Pasar al contenido principal

Rasgos biográficos de Ezequiel Zamora

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 13 min.

Con base en cosas que he leído por acá y de otras que me han explicado más allá, permítanme mis estimadas amigas y amigos, transcribirles una versión personal acerca de los rasgos biográficos de Ezequiel Zamora: El célebre Pulpero de Villa de Cura.
Cuando Simón Bolívar, al frente del Ejército Venezolano y con el agua hasta el pecho, salió de Angostura con rumbo hacia el empinado, escabroso, culebrero y peligroso paso de los andes, llevaba en su cabeza un proyecto político que tenía como objetivo: sustituir el estado colonial español por un gobierno continental que conservara la unidad del hemisferio que se había heredado de España e hiciera posible que la Independencia significara un progreso efectivo con respecto a su pasado colonial. Además, Bolívar intuía que estos pueblos atrasados no tenían otro camino que no fuese el de integrarse en una sola entidad política continental; de allí, su justificado proyecto de La Gran Colombia: millones de hombres, mujeres, ancianos y niños, ubicados en millones de kilómetros cuadrados de superficie fundidos en una sola nacionalidad de carácter internacional. Para ese proyecto, América solo ofrecía una población que hablaba el mismo idioma, profesaba la misma religión y se encontraba dispersa en un inmenso territorio; por ello, la idea de Bolívar era combinar esos elementos en una entidad política superior que derivara su fuerza no tanto de las virtudes cívicas de sus pobladores sino en la identificación del hombre americano con su tierra. Su estrategia consistiría en integrar primero y después educar a los pueblos (hoy en día la estrategia pudiese ser: educar primero e integrar después). Por lo tanto, unir esos factores, emancipar al indígena, abolir la esclavitud y establecer la igualdad jurídica entre sus habitantes, era su gran sueño; pues, el estado que propugnaba Bolívar tenía que ser lo suficientemente capaz de promocionar y promover la colaboración de todos los sectores presentes en la sociedad americana y realizar la unidad del continente a través de la participación de las masas populares, fundamentalmente la de aquellos sectores mas pobres y menos favorecidos.
Pero que va, el proyecto no llegó a feliz término: los enreda pueblo de todas las épocas y los mercaderes de la trapisonda de todos los tiempos lo sabotearon, le torpedearon su línea de flotación y este se vino a pique.
Posteriormente, al desaparecer Bolívar y con él, La Gran Colombia, a estos pueblos le sustituyeron la autoridad que sobre ellos ejercía el Rey de España por la voluntad omnímoda del caudillo criollo que empleaba la fuerza bruta y la temeridad de su ignorancia para gobernarlos y perpetuarse en el poder, entonces apareció la “recluta” como un hecho social que le causó mucho daño a la familia campesina venezolana y que, dicho sea de paso, Andrés Eloy Blanco, el poeta del pueblo venezolano, describe magistralmente cuando dice en uno de sus poemas:
¿Quién le va a secar el llanto,
Si pasó la comisión
Y le dejó el corazón
Como capilla sin santo?

Por otro lado, el único bien que nos quedó de la gesta emancipadora -afirmaba El Libertador- fue la independencia política, por cuanto él, no tuvo tiempo para resolver el problema de las desigualdades; en consecuencia, su obra quedó inconclusa.
Pues bien, a Villa de Cura, mi pueblo, llegó del llano un joven con la premeditada intención de resolver estas desigualdades. Ese joven, de nombre Ezequiel Zamora, era hijo de villacuranos: Paula Correa y Alejandro Zamora, quien desapareció en combate durante la guerra por la independencia.
Al desaparecer el padre, Doña Paula recogió sus corotos, echó por delante sus seis muchachos: Antonio, Ezequiel, Gabriel, Carlota, Genoveva y Raquel, abandonó Cua y se marchó a Caracas en busca de mejores amaneceres.
En una escuela caraqueña de pedagogía lancasteriana, comienza Ezequiel Zamora su educación formal. Allí, conoce a José María García, quien posteriormente influirá en su formación ideológica. Pero es la Universidad de la vida la que le brinda a Zamora, desde su infancia y adolescencia, un campo de fecundo aprendizaje propicio para el desarrollo de sus cualidades de futuro combatiente por la democracia y la igualdad social; más que sus propios maestros, los verdaderos forjadores del carácter de Ezequiel Zamora fueron Paula Correa, su madre y Juan Gaspers, un revolucionario francés venido por estos lares y esposo de su hermana Carlota
Atraído por el negocio ganadero, Zamora se va a los llanos; allí, se encuentra de nuevo con José María García, su compañero de banco en la escuela de Caracas. La amistad entre ellos, desempeñó un importante papel en la formación ideológica del futuro jefe de la Revolución Federal. Las lecturas y discusiones con su antiguo condiscípulo, determinan que la intuición de los problemas sociales que residían en el espíritu de Zamora se transformaran en un profundo ideal democrático e igualitario.
Su permanencia en la llanura venezolana lo curtió, lo endureció, lo fortaleció, le generó conciencia política, afecto por los pobres y le enseño una vida que lo convirtió en un soldado extraordinario y jefe de la revolución federal.
Entusiasmado por su cuñado, abandona el llano y se traslada a Villa de Cura con el propósito de instalarse con una pulpería, es decir, un pequeño local comercial donde inexplicablemente se conseguía de todo cuanto a usted, mi estimado lector, pudiese ocurrírsele. Para esa época, Villa de Cura, era el centro ganadero más importante de la región: a una hermosa e inmensa sabana en despoblado, llegaban cientos y cientos de reses arriadas por curtidos cabestreros que después de dejarlas pastando en la sabana, se iban a las posadas del pueblo a comer coporo frito con la originalidad de que se introducían los trozos de pescado por la comisura labial derecha de la boca y por la izquierda, expulsaban las espinas en ráfagas intermitentes.
Ezequiel Zamora era un hombre alto, de contextura fuerte, mirada penetrante, honesto, no bebe, no fuma, practica la lucha cuerpo a cuerpo, ducho en el manejo de las armas, habituado al olor ocre de la pólvora e insuperable jinete de lanza en una mano y en la otra, las riendas del caballo.
Por aquellos tiempos, ocurrían en Venezuela dos acontecimientos importantes: concluía el periodo presidencial de Carlos Soublette y Antonio Leocadio Guzmán fundaba el Partido Liberal, cuyo objetivo era llegar al poder para desplazar del gobierno a los viejos lideres venidos de la guerra por la independencia: Ezequiel Zamora comulga con esas ideas, por lo tanto, las reuniones políticas en su pulpería eran frecuentes. Poco a poco, el liberalismo comenzó a tomar cuerpo en un vasto sector de la población venezolana e incentivar una marcada animadversión por quienes habían dirigido la República desde su separación de La Gran Colombia y a quienes calificaban despectivamente, como “Oligarcas”.
Abierto el proceso electoral, Antonio Leocadio Guzmán presenta públicamente su candidatura a la Presidencia de la República, la cual fue muy bien recibida por la juventud, mas no por los viejos caudillos que no estaban dispuestos a desprenderse de sus privilegios; en consecuencia, apareció la violencia sobre la arena de la lucha política venezolana con un grado de agresividad tal, que se consideró urgente una reunión entre Páez y Guzmán en la población de la Victoria con la finalidad de establecer las reglas que regirían las elecciones presidenciales, pero lamentablemente dicha reunión no se efectuó, por lo tanto, la violencia alcanzó grados alarmantes.
Cuando Zamora, que se encontraba en Villa de Cura trancando un negocio se enteró de la suspensión de la reunión, se arrechó, desistió del negocio, se olvidó de la pulpería y se alzó en las montañas de Aragua. Pero en uno de sus primeros combates contra el gobierno, cae preso, se le juzga, se le sentencia a la pena de muerte. En este juicio, Paula Correa, su madre, tuvo una actitud pletórica de valentía. Luego, se fuga espectacularmente de la cárcel y se va a enconchar en una hacienda cercana a Caracas. Allí permanece escondido hasta que aparece José Tadeo Monagas en la política venezolano, Zamora se une a él. De inmediato se le comisiona para que organice un batallón en Villa de Cura, luego viaja a Coro donde entabla una profunda amistad con Juan Crisóstomo Falcón, con cuya hermana contrae matrimonio.
En este orden de ideas, apuntaremos que en el año 1858 ocurre en Venezuela un cambio de gobierno: Julián Castro derroca a José Gregorio Monagas, este hecho obliga a Ezequiel Zamora a exiliarse en Curazao, donde permanece hasta que un grupo de conspiradores, en sintonía con él, asaltan la población de Coro, derrocan el gobierno local y proclaman la Federación, cuyo liderazgo asume Zamora bajo la consigna, de: ¡Tierra y Hombres Libres!...
Para bien o para mal de la Republica, la actuación de Ezequiel Zamora en la guerra federal fue muy corta: la guerra civil comenzó en febrero de 1858 y en diciembre de 1859 libra su batalla más trascendental: El Sitio de Santa Inés. Allí, mediante una táctica de carácter envolvente atrae las tropas del gobierno a un terreno que lo favorecía. Tres descargas de fusilería bastaron para desbandar al ejército oficial.
Este triunfo elevó la moral de los federales y el ánimo necesario para continuar en la lucha; pero, breve fue el entusiasmo; pues, veinte días después del triunfo, sonó un disparo en la plaza principal de San Carlos de Cojedes: el proyectil se alojó en la base del cráneo de Zamora. Ensangrentado, cayó muerto de su caballo. El balazo fue anónimo certero.
Cuatro años después de la muerte de Ezequiel Zamora, finalizó la guerra federal. El resultado fue una tragedia nacional: huérfanos, viudas y tierra arrasada. La República quedó física, económica, social y moralmente, destruida.
En este sentido, es obligante señalar que este hecho histórico le ha servido a la izquierda venezolana como argumento para justificar la continuidad de la obra sociopolítica dejada trunca por aquel sacrificio y a la derecha venezolana, como elemento demostrativo de lo inútil de la intolerancia política y la violencia armada y verbal para resolver crisis.
En conclusión, de este fratricidio nacional sólo quedó como enseñanza que el plomo cerrado, y `por añadidura, el golpe de estado, la picardía, la intolerancia política, el insulto, la retórica bélica, la zancadilla, las logias militares y la descalificación, no es el camino a seguir.
El camino a transitar, presumo, pudiese estar en las siguientes sugerencias:
1).Convencer a todos los venezolanos que solamente unidos y reconciliados, seremos capaces de empezar a construir una nación agrícola, pecuaria, petrolera, minera e industrialmente desarrollada, a través de la educación eficiente, el trabajo creador, la solidaridad ética, la responsabilidad militante, la tolerancia política, el respeto al derecho del otro y la moral pública.
2).Seleccionar los servidores públicos en función del conocimiento, la probidad, la sensibilidad social y la identificación con el pueblo.
3).Sugerirle a quien ejerza la Presidencia de la República que luche cuerpo a cuerpo, rolo a rolo y tolete a tolete contra sí mismo, para que el ejercicio del poder no lo engolosine y comience a aspirar reelecciones indefinidas.
4).Crear la Universidad Agropecuaria Técnica e Industrial de Venezuela para que de ella egresen los jóvenes obreros, peritos, técnicos y tecnólogos, que el país vaya necesitando en base a un instrumento de planificación ascendente que previamente haya programado el desarrollo armónico y proporcional de la nación venezolana.
5).Atacar el problema penitenciario creando tribunales de emergencia dentro de las cárceles para que trabajen las 24 horas del día a razón de tres turnos de 8 horas cada uno, hasta que no quede ni un solo preso sin sentencia definitiva; luego, negociar con el preso dos años de su sentencia por un año de intachable conducta dentro del recinto carcelario.
6).Promulgar leyes en función de la amnistía y el desarme de la población civil.
7).Practicar la generosidad internacional de la República, de manera inversamente proporcional a las necesidades del pueblo venezolano.
8).Concientizar para que el pedazo de pan que cada venezolano lleve a su casa, debe ser del tamaño de su capacidad de producción y no el de la generosidad del Presidente de la República de turno.
9).Reactivar el programa de becas “Gran Mariscal de Ayacucho”.
10).Sembrar el petróleo con mano generosa y eficiente.
11).Integrar en una sola Institución a todos y cada uno de los entes que imparten educación superior y proyectarla como Núcleos Regionales hacia cada Capital de Estado y como Aldeas Universitarias en todos y cada uno de los municipios de la República. Esta nueva Institución pudiese denominársele: Universidad Central y Autónoma de Venezuela.
12).Crear la Universidad Central de las Fuerzas Armadas para que de ella egresen los jóvenes oficiales y suboficiales que posteriormente se incorporarán al Ejército Venezolano el cual estará conformado por solo tres componentes: Ejercito Terrestre, Ejercito Naval y Ejercito del Aire.
13).Transferir el 51% de las acciones de Petróleos de Venezuela (PDVSA) a empresarios, obreros, trabajadores y jóvenes profesionales venezolanos.
14).Delegar en el Banco Central de Venezuela la recepción y distribución de todas las divisas que genera la industria petrolera.
15).Decretar que el ámbito operativo de PDVSA debe limitarse exclusivamente a lo que en términos petroleros se conoce como: aguas arriba y aguas abajo.
16).Desafectar todas las empresas y fundos que fueron expropiadas con la condición de que entren inmediatamente en producción acelerada.
17).Respetar la propiedad privada, y los medios de producción deben ser la consecuencia de la cogestión solidaria entre los empresarios y los trabajadores para producir mercancías cuya plusvalía posterior debe ser distribuida equitativamente entre ambos.
18).Reducir el Poder Ejecutivo a solo quince ministerios.
19).Suspender el control de cambio y decretar un solo tipo de transacción en función del dólar americano.
20).Incorporar Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones y a la Alianza del Pacifico.
21).Prohibir las imágenes Presidenciales dentro de las oficinas públicas.
22).Reactivar todos los programas sanitaristas que desarrollaba la vieja Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental.
23).Fundamentar la salud a dispensársele al pueblo, sobre tres principios éticos: no dañar, prevenir para no curar, suministrar calidad de vida, no retrasar la muerte; todo ello, a través de un eficiente Servicio Único de Salud.
24).Implementar una microempresa por cada 50 venezolanos desempleados, crear la Compañía Venezolana de Navegación y refundar la empresa Venezolana Internacional de Aviación (VIASA).
25).Promover una poderosa clase media que ayude a sacar de la pobreza a todo aquel venezolano que la padezca, pero mientras esto no se logre a ese sector de la población habrá que saciar su hambre, curar sus enfermedades, proteger de la intemperie y garantizarle que el futuro que lo aguarda, será mejor.
26).Defender la soberanía e Independencia de la República de cualquier potencia hambrienta de energía petrolera.
27).Cimentar la libertad de expresión sobre el siguiente aforismo: “no estoy de acuerdo con lo que dices pero daría mi vida por defender el derecho que tienes a decirlo”.
28).Estudiar la probabilidad de aplicar la hipótesis de la línea media al problema limítrofe que tenemos con la hermana República de Guyana y poblar todas nuestras fronteras.
29).Desactivar el argumento que propone: “A los pueblos indígenas hay que mantenerlos dentro de su hábitat natural para evitar que el hombre blanco los contamine” y de paso, proscribir todo tipo de explotación minera en el frágil ecosistema de Guayana.
30).Incorporar sustancialmente la mujer venezolana a la planificación, ejecución, supervisión y evaluación de políticas públicas trascendentales.
31).Enfrentar la problemática campesina a través de programas rurales que no sólo sirvan para evitar el éxodo permanente del hombre del campo hacia las grandes ciudades, sino que a su vez estimulen el regreso de aquellos que abandonaron sus tierras después que un demagogo e irresponsable enreda pueblo, les dijo: “Vámonos pá Caracas que allá hay trabajo por coñazo” y ahora andan saltando y brincando de rancho en rancho sobre los cerros que circundan la Capital.
32).Restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en un ambiente de respeto mutuo y sin complejos latinoamericanos ni tercermundistas.
33).Rechazar la injerencia de cualquier país en nuestros asuntos internos, tanto más, si esta conducta política se mimetiza en la noble expresión de Simón Bolívar: “Para Nosotros la Patria es América”.
34).Actualizar todos los convenios internacionales firmados por la República.
35).Reducir el periodo presidencial a cuatro años con una sola reelección y establecer que el rol como Primer Maestro de la República que le corresponde ejercer al Primer Mandatario, debe estar por encima de su condición de Presidente de la Republica, Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada.
Finalmente, a Ezequiel Zamora, el Pulpero de Villa de Cura, se lo tragó la leyenda….
Villa de Cura, diciembre del 2016.