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Tenemos que seguir, no queda otra

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

La gente cercana, acostumbrada a que uno suele desahogase escribiendo porqué ello obliga a ser más reflexivo, aunque no necesariamente más acertado, se extrañan del silencio en un momento tan serio.

Pero, que se puede decir sobre la brutalidad represiva ejercida por unos cuerpos de seguridad que han sido creados precisamente para eso, para brindarnos seguridad, y que desde ya hace mucho se han convertido en otro elemento que contribuye a nuestra intranquilidad. Que decir cuando la protesta se genera por sobrados motivos ¿o es que no lo son la falta de alimentos y medicinas, la insuficiencia del salario para comprar lo que aparece en el mercado paralelo y la carencia de protección a vidas y bienes que sufrimos todos los venezolanos?

Si a ello añadimos que reiteradamente el régimen se empeña en cerrar las puertas a las salidas constitucionales, electorales y democráticas, mintiendo sin ninguna posibilidad de ser creídos, sobre las razones que esgrime para disculpar su incompetencia y sobre todo, su falta de probidad en el manejo de los recursos de todos, tenemos que concluir como lo hemos hecho unos y otros, que la protesta es la única salida que nos queda y que ella es igualmente constitucional y democrática.

Lo que surge del gobierno no son más que maniobras distractoras y dilatorias que solo pretenden ganar tiempo para facilitar una huida que cada vez se les hará más difícil y no por lo que podamos hacer localmente, que en fuerza es nada, pero que en convencimiento es indoblegable, sino porque sus procederes han llamado la atención internacional ganándose con ello el seguro enjuiciamiento internacional y la perdida de dineros mal habidos e inclusive la libertad personal.

Cuándo los oímos nos parece del mayor cinismo como le endilgan a otros, calificativos que en el pasado fueron usados para identificarlos a ellos: terrorista, asesinos, golpistas, saqueadores, aliados de países extranjeros y por el estilo. Los que no hemos perdido la memoria, cosa que si aparentan sus voceros, recordamos la quema de autobuses, el secuestro y saqueo de vehículos de carga, los enfrentamientos con policías y militares, el reclamo ante la brutalidad represora, juntificados entonces en la denuncia de negocios cambiarios, los empréstitos internacionales y la venta del país a las trasnacionales, comportamientos que en estos años de “revolución” han sido reproducidos a escalas que superan cualquier marca anterior.

No añoramos el pasado, queremos un futuro y eso está siendo negado sistemáticamente por un puñado de funcionarios que amparados en que una vez fueron mayoría reconocida como tal, hoy no logran personalmente apoyos que alcancen el 10%, por lo que no están dispuestos a someterse al juicio de los electores venezolanos, mucho menos de los que ayer fueron su apoyo.

Exigimos para alcanzar el futuro deseado una salida electoral; no demonizamos que la misma sea NEGOCIADA, pero ella tiene que satisfacer los intereses de todos y no solo las de los negociadores.

En este punto convocar para conversar, si no es sobre aspectos muy concretos que conduzcan a un proceso inmediato de transición, será considerado con toda justicia otra burla a las expectativas de la inmensa mayoría de los venezolanos.

Desde hace mucho tiempo hemos acompañado la propuesta de elegir una asamblea nacional constituyente originaria como el camino político para restablecer las reglas del juego democrático a futuro, preservar de la actual todo lo positivo y cambiarle lo que se ha demostrado absolutamente inconveniente, dándonos así una oportunidad de reencuentro que facilite la construcción conjunta de las bases para ese país que todos decimos querer. El adefesio propuesto en su forma inicial no es una constituyente, es una maniobra tramposa que solo pretende arrebatarnos los elementos constitucionales que nos protegen y sobre todo los que nos permiten decidir electoralmente, en forma directa y secreta, sobre aquellos aspectos que afectan nuestra existencia.

Hoy marcharán las mujeres encabezando otra jornada de protesta y mañana tendremos que seguir haciéndolo como la forma con la que contamos los civiles para hacernos escuchar, por el régimen y por la comunidad internacional. Tenemos que seguir.