La política en Estados Unidos es muy diferente de la que vivimos los venezolanos hoy, pero también muy distinta a la que vivimos durante los 40 años de democracia. Por eso se hace muy difícil de entender y a veces uno queda perplejo ante ciertos hechos políticos que no parecen tener explicación desde nuestra perspectiva.
Sin embargo, voy a tratar de caracterizar los vericuetos de la política norteamericana actual como un simple observador, desde mi experiencia personal, sin pretender un análisis exhaustivo en contenido y profundidad.
La primera cosa que llama la atención es el poder tan limitado que tiene el presidente en ciertas áreas, limitado sobre todo por el Congreso. Obama en su primer período de cuatro años ha podido hacer la reforma migratoria porque los demócratas tenían mayoría en ambas cámaras, representantes y senadores. Sin embargo, le dio prioridad al programa que ahora llaman Obama Care, con el cual pretendía darle cobertura de seguro de salud a millones de ciudadanos que no disponían de ningún seguro médico, sin el cual es muy difícil manejar la salud familiar dado el enorme costo de los gastos médicos y farmacéuticos en Estados Unidos. Quizás confió en que iba a mantener su mayoría demócrata o que, dada la importancia del tema, iba a tener el apoyo de los republicanos para lograr una ley migratoria que resolviera el problema de los 11 millones de inmigrantes ilegales.
No ha sido así, porque los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras y hasta ahora no han querido apoyar la aprobación de la ley migratoria propuesta por el presidente. Ante esta situación, Obama optó por tomar medidas ejecutivas para evitar la deportación de inmigrantes ilegales que tienen muchos años en Estados Unidos, han trabajado y demostrado buena conducta. Sus medidas ejecutivas también han servido para disminuir la deportación de padres cuyos hijos son nacidos en Estados Unidos. Es importante notar al paso que, a pesar de estas medidas ejecutivas, Obama ha sido hasta ahora el presidente que más deportaciones ha hecho.
Un juez conservador de Texas dictaminó que las medidas ejecutivas de Obama eran inconstitucionales porque sobrepasaban los límites permitidos al presidente. Le tocaba entonces decidir a la Corte Suprema, la que por la muerte del juez Scalia había quedado con 8 miembros. La decisión de la Corte fue la no decisión porque la votación quedó 4 a 4 y por lo tanto se mantiene la decisión del juez tejano. Eso significa que alrededor de 5 millones de indocumentados están en peligro de deportación. Ese problema no habría existido si el Congreso hubiera aprobado a Merrick Garland, el nominado por Obama para sustituir a Scalia, pero los senadores republicanos se han negado de manera rotunda a considerar el punto, en la espera de que Trump gane en noviembre y postule un candidato más conservador que el propuesto por Obama. Eso significa ignorar olímpicamente por todo un año la postulación hecha por Obama. La prensa señala que esta es una situación nunca vista en las presidencias anteriores.
El enfrentamiento entre Obama y el Congreso, en especial la Cámara de Representantes, ha tomado en los últimos años un cariz extremo, desconocido 20 o 30 años atrás. Siempre han sido claras las diferencias entre demócratas y republicanos, pero en el pasado lograban ponerse de acuerdo con más facilidad que ahora en temas de la mayor importancia. En estos días, gracias al espíritu del Tea Party que todavía ejerce su efecto ultraconservador, el enfrentamiento es total y expresado de la manera más cruda y directa. Esto ha traído una especie de debilitamiento y parálisis del accionar político que puede tener consecuencias a largo plazo.
Los miembros de la Cámara de Representantes son elegidos para períodos de dos años, de manera que puede suceder, como ahora, que el presidente se encuentre con un congreso opositor a mitad de su período de cuatro años. Llama la atención que la afluencia de los latinos y los negros es mucho menor en las votaciones para el Congreso que para el presidente, mientras que los blancos votan con más consistencia en ambos tipos de elecciones. Este hecho debe haber jugado un gran papel en la mayoría republicana actual en las dos cámaras del Congreso.
Otra característica muy llamativa de la política norteamericana son los temas que son importantes durante las campañas electorales. Por ejemplo el tema del aborto, que no tiene mayor significación en la política venezolana, aquí es de gran relevancia. Los republicanos con frecuencia se oponen a promover leyes que aprueben el aborto y los demócratas, en cambio, las apoyan, proclamando lo que ellos llaman el derecho de las mujeres a manejar su propia vida.
Otro tema importante es la libertad de poseer armas, contemplada en la segunda enmienda de la constitución, aprobada en 1791 junto con otras nueve. Tanto republicanos como demócratas tienen que defender este derecho, pero los primeros lo hacen de manera irrestricta mientras que los demócratas le quieren poner limitaciones por el elevado número de asesinatos y homicidios que ocurren en este país. Estados Unidos es el país del mundo con más armas en manos privadas y en donde ocurre el mayor número de hechos de sangre por armas de fuego. Este problema ha estado muy en boga en los últimos meses por los asesinatos en masa cometidos por ciudadanos de este país, sean o no musulmanes, como el ocurrido recientemente en la discoteca Pulse en Orlando, Florida. Se ha comprobado que estos asesinos adquirieron sus armas, como fusiles automáticos de largo alcance y todo tipo de armas menores, de manera legal en comercios de armas en el país.
Obama mantiene de manera reiterada que se debe limitar la venta de las armas de fuego a personas con antecedentes penales o relacionadas con posible terrorismo, pero los republicanos se oponen a aprobar cualquier limitación a la venta de armas. Como muestra de la violencia que se ha hecho evidente en este verano, acabamos de ver la muerte injusta de dos negros a manos de la policía en Minnesota y Louisiana y el terrible asesinato de cinco oficiales de la policía de Dallas por un francotirador negro. Parece que a la enorme división política se ha unido una gran tensión racial.
Otra diferencia manifiesta entre republicanos y demócratas es que los primeros se oponen generalmente a cualquier ley o decreto que ponga limitaciones a las empresas privadas en lo que se refiere a la protección del ambiente. Los demócratas son más propensos a aceptar las conclusiones de los científicos sobre el calentamiento global y a tomar medidas para limitarlo.
Por otro lado, los republicanos, a diferencia de los demócratas, tienen como principio primordial limitar en lo posible el tamaño e influencia del estado y del gobierno en la vida de las personas, hasta el punto de que cualquier medida que busque redistribuir la riqueza para limitar la desigualdad social es contemplada como socialista o más aún como comunista.
En esta campaña ha tomado mucha relevancia la posición de los candidatos sobre la inmigración, sobre todo la proveniente de Mexico y los países centroamericanos. Es bien conocida la posición de Trump a este respecto, llegando a proponer levantar un muro en toda la frontera entre Mexico y los Estados Unidos y sosteniendo que se debe prohibir la entrada de musulmanes al país, sobre todo los provenientes del Medio Oriente.
El nombre de este país, Estados Unidos, tiene un sentido preciso de un claro federalismo, porque los estados tienen independencia en muchísimos aspectos. En realidad hay un cierto paralelismo entre las atribuciones de cada estado y las propias del gobierno federal, de manera que todo lo que no esté determinado como parte del poder federal es propio de cada estado. En 1973, en una decisión histórica denominada Roe vs. Wade, la Corte Suprema de Justicia aprobó que era un derecho fundamental de la mujer el poder decidir si abortaba o no durante el primer trimestre del embarazo como parte del derecho a su privacidad. Esta posición de la Corte Suprema se basó en la decimocuarta enmienda a la constitución aprobada en 1868. A pesar de eso, en muchos estados, los activistas denominados pro-life han logrado establecer limitaciones indirectas a este derecho mediante manipulaciones legales que, en la práctica, dificultan el acceso al aborto. Sin embargo, en decisión de junio de este año la Corte Suprema decidió que no eran aceptables las limitaciones al aborto impuestas en Texas, lo que significó una gran derrota para los antiabortistas y un triunfo para los denominados pro-choice.
Durante el mes de julio se llevarán a cabo las convenciones demócrata y republicana para proclamar definitivamente a Hillary Clinton y a Trump como los candidatos respectivos. Hasta ahora, Hillary le lleva ventaja a Trump en las encuestas pero la diferencia ha ido disminuyendo. Ambos candidatos tienen mala imagen entre el público norteamericano: Trump por sus declaraciones fuera de tono, ofensivas, mentirosas, que se alejan de los principios republicanos y Hillary por su historia personal que siempre ha estado ligada de alguna forma al poder. Ella no es muy simpática, ni tiene mucha habilidad oratoria si la comparamos con Obama. En estos momentos, está pasando por una tormenta que puede tener un efecto pernicioso en su campaña: el director del FBI ha sostenido que no se justifica hacer cargos contra ella por haber usado un email particular mientras era Secretaria de Estado, pero que ella había manejado esos mails, algunos de los cuales tocaban materiales clasificados o secretos, de manera muy descuidada. Ahora, los republicanos están haciendo presión para que el FBI siga la investigación contra ella con el objetivo evidente de no permitir que este asunto sea cerrado y desaparezca de la opinión pública. En verdad, uno no entiende cómo una persona tan pública, tan experimentada, y que aspiraba a la presidencia de Estados Unidos, haya podido cometer el error tonto de manejar sus emails como Secretaria de Estado usando un servidor particular, en vez de seguir las reglas obligatorias para los altos empleados del Departamento de Estado.