Pasar al contenido principal

Opositómetros

Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 2 min.

En el pasado reciente cuestionamos reiteradamente a quienes cargaban consigo «alacranómetros», para medir el nivel de pureza opositora de los actores no oficialistas que hacen vida política en el país. Hoy, una nueva variante de este mismo medidor nos sorprende: «Opositómetros».

Se trata de saber quiénes son «oposición de verdad», según descifran altos voceros de un sector del conglomerado político que adversamos la gestión gubernamental de Nicolás Maduro Moros y queremos un cambio legítimo para Venezuela, que corrija tantos desatinos y permita atender las necesidades que agobian a nuestra gente.

Se refiere sin duda alguna, de una errática estrategia que llega además en el momento menos requerido. Venezuela –y así lo recogen importantes encuestas y el sentir popular en la calle– entiende que se necesita de una unidad superior para vencer a un único adversario.

Firme creyente de la pluralidad, hoy hay que priorizar dentro de la diatriba existente entre quienes procuramos un mismo fin: una mejor Venezuela.

El adversario al que debemos vencer, está en la otra acera. Los venezolanos no nos perdonarán seis años más de la misma desgracia por falta de acuerdo nacional.

Esta semana, en la que no he dejado de pensar en el daño tan grave que nos ha hecho y nos sigue haciendo la guerra de micrófonos, las etiquetas y epítetos; fuimos invitados –un grupo de venezolanos–que responde a varias tendencias políticas– a un encuentro con Francisco Rodríguez, economista venezolano de larga trayectoria internacional, a la presentación de su propuesta  –»Un Pacto Por La Venezuela del Futuro»–.

Rescato de esta invitación la coincidencia entre lo allí planteado, con lo anterior expuesto en este artículo. No podemos darnos el lujo de seguir jugando a tierra arrasada. El tema de «soy yo o no es nadie», no cabe frente a la enorme oportunidad que representan los comicios presidenciales previstos para el 2024.

El oficialismo está profundamente desgastado, fracturado desde la base, y el enorme descontento social debe traducirse –si se hacen las cosas bien de este lado– en la alternabilidad en el poder que tanto necesitamos.

Voy más allá: José Antonio Gil Yépez, presidente de Datanálisis, dejó –en el mismo encuentro– una oportuna disertación en la que dibujó lo que ha denominado «ocupar los espacios vacíos». El reto está allí y son pocos, escasos los meses para hacer el trabajo.

La negociación es clave en estos tiempos, pero debemos entender que no es el único mecanismo para cambiar el modelo. El voto, entusiasmar a la gente debe pesar tanto como el diálogo que pueda darse para concretar las condiciones electorales que permitan materializar el cambio que como país clamamos y merecemos.

Cierro estas líneas con una frase de mi buen amigo Francisco Rodríguez: «Lo que nos hace venezolanos es mucho más grande que cualquier diatriba, que cualquier color político». Estamos obligados todos a entenderlo y a remar juntos en la misma dirección.

www.griseldareyes.com

Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.