Escribió Stefan Zweig en su excelente biografía de José Fouché: “saber retirarse a tiempo es una virtud necesaria en un político”. A mi memoria acude también una canción latinoamericana de los años cuarenta o cincuenta del siglo pasado – Tango o bolero, no recuerdo - intitulada “Hay que saber perder”.. Traigo a colación ambas cosas porque retratan fielmente el drama actual del régimen chavista.
Empezando por lo último, la conducta asumida por el chavismo gobernante luego de la derrota del 6 de diciembre pasado demuestra que no sabe perder. Empujado por las circunstancias tuve que reconocer los resultados adversos, pero fiel a su vocación dictatorial, se ha negado sistemáticamente a aceptar las consecuencias políticas, jurídicas e institucionales derivadas del cambio político materializado ese día.
La consecuencia directa y principal de ésta ceguera e intransigencia es la profundización de la crisis sistémica que padece el país.
En vez de apertura y rectificación la conducta gubernamental es y ha sido radicalizar el proceso y continuar la senda nefasta que nos ha arrojado a este abismo sin fondo.
Las últimas decisiones tomadas por el régimen en lo político y lo económico ratifican la visión errada de quienes gobiernan en relación a los intereses del país y sus habitantes.
La mayoría abrumadora de los venezolanos aspiramos a un cambio de gobierno y de modelo, lo queremos pronto (este año) y por vía constitucional y democrática; consultando a la ciudadanía.
La voluntad nacional – recogida en las encuestas y evidente en la calle - favorable a un Referéndum Revocatorio Presidencial demuestra que el rechazo al Gobierno, lejos de disminuir se ha ensanchado.
Es tal el repudio a quienes gobiernan que la marca Chávez – sí, al máximo líder también, no solo a Maduro - está empezando a pagar el costo de sus desatinos. Cosa por cierto, justa y acertada.
Continuar bloqueando el cambio por procedimientos reñidos con la Constitución y la democracia amparados en la razón de la fuerza podrá comprar tiempo, pero a costa de mayores sufrimientos para los venezolanos y lesionar seriamente la pervivencia del chavismo como movimiento político.
Es aquí donde toma vigencia la referida cita de Stefan Zweig. El chavismo está amortizado (nada nuevo ni positivo tiene para ofrecer), le llegó la hora de dar un paso al costado, al igual que el sandinismo en 1990.
Puede retirarse bien, vía renuncia de Maduro o permitir la celebración del referéndum revocatorio éste año. O puede resistirse a la manera siria y ser responsable de una catástrofe nacional.
Las fuerzas democráticas deben hacer todo lo posible para que el chavismo comprenda la enorme y decisiva responsabilidad que descansa en sus manos, que la salida de esta pavorosa crisis se produzca consultando la voluntad de la ciudadanía.
Aprovecho para saludar y respaldar la convocatoria hecha por la MUD de jornadas nacionales y regionales de protesta a culminar en una gran demostración de fuerza ciudadana el 1º de septiembre a favor de la consulta refrendaría este año y para protestar contra el drama social. Unir lo político y lo social es clave para aumentar la capacidad de convocatoria. Saludamos también la convocatoria de asambleas ciudadanas para informar, motivar y calentar el ambiente.
Proponemos a la MUD y a las distintas organizaciones de la Sociedad Civil concertar un pronunciamiento nacional a favor del RR.
Caracas, 8 de agosto de 2016