exhiben con zapatos de cientos de dólares, carteras y corbatas de marca. A ellos se les suma los que ahorraron en dólares en años previos y los que reciben remesas de sus familiares en el exterior.
Sin embargo “están otros 20 millones de personas en condiciones extremadamente precarias que podríamos dividirlas en tres grupos: un primer grupo en situación bastante crítica que depende de los subsidios del Estado, tipo la caja Clap, porque su ingreso está muy cerca o por debajo del salario mínimo; un segundo grupo que de alguna manera tiene ingresos por encima del salario mínimo, pero sigue estando muy lejos de lo que necesita y un tercer grupo que a lo mejor si tiene algo...pero el grueso de la población está entre el primer y segundo grupo”. (Noticiero Digital. 2019)
En el trasfondo de esta desigualdad está el proceso de dolarización que se ha adueñado de la economía como consecuencia .de la hiperinflación y la falta de efectivo. Leonardo Vera economista y profesor de la UCV estima que unos 13 millones de personas reciben dólares por concepto de remesas o pagos. Según los estudios de la firma Consultores 21 el 40 por ciento de la población manifiesta tener ingresos en dólares. La firma Ecoanalítica tiene un estudio con datos similares. Según Leonardo Vera las familias venezolanas reciben en promedio 90 dolares al mes lo cual es insuficiente para costear la canasta básica que Oliveros de Ecoanalítica estima en 500 dólares al mes (Noticiero Digital. 2019, Moleiro, A. 2019). Las remesas constituyen el segundo ingreso después del petróleo y equivalen a 3.700 millones de dólares según estimaciones recientes.
Entre los dos grupos que constituyen el grueso de la población están los empleados públicos pensionados y jubilados a quienes el Estado no les paga en dólares. Pueden recibir remesas que alivian su situación pero su nivel de carencias no se altera sustantivamente pues el ingreso de las remesas es insuficiente para costear sus necesidades básicas, como ya lo hemos señalado. “Y son unos 7-8 millones de personas” precisó Oliveros. (Noticiero Digital.2019). A estos grupos de empleados públicos pertenecen los docentes universitarios, los maestros y los profesionales de la salud que han estado presionando al régimen de Maduro por una mejora en sus ingresos y capacidad de compra. El régimen respondió con la aprobación de un salario mínimo que los gremios consideraron una burla pues no altera la situación descrita. Acaban de subir el salario mínimo a niveles que no superan los 10 dólares cuando se necesita al menos 500 para comprar las cosas que necesitas, según Oliveros.
Como señala el director de Ecoanalítica, el grueso de la población no tiene una capacidad de compra que les permita costear la canasta básica. Pero la situación es peor pues su ingreso no les permite ni siquiera cubrir el costo de la canasta alimentaria. Es el caso de los empleados públicos y de los que laboran en los diversos niveles de la educación así como los que prestan servicio en el sector salud. Su ingreso no alcanza ni para cubrir el costo de la canasta alimentaria, que el director del CENDAS estima en 300 dólares (Tal Cual. 2019). El salario de un docente universitario, por ejemplo, no supera los 50 dólares mensuales lo cual no cubre ni un 20% de la canasta alimentaria.
Referencia
Moleiro, Alonso. 2019. La hiperinflación acelera la dolarización en Venezuela. El País, 29 de octubre.
Noticiero Digital. 2019. Asdrúbal Oliveros: tenemos un terrible sistema de desigualdad que cada vez se profundiza más. 16 de octubre.
Tal Cual. 2019. Cendas. Venezolanos necesitan 600 dólares mensuales para cubrir necesidades básicas. 13 de noviembre-
Profesor UCV