En líneas generales los países de Europa y Asia están reiniciando sus actividades laborales. En América Latina, Colombia y México han dado pasos en este sentido. En nuestro país Conindustria y Consecomercio han planteado la necesidad de actuar en esta misma línea. Sin embargo el gobierno decidió prolongar la cuarentena, en lo cual parece haber influido la crisis de combustible y probablemente la poca confianza del régimen en sus cifras de contagio, que le hace prever que la pandemia se complicará. Los economistas han sido particularmente críticos con esta decisión la cual condena a los ciudadanos y a las empresas al colapso.
Los países en Europa y Asia están reiniciando sus actividades laborales. Las implicaciones de la cuarentena sobre el desempleo han obligado a estos países a tomar esta decisión a pesar de que las cifras de contagios siguen siendo elevadas. El reinicio de actividades viene acompañado de la continuación de las llamadas medidas de bioseguridad: uso obligatorio de las mascarillas, lavado o desinfección de manos y el distanciamiento social.
En América Latina varios países han dado pasos en el mismo sentido. El gobierno de México anunció que reiniciarán actividades en algunas áreas, entre las cuales destaca la producción de partes de vehículos, que forma parte de una cadena integrada a la producción de vehículos en los Estados Unidos. Colombia también ha comenzado a reiniciar las actividades en la industria manufacturera y en la construcción. En estos últimos países la cuarentena ha hecho estragos en la economía informal incrementando el desempleo y la pobreza, lo cual es un acicate adicional para la flexibilización de la cuarentena debido al elevado peso de la economía informal en sus economías.
En Venezuela la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria) ha exhortado al gobierno para que, de forma progresiva, inicie el proceso de restitución de la actividad empresarial en el país. El organismo señalo que el “estado de alarma” decretado en el mes de marzo ha acelerado el deterioro que ya venía presentando el sector manufacturero. Señala también que entre los efectos de la cuarentena destaca la paralización casi total de la industria, con la consiguiente pérdida de miles de empleos agravando la situación de hambre y necesidad por la que atraviesa un elevado porcentaje de la población venezolana. En abril el presidente de Consecomercio propuso levantar el confinamiento de forma gradual para que el resto de los sectores económicos se incorporen de manera progresiva.
Los planteamientos de los industriales y comerciantes parecen haber tenido repercusión en el gobierno. El ministro Tareck El Aissami anunció que el gobierno planeaba flexibilizar la cuarentena en algunos sectores considerados no esenciales, lo cual parecía indicar que Venezuela avanzaría en la misma línea de Colombia y México. La posición del ministro chocaba con las de otros relevantes miembros del tren gubernamental quienes habían manifestado que si la cuarentena se levantaba podía haber un repunte de los contagiados por el virus, echando por tierra los esfuerzos que el gobierno había hecho para controlar la pandemia. Al final el gobierno optó por prolongar la cuarentena por 30 días más.
La decisión del gobierno no luce coherente con las bajas cifras de contagio que el mismo gobierno presenta. Así lo afirma el diputado y economista José Guerra quien planteó que la medida no tiene que ver con el coronavirus pues las cifras de contagiados dadas por el gobierno son muy bajas. Señaló además, que la decisión de prolongar la cuarentena tiene que ver con la crisis de combustible, pues la economía se encuentra paralizada por la restricción impuesta por ésta.
Una razón adicional que debe ser considerada, además de la señalada por Guerra, es la poca confianza que el gobierno tiene en sus cifras de contagiados. El régimen parece estar consciente que las cifras de contagio son superiores y que el problema puede agravarse, como lo ha indicado la Academia de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales. La Academia ha señalado que en las cifras oficiales hay un subregistro que oscila entre 63 y 95% y que las cifras de contagiados se elevarán en las próximas semanas.
Los economistas han sido particularmente críticos con la decisión de alargar la cuarentena, por sus implicaciones sobre las empresas. Asdrubal Oliveros de Ecoanalítica señaló que “esto es tan grave como la pandemia”. Señaló Oliveros adicionalmente que “mantener paralizada la economía en medio de la peor depresión económica de nuestra historia y sin un Estado capaz de ofrecer algún estimulo, condena a los ciudadanos y a las empresas al colapso. La cuarentena debe empezar a levantarse”.
Profesor UCV