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Venezuela: yuca amarga

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

Desde hace tiempo el régimen nos envenena gradualmente al no permitirnos el acceso a medicinas, ni a los alimentos requeridos. Ahora, la prensa reporta que han fallecido menores y muchos ciudadanos han tenido que ser hospitalizados en Monagas, Anzoátegui, Lara y Zulia por consumir yuca amarga, la cual solo es apropiada para producir casabe, en cuyo proceso se destruye el venenoso cianuro. En el pasado este evento ocurría muy esporádicamente. Hoy se ha multiplicado. No somos amigos de elucubrar sin base sobre las causas de estos lamentables sucesos ¿Acaso es por hambre? ¿Será que, ante la escasez de yuca dulce, vendedores inescrupulosos colocan en el mercado yuca amarga?

Sin duda que lo citado es trágico y debe investigarse, aunque conocemos de sobra que las averiguaciones de los rojos llegan hasta donde la ¨revolución¨ lo permite. Hay otros tipos de envenenamiento cuya responsabilidad es directa del régimen totalitario Siglo XXI. El más grave es el fallecimiento de nuestra democracia, envenenada por las violaciones a la Constitución del ex presidente de facto, con el aval de los ¨magistrados del horror¨

Nuestra juventud está siendo envenenada no solamente en las aulas, sino a través de los numerosos medios de comunicación en manos del oficialismo. Este adoctrinamiento se refiere no solamente a inculcar determinada ideología política, sino a la constante prédica del odio de clases y difusión de principios y valores contrarios a los tradicionales que heredamos de nuestros padres. Los jóvenes están siendo envenenados, ya no con yuca amarga, sino con los malos ejemplos de los trúhanes rojos que están en Miraflores, en los tribunales, en el CNE y en las dependencias oficiales.

La salud de nuestra población está envenenada por no conseguir las medicinas que nuestros excelentes médicos recetan para controlar infecciones y otras dolencias. Las empresas del Estado están envenenadas con la ineptitud y corrupción de gerentes rojos que las tienen quebradas. Nuestra agricultura está envenenada por la política de control de precios por debajo del costo de producción y por la escasez de insumos, mal que también afecta a los otros sectores de la economía.

Nuestra Fuerza Armada fue envenenada con la designación de Altos Mandos sumisos a quienes no les importa la influencia castro-comunista. Tenemos la esperanza de que esta intoxicación no haya afectado al resto de la oficialidad, la cual sufre de los mismos problemas de los civiles y que, además, constata que sus miembros están siendo asesinados por un hampa protegida o al menos tolerada por el régimen.

¿Será posible revertir estos envenenamientos que afectan a instituciones y a personas? Confiamos en que sí. Ayer, hace 59 años, pueblo, dirigentes políticos y Fuerza Armada dieron una demostración de pundonor al obligar a que el dictador Pérez Jiménez agarrara las de Villa Diego. Los venezolanos de hoy estamos conscientes de que esta dictadura es peor que la derrocada en 1958, ya que afecta negativamente no solo a nuestros derechos políticos, sino que nos ha empobrecido y está comprometiendo nuestro futuro.

Adecos, comunistas, copeyanos, intelectuales, profesionales, militares y pueblo en general dijeron en ese entonces ¡Ya basta! Ahora solo esperamos que la dirigencia actual actúe sin egoísmos, unida frontalmente en contra del régimen y que termine de depurar y reestructurar a la MUD, como han prometido varias veces.

Ante la coyuntura actual, es justicia recordar el papel desempeñado en el derrocamiento de la penúltima dictadura por los estudiantes, la Junta Patriótica, cuyo único sobreviviente es el aguerrido doctor Enrique Aristiguieta Gramcko, así como por los tenientes coroneles Martín Parada y Hugo Trejo, capitán de Navío Vicente Azopardo y otros. Desde luego no podemos olvidar a los caídos en la resistencia, entre ellos, Leonardo Ruíz Pineda, Pinto Salinas, capitán Wilfrido Omaña y teniente León Droz Blanco.

Como (había) en botica:

Aunque el anterior fue a destiempo, salimos perdedores y enfriamos la calle, el diálogo es necesario, pero teniendo claro los objetivos que deben ser acatar y cumplir la Constitución y negociar un gobierno de transición; para ello requerimos nuevos negociadores de parte nuestra e incorporación de otros mediadores no parcializados hacia el régimen. El documento presentado a la MUD por los actuales mediadores para reanudar el diálogo es inaceptable, ya que en la mayoría de sus partes tiene un sesgo muy claro hacia los intereses del régimen y en otras deja puntos en el aire. Según el diputado `por AD Edgar Zambrano, la oposición también es responsable de que no venga al diálogo el delegado del Papa, monseñor Celli. Evidentemente Zambrano juega en el mismo equipo que Timoteo, es decir no en el nuestro. Repudiamos el bárbaro asalto a las instalaciones y archivos del Palacio de las Academias, así como las piedras arrojadas a la Catedral ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!