Pasar al contenido principal

Trump, ¿peligro para la democracia norteamericana?

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 3 min.

Una de las preguntas más acuciantes que se hacen los norteamericanos en estos días es: de llegar a la presidencia del país, ¿sería Trump un peligro real para el sistema democrático de Estados Unidos?

No es fácil contestar esa pregunta con certeza porque podría suceder que, una vez elegido, Trump asuma la enorme carga que ha recibido con una responsabilidad y una seriedad que lo lleve a olvidar sus desplantes, insultos, juicios apresurados y declaraciones comprometedoras.

Sin embargo, de acuerdo a lo que he podido leer y oír aquí en los últimos días, parece que hay razones más que valederas para preocuparse por el destino de esta nación, que es el centro del mundo, y por las posibles consecuencias en sus relaciones internacionales.

Esta preocupación que señalo aquí no es propia solamente de los demócratas y de los enemigos del magnate del "real estate". Por ejemplo, el prestigioso Washington Post ha publicado varias veces la opinión de su consejo editorial sobre la candidatura de Trump. En todas las ocasiones ha sido una opinión totalmente contraria a la conveniencia de la candidatura y del posible triunfo de Trump. Por ejemplo, el 22 de abril de 2016 publica una editorial cuyo título es muy sugerente: "Softening on Trump? Remember this", y a continuación recuerda 20 ocasiones en las que Trump mintió, insultó, emitió amenazas, hizo promesas incumplibles o muy peligrosas, se burló de varias figuras prominentes, etc.

Hay algunas muy conocidas como las amenazas de no permitir la entrada de musulmanes a Estados Unidos y de deportar a los 11 millones de inmigrantes ilegales, la ofensa a una reportera de Fox News diciendo que ella le hizo preguntas difíciles porque estaba menstruando. Son bien conocidas también sus declaraciones diciendo que los mexicanos que entran al país son violadores o narcotraficantes, afirmando que sería aceptable que los soldados americanos torturaran a los posibles terroristas y que mataran a la familia de ellos. Su posición contra la OTAN también ha sido motivo de preocupación entre los asesores políticos internacionales.

El 2 de junio de este año, el mismo consejo editorial del Washington Post publicó una nota con el título siguiente: "El apoyo de Mr. Ryan a Trump. Un día triste para el partido republicano y para América". Paul Ryan es uno de los más importantes republicanos, Speaker (Presidente) de la cámara de diputados. El Washington Post sostiene allí que Ryan he dado un paso lamentable con ese apoyo a Trump, traicionando los principios republicanos que siempre ha defendido.

El otro diario de gran prestigio en Estados Unidos, el New York Times, también ha criticado con dureza las declaraciones irresponsables de Trump.

Hace muy pocos días sucedió un episodio que tiene muy alarmados a la mayoría de los juristas de prestigio de Estados Unidos. Un juez de California, de apellido Curiel, está llevando adelante dos juicios contra la Trump University, incoados por personas que se sintieron engañadas por esa universidad.

Trump ha dicho que ese juez, que debe ser mexicano, es un odiador, que lo odia a él por lo que ha dicho de los mexicanos, que es muy duro contra su universidad. Y añadió: ¿qué pasaría si en noviembre llego a ser presidente y abro una causa civil contra ese juez? Resulta que el juez no es mexicano, es nacido en Indiana, pero lo más importante es que Trump ha emitido una amenaza que va contra un principio sagrado de la constitución de Estados Unidos: la separación de los poderes y el debido respeto entre ellos. Algunos juristas han dicho que Trump es una amenaza a esa constitución.

Pareciera entonces que, según muchas opiniones prestigiosas, Trump puede ser un peligro real para la democracia americana si llega a ser presidente. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes republicanos importantes ya han dado su respaldo a Trump y, de hecho, Trump es el candidato oficial y el que dirige en estos momentos los destinos de ese partido.

Algunos dirigentes republicanos, como la familia Bush y Mitt Romney, se han negado hasta ahora a darle su apoyo, pero todos los otros lo han hecho, algunos con muchas dudas y reticencias, pero al final han cedido ante el hecho cumplido de su candidatura.

No nos queda otra alternativa que esperar a noviembre para poder dar una respuesta definitiva a nuestra pregunta inicial.